Julia Child, la mujer que quiso ser relevante

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Sábado, 21 de diciembre 2024, 08:39

Lo trascendente de Julia Child fue su deseo de ser relevante en un mundo donde una mujer pasada de kilos y con más de 50 ... años no iba a ningún lado. Casi, casi como en la actualidad. Sorprende lo poco que han cambiado las cosas.

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Lo trascendente de Julia es que se atrevió a soltar amarras, a invertir en sí misma, con una fe y valentía dignas de admiración. Y sí, fue una pionera. La primera persona que pensó en hacer un programa de cocina en televisión. Fijaos cuánto tienen que agradecerle Arguiñano y Masterchef. Sin Julia, probablemente, no existiría ese formato. Ella ya era conocida por su notable obra 'El arte de la cocina francesa'. Las alianzas de mujeres brillantes están en el origen del libro, también en el rotundo éxito de Child. Detrás de este trabajo se encontraba una de las mejores editoras del mundo: Judith Jones, que apostó sin dudar por Julia. Judith también era ya famosa por rescatar de la invisibilidad el diario de Ana Frank y descubrir a varios autores que ganaron premios Pulitzer. Una auténtica buscadora de oro.

¿Cómo comenzó todo? Julia asiste a un programa de reseñas de libros en la soporífera cadena National Eduation Television de Boston. Ante la incredulidad del presentador, Child saca una sartén de su bolso, un par de huevos, la mantequilla, busca un enchufe –mientras los cámaras enfocan su culo– y prepara una 'omelette' en vivo y en directo. El locutor pedante la mira horrorizado. Sin embargo, por una vez en la historia de esa tele, la gente se detiene y mira. La productora la llama emocionada por las cifras de audiencia. Para los directivos jóvenes, treintañeros padres de familia, no es nada excepcional. El director de la KUHT era un prejubiloso con olfato. A él si le había gustado Julia.

Veamos, Julia quiere ser relevante y considera que todo el mundo tiene derecho a conocer la comida francesa, no sólo los habitantes de la Casa Blanca. No lo duda y va a por ello.

Los repeinados ejecutivos de televisión no apostaban ni un dólar por la 'vieja'. Preferían mantenerse en su línea aburrida y elitista. Julia insiste porque sí, porque a las mujeres de más de cincuenta ya se las considera irrelevantes antes y ahora. Hay que insistir.

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No sólo eso, toma parte de sus ahorros a espaldas de su marido para financiar los primeros capítulos: set, sartenes y equipo humano incluido. Un capitalazo. La grabación del Coq au vin fue complicada. Sus amigas, «su red segura de estrógenos», como ella las llamaba, la ayudaron en todo momento. Editora y vecinas se escondían debajo de la mesa para pasarle los ingredientes. En el primer set, construido sin la dirección de Child, nada estaba donde debía.

Julia jugó un papel importantísimo en la televisión pública americana. La educación y la innovación aparecieron de su mano. Cocinar es divertido y también es cultura. Tuvo sus más y sus menos con las feministas que consideraban que su éxito relegaba de nuevo a las mujeres al hogar. Poco la conocían. Consiguió al fin que algunas estuvieran de su lado.

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Sus inicios no fueron en la cocina, desde luego. Empezó como redactora publicitaria tras sus estudios en colegios exclusivos de niñas ricas y el Smith College, donde hizo Historia. Algo que quizá mucha gente desconozca es que Julia trabajó para la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS) de los Estados Unidos. Incluso fue investigadora secreta. ¡Cómo iba el Estado a desaprovechar una mente como la suya! Se le encomendaron misiones importantes en tiempos de guerra fría. Ente sus responsabilidades: «registro y catalogación de un gran volumen de comunicación altamente clasificada».

En el 46 se casa con Paul Cushing, también empleado de la OSS. Él la introdujo en esto de la comida sofisticada. Le envían como diplomático a París y es allí donde Julia llevará su pasión culinaria a un grado superior. Aprendió en la aclamada escuela Le Cordon Bleu y se une al Cercle des Gourmettes, donde conoce a Simon Beck. Child se sumará al libro de cocina que estaba escribiendo junto a Lousiette Bertholle. Y este es el germen de la autora-gourmande que cambió la historia de la televisión para siempre.

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