Juan Ignacio Martínez: «El Cartagena en su campo te golpea de verdad y no podemos relajarnos»

Todo lo que rodea al partido de esta tarde en el Cartagonova (16.00 horas) es festivo. El Efesé cumple 200 encuentros oficiales en Segunda y recibe con honores al mejor entrenador de su historia reciente. El Real Zaragoza, por su parte, llega tras soplar ayer mismo las 90 velas de la tarta, a la espera de una venta que solucione por fin sus endémicos problemas económicos. Su técnico es Juan Ignacio Martínez (Alicante, 57 años). 137 partidos, con 60 victorias, 34 empates y 43 derrotas, acumuló en el banquillo albinegro. Y fue el arquitecto del mejor FC Cartagena de la historia, el que acarició el ascenso a Primera en la campaña 2009-10.

-El envoltorio es fantástico. No sé si todo el mundo estará igual de contento cuando el árbitro pite el final del encuentro.

-La verdad es que sí. Nosotros venimos de ganar cuatro partidos seguidos, después de una racha en la que llegamos a empatar nueve veces. Nos costaba mucho y hemos mejorado. Queremos pelear por estar arriba y acercarnos a esa sexta plaza, pero sabiendo que esto se construye semana a semana, sin hacer cuentas ni correr demasiado. Haber ganado varios partidos no nos puede relajar. Todo lo contrario, y lo confirmo porque en el día a día los jugadores me han demostrado a lo largo de la semana que no se han relajado. Sabemos que el Cartagena en su campo te golpea. Y te golpea de verdad. Ellos han marcado 42 goles y los jugadores que tienen arriba no los voy a descubrir yo ahora. Son muy buenos todos.

-¿Qué le parece lo de Rubén Castro? Lleva 15 goles, a pesar de las seis semanas sin marcar.

-Es una cosa increíble. Tiene 40 años y no se nota. Ha marcado goles siempre, desde que empezó siendo muy jovencito. Y yo lo he sufrido en mis carnes varias veces, con el Huesca, el Albacete, el Betis o Las Palmas. Su trayectoria está ahí y es ese tipo de delantero que marcará goles siempre. Obliga a los defensas a estar concentrados al máximo y no darle la más mínima opción. Si se la das, te mata.

-¿Qué es lo que más le preocupa del Cartagena?

-Todo el arsenal que tiene arriba. Hablamos de Rubén Castro, pero es que él está muy bien rodeado. Es un equipo que gana muchos partidos y eso ocurre porque tiene una gran pegada.

-¿Qué opinión tiene del trabajo que está desarrollando Luis Carrión y el de la directiva encabezada por Paco Belmonte?

-En ambos casos se puede decir que es muy bueno. El míster llegó el año pasado en una situación muy delicada y sacó al equipo del pozo del descenso. Lo salvó hasta con cierta holgura. En cuanto a Paco [Belmonte] y Manolo [Sánchez Breis], solo hay que ver la situación deportiva, económica e institucional en la que se encuentra el club. Y eso que han tenido muy mala suerte. Lo de Majadahonda fue terrible. Lo vi con Paco Imbernón [actual preparador físico del Cartagena] en un aeropuerto, que íbamos camino de China. Y no nos lo podíamos creer. Se han hecho fuertes en cada golpe, se han levantado cada vez que no han podido ascender y ahora recogen los frutos. Se han merecido estar donde están.

-Usted vivió dos etapas fabulosas en el Cartagena. ¿Habrá una tercera?

-Es que si contesto a eso, antes de jugar en el Cartagonova, creo que a Luis [Carrión] no le va a gustar... O el hombre se puede sentir en una situación incómoda.

-Hablemos de un escenario, entonces, de futuro a medio y largo plazo. ¿Se ve volviendo?

-El Cartagena está en muy buenas manos con el míster [Luis Carrión] y yo dije al llegar al Zaragoza que mi objetivo era salvarlo del descenso y dejarlo en Primera División. En eso estoy enfocado. Nos costó mucho salvar la categoría el año pasado. Y esta temporada hemos tenido altibajos. ¿El futuro? ¿Cómo no voy a querer volver al Cartagena? Fue mi trampolín y es una ciudad en la que tengo grandes amigos y familia. Si se diera esa posibilidad, para mí sería un orgullo tremendo. He entrenado al Cartagena en Segunda B y en Segunda...

-Pue entonces falta que lo entrene en Primera...

-Pues eso. ¿Dónde lo firmamos? [se ríe].

-¿Qué se ha encontrado en Zaragoza? ¿Cómo es sentarse en el banquillo de La Romareda?

-Lo más importante de todo es que en esta ciudad nadie es del Madrid ni del Barça. Todo el mundo es del Real Zaragoza. Hay una exigencia alta, porque este club es un grande del fútbol español. Es un histórico y su gente no quiere seguir viéndolo en Segunda. Me siento querido y respetado. En la farmacia, en la panadería, en la tienda... Donde voy, todo el mundo me reconoce y me para. Y me recuerda que el domingo tenemos que ganar.

-¿Qué queda del joven entrenador que empezó con el Mar Menor en El Pitín?

-La pasión y la ilusión. El día que no tenga ambas cosas, lo dejo.

-Ha cambiado mucho el fútbol desde que usted empezó.

-Sí, sobre todo en el tema del 'staff'. En el Cartagena, al llegar yo en 2005, éramos tres en el cuerpo técnico y ahora contamos con diez o doce personas en el Zaragoza, muy preparadas todas.

-¿Está contento con su carrera?

-Mucho. Jamás imaginé que iba a entrenar en Primera y en el extranjero. Yo no pude ser futbolista. Mi tope fue el Torrevieja [en Segunda B] y en el último curso de PRO UEFA había más de 900 titulados. Hay gente muy válida y que yo siga teniendo ofertas me hace sentir un privilegiado.

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