Muri Veteres: ¡Nos vamos de picnic!

En este paraje tan especial nos aguardaba David Ferraje (gran comunicador y defensor del viñedo y su terruño, además de un pilar fundamental de la familia Carchelo) en su furgoneta con todo lo necesario para hacer ese día inolvidable. Cuando se puso a sacar cosas, el vehículo parecía una caja de sorpresas: una mesita de picnic, unas empanadillas tradicionales típicas de Jumilla y, por supuesto, una botella de Muri Veteres, nuestro protagonista. Pisamos el austero y seco suelo de piedra caliza, de esa que te hace daño en la planta de los pies si no llevas el calzado adecuado. Ese suelo que produce este tinto con cuerpo, toques de fruta madura y balsámicos tan elegante.

Y ahí, una mañana de noviembre, en mitad de aquel viñedo, con las vistas del castillo de Jumilla, rodeados de sierra y vides y con los rayos del sol calentando la fría mañana otoñal, viví uno de los momentos más sorprendentes de mi vida profesional. La combinación del paisaje con la tradición gastronómica, el sabor del terruño en cada trago de vino y el calor de las palabras de David arropándolo todo permanecerán para siempre en mi memoria. Me emociono al recordar la autenticidad del momento.

Pero, ¿qué quiere decir Muri Veteres? No es un nombre cualquiera, escogido al azar. Este nombre hace referencia al origen de la uva Monastrell. Habla de la riqueza histórica que encontramos en nuestra región y de la tradición vinícola de la DOP de Jumilla. Viendo estos parajes, y sabiendo que solo hay una mínima intervención en las vides, uno se pregunta: ¿Cómo es posible que sobreviva este viñedo en unos suelos tan pobres? La respuesta es casi obvia. La Monastrell es una uva austera, luchadora y fuerte, como las gentes de esta tierra. El objetivo de nuestros amigos de Bodegas Carchelo es elaborar el mejor vino Monastrell del Mediterráneo. Por eso este es un vino que requiere paciencia, con un mínimo de 12 meses de crianza en roble francés, y otros tres años de maduración en botella antes de llegar con esa perfección a nuestras casas.

En cada sorbo descubriremos un vino tinto con cuerpo, sabroso y fresco, con taninos redondos que lo hacen ideal para acompañar carnes de caza, estofados y guisos típicos como, por ejemplo, el tradicional gazpacho jumillano.