Comedor del Restaurante Ramón, antes del servicio. En detalle, gallineta frita. Antonio Gil / AGM | Sergio Gallego
Garum | La crítica

Restaurante Ramón de Los Alcázares, un rincón marinero

El local ha conseguido una gran capacidad de servicio sin bajar la calidad en los productos y con una cocina sensata y contundente

Jueves, 22 de febrero 2024, 00:35

Julio Velandrino, jefe de cocina del Restaurante Ramón de Los Alcázares, cumplía la semana pasada los años justos para jubilarse. No lo va a hacer, ... aunque reconoce que va a liberarse un poco para seguir llevando el arroz de Calasparra por bandera a distintos puntos de la Región sin la presión de mantener un horario fijo de cocina. O sea, que va a seguir vinculado al restaurante, pero más como organizador. Empezó su andadura en Los ramones para cubrir una baja de un par de meses de verano y este año ha cumplido treinta y cuatro años de servicio gastronómico al restaurante. Su forma de entender la cocina basada en las recetas tradicionales se ve reflejada en una carta repleta de opciones para tapear, guisos, pescados de lonja, arroces, carnes y unos excelentes postres que elabora con maestría Rafael Gallut.

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El restaurante tiene una de las barras más bonitas y completas en cuanto a oferta de tapas se refiere y, ya en el comedor, me recibe un mostrador de pescados y mariscos al que es imposible no retratar con el teléfono móvil. Tres comedores y muchas sillas, un servicio ágil y actualizado y la suficiente cintura como para satisfacer los caprichos de quien escribe rebozando el pescado en la fritura o sirviendo el tomate frito casero junto al plato principal para no 'atomatar' el pescado.

Empiezo con dos de los platos que encuentro más flojos. La hueva de mújol llega en cortes alargados, pero excesivamente fina. Será cuestión de gustos, pero yo la prefiero con un poco más de cuerpo. La quisquilla también la encuentro mejorable en la cocción, además de ser de nasa -artes de pesca con cebo- y no de arrastre.

7

  • Cocina

    8/10

  • Dirección Avda. de la Libertad, 48. Los Alcázares.

Excepto esos dos detalles, la experiencia es sobresaliente. Estupenda ensaladilla de marisco, mojama y almendras marconas fritas de esa misma mañana; sabrosísimas ostras gallegas que recibo con sorpresa tras la invasión que ha realizado la Gillardau en los últimos años contra la presencia del marisco nacional; y especialmente delicado y original encuentro el chanquete a la plancha, dorado y custodiado con dos tomates y unos pimientos verdes pequeños a modo de guarnición.

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El escabeche de atún llega a la mesa junto a unos pimientos de piquillo, dos hojas de laurel y bastantes ajos fileteados. Al ver el plato no me puedo resistir y pido que se sume a la fiesta un poco de alioli para hacer la que para mí es una de las combinaciones gastronómicas más ricas y sencillas: atún en escabeche, pimiento de piquillo y alioli, con un buen pellizco de pan. Imparable.

Magnífico calamar de potera que sirven troceado tal cual con un poco de aceite de oliva y limón, y perfecta la gallineta frita. La pido, como digo, enharinada, aunque Velandrino suele hacerla frita tal cual, a mí me gusta morder la costra que se crea con el aceite caliente e ir desmenuzando las espinas introduciendo los dedos por sus recovecos. Utiliza harina de garbanzo y el punto de la carne es tersa, jugosa y sabrosa.

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El local ofrece una carta repleta de opciones para tapear, guisos, pescados de lonja, arroces, carnes y unos excelentes postres

Termino con una tapa de un arroz y caldero que encuentro intenso, servido en cazuela de barro con un punto exquisito del arroz, meloso y con multitud de matices del ajo, la ñora e incluso de los pescados de roca que han sido utilizados para el fondo. Muy contundente.

Capítulo aparte es la sección dulce. Pruebo una especie de Miguelitos de La Roda muy delicados, una tarta de whisky casera y un suflé de limón etéreo. Imprescindible llegar al postre y probar varios. En definitiva, Ramón sigue en forma y aunque Velandrino se tome algunos días de vez en cuando, parece que la regularidad de la casa está garantizada. Larga vida.

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