Un oasis en el desierto

Hoy nos aguarda un largo viaje. Cruzaremos el charco hasta llegar a una de las regiones más extremas del planeta: Atacama, en Chile, donde nos aguarda un interesante proyecto, Viña Ventisquero.

Atacama, al norte de Chile, es una región muy conocida por tener lugares como el desierto de Atacama, el más árido del mundo; el Salar de Atacama, donde el aire es totalmente seco; o el Valle de la Luna, escenario de proyectos cinematográficos como 'Dune'. Pero no toda la región es así, también podemos encontrar oasis de vegetación como el valle del Huasco, también llamado 'Jardín de Atacama'. Este contraste se debe al río Huasco, que nace en la Cordillera de los Andes y atraviesa este valle para desembocar en el Pacífico, creando así una zona fértil en medio del desierto.

Ventisquero nace en 2002 con el propósito de dar a conocer la riqueza vinícola chilena, creando desde vinos clásicos hasta otros atrevidos y extremos como los de Atacama, mostrando la gran diversidad de terroir y climas del país.

Tara es su gama de vinos desérticos, en ella podemos encontrar vinos blancos y tintos, todos ellos únicos, con gran personalidad y que merecen nuestra atención. Pero, en esta ocasión, nos centraremos en su vino blanco elaborado con chardonnay. Este blanco proviene de dos viñedos distintos que se encuentran en la ribera del Huasco, Longomilla y Nicolás. Con un clima desértico todo el año, donde las precipitaciones son prácticamente nulas (45 mm al año), es de vital importancia la influencia de un fenómeno particular llamado Camanchaca, que es una niebla espesa y dinámica que proviene del Pacífico y que permite aumentar la humedad de las hojas de la vid.

Igual de importante y vital es el aprovechamiento de las aguas del río Huasco, que provienen del deshielo de los glaciares de los Andes y contienen gran carga salina para la maduración de la uva.

Curiosamente, el fenómeno 'añada' es casi inapreciable en esta zona debido al clima que posee, y cada año se vendimia entre finales de febrero y principios de marzo. Tara Chardonnay está elaborado con racimos enteros prensados, no se añade ningún tratamiento al mosto, fermentando con levaduras autóctonas para después envejecer, durante veinte meses, en huevos de hormigón y fudres de madera francesa sin tostar.

Con una producción limitada de menos de 7.000 botellas al año, este vino blanco chileno, fiel a sus orígenes desérticos y suelos salinos, tiene un buena estrucura y persistencia, con una entrada en boca fresca y mineral, con una acidez algo punzante y aromas cítricos y florales.

Desde los años 80 encontramos en una pequeña localidad de Alicante llamada Parcent el proyecto vinícola de la familia Gutiérrez de la Vega. De este proyecto nacen vinos elaborados con variedades tradicionales de la zona y rinde tributo a grandes obras de la literatura, el arte y la música. Casta Diva cosecha miel es uno de los vinos dulces elaborados con moscatel de Alejandría de mayor renombre en España. Incluso fue elegido como vino de postre en el enlace matrimonial de los actuales Reyes de España. Para crear este néctar se cosecharon las uvas sobremaduras y algunas pasas. Tras el prensado de las mismas, se le añade alcohol vínico al mosto para ralentizar la fermentación y se introducen en barricas de diferentes robles durante 15 meses. Aromas tostados, caramelo, fruta escarchada y mieles destacan en este delicado y goloso vino.

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