Delicioso cumpleaños

A menudo nos parece que lo exótico o no convencional siempre es mejor, quizá por ser distinto o por la lejanía, y que lo cercano o habitual es menos interesante. He aquí uno de los mejores vinos que he catado últimamente, un fiel reflejo del carácter de sus elaboradores, y por supuesto del sitio donde proviene. Estamos en Alicante, en la montaña de Bernia, un paraje de clima mediterráneo donde la montaña imprime un toque continental. Y este es el mejor vino sin duda que ha hecho la bodega. Una bodega joven y con alma de grande, aunque de producción extralimitada. Situada en Xaló, en la Marina Alta, sus artífices son Violeta Gutiérrez De la Vega, segunda generación de la afamada bodega que lleva su apellido, y Alberto Redrado, copropietario y sumiller de l'Escaleta (2*), un restaurante referente en la gastronomía del Levante donde uno puede disfrutar de la identidad del producto de cercanía y los mejores vinos que uno pueda imaginar.

Este dúo de titanes, pareja y amigos, decidieron montar un proyecto boutique con las variedades olvidadas de la zona: en blanco, la trepadell, un solo vino de una viña en vías de extinción en medio de urbanizaciones y especulación. En tintos, la giró, una uva olvidada que durante años se creyó garnacha y que poco a poco va ganando su pequeño espacio en nuestras cartas de vinos y corazones.

En este décimo aniversario se decidió elaborar un vino con mezcla de las mejores parcelas de giró, opuestas en carácter. Normalmente se elaboran dos parcelas por separado, una en zona de umbría y suelos de margas, frío y que se vendimia la última de la montañas, que se llama Dra. Jekyll, fino, elegante, floral, más liviano y con menos alcohol. Y otra en lo alto de la montaña, centenaria, sobre suelos más arcillosos y con óxidos de hierro con la que se elabora Sr. Hyde, un vino poderoso, contundente, frutal y desmesurado en todo, vicioso, con grandes sensaciones, potencia en boca y con alcohol que refresca y equilibra. Una bestia que a veces le pasa a uno por encima como una apisonadora, una apisonadora deliciosa.

En este vino encontramos el ensamblaje perfecto entre potencia y delicadeza, entre la complejidad y lo sabroso, un gran desfile de aromas mediterráneos, como un paseo por la montaña un día de lluvia, con notas de romero, tomillo, resina de pino y frutas negras. Tantos matices que cada sorbo es una nueva sensación, y que uno no dejaría de beber. El estilo lo hace ideal para comer acompañar unos gazpachos manchegos de caza, un arroz al horno o una ensalada de perdiz de tiro (ilegal). Su alma Enso recuerda a Italia, acidez, tanino y estructura, un compañero ideal del otoño-invierno y su potente gastronomía.

Sobre todo, hay que destacar una colección de 1.476 botellas que uno se siente afortunado de poder abrir y tomar sin arruinarse en el intento y disfrutar como un enano, fuera de las modas de los vinos ligeros y desorbitados.

Una curiosidad, algo distinto, único. Este dulce tiene algo especial: una variedad única, llamada bronx, que la enóloga Carlota Suria recupera para elaborar únicamente este vino, de acidez comedida, donde se solea la uva para adquirir un poco más de concentración y pasar a su posterior elaboración.

Fermentado en ánforas y criado en barricas usadas es un vino dulce aterciopelado, con notas de pera en almíbar y flores, especias dulces y miel. Ideal con foie-gras o torrijas, incluso solo, como tardeo, a un precio moderado y distinto a los tokaj o moscatel que copan el mercado. Deliciosos también, vaya por delante…

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• Vino
• Denominación de Origen Vino de Jumilla
• sumiller
• Denominación de Origen del Vino de Bullas