El término algoritmo viene del árabe 'al-Khwārizmī', sobrenombre del célebre matemático Mohamed ben Musa. Khwārizmī , que quiere decir 'de Khwārizm', el estado donde nació ... Ben Musa. Al-Khwārizmī vivió entre los años 780-840, nacido en Uzbekistán y posteriormente trasladado a Bagdad. Los algoritmos, hoy, están detrás de todas las aplicaciones que impliquen algo de automatismo y, particularmente, de los de aprendizaje incluidos en los sistemas de Inteligencia Artificial (IA). En las antiguas calculadoras, los humanos aplicaban el algoritmo para resolver el problema. Obtener una media aritmética o de cualquier otro tipo consistía en que íbamos acumulando los términos a sumar, al tiempo que los contábamos, para después proceder a dividir la suma por el número de ellos. Es el algoritmo para obtener la media. Un ordenador permite instalar esos pasos y calcular de forma automática. En una calculadora los humanos somos la Unidad Central de Proceso (CPU), que toma las decisiones de ir sumando y, llegado el momento, dividir. El mismo algoritmo lo aplicamos los humanos o una máquina a la que se le instala un programa especificando las operaciones a realizar y su orden. Los algoritmos están detrás de todos los programas de ordenador, convencionales o de IA.
Publicidad
Es posible que estemos agotando un periodo de unos 200.000 años y pasando la gestión de nuestras necesidades nutricionales a las máquinas. Se vislumbra, desde la reducción de los desperdicios y la incidencia en la tasa de mortalidad, por malnutrición; una mejor y mayor comprensión de las preferencias, lo que sirve de base para una mejor conciliación con los deseos de los consumidores, al disponer y tratar información en cantidades, significativamente estadísticas; una mejor y más rápida adaptación a los cambios, en especial los relacionados con los de uso del territorio, motivados por la población y la contracción de suelo cultivable, estimado en un 20% para finales de siglo y la prevención de las pérdidas de cosecha por malas prácticas de siembra, se verán reducidas y, en general, una mejora de los modelos agrícolas para adaptarse a la demanda de alimentos.
Gran similitud entre un algoritmo y una receta de cocina. Los ingredientes son los datos con los que operar. La receta especifica los pasos a completar y el orden en el que se deben realizar. Incluye bloques independientes que se pueden hacer simultánea o sucesivamente, pero de forma independiente. El sofrito, por ejemplo, es un bloque, procedimientos, subrutina, subprograma, función, etc, denominaciones que reciben en los distintos lenguajes de programación. Al final, la receta toma unos ingredientes y obtiene un resultado. Un programa parte de unos datos y llega a un resultado.
Al-Khwārizmī escribió, en torno a 825, un libro, en Bagdad, cuyo título incluía el término álgebra. Propuso la solución de las ecuaciones de primer y segundo grado, primeros algoritmos formales, y su nombre se ha inmortalizado por ello. No consta que fuera cocinero, pudo ser un figura. La IA, además de manejar una receta, es capaz de optimizar y personalizar el resultado. Pasado y futuro se funden. Para mejorar. Seguro.
Prueba LA VERDAD+: Un mes gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión