El 'Tiburón' que creció viendo carreras de Stoner y Schwantz
Acosta ganó su primera prueba con 6 años y aprendió a caerse en los circuitos de Cartagena y Fortuna, siempre junto a su mentor Paco Mármol
A Pedro Acosta (Puerto de Mazarrón, 16 años) no le interesaban mucho las motos y su padre, que no se perdía ninguna carrera del Mundial ... y muchos domingos se los pasaba enteros rodando con amigos en el circuito de Cartagena, no quería imponerle su afición. Lo último que le apetecía era forzar al crío a subirse a una moto. «Lo apuntamos a taekwondo y el primer día lo revolcaron. Le dieron fuerte. Vino enfadado y dijo que no volvía. Que él no quería que le pegara nadie», cuenta hoy Acosta padre, pescador y patrón del 'Peretujo', barco que faena en aguas de Mazarrón.
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Pasó poco tiempo entre aquella fugaz aventura en el tatami y su estreno sobre una moto. «Un día, por casualidad, vino a verme con mi mujer al circuito de Cartagena y vieron muchos críos en la escuela de pilotaje. Hablamos con el responsable, que era Francisco Mármol, y el niño dijo que quería probar. Probó y le gustó», explica Acosta padre sobre los inicios de su hijo en el motociclismo. «Estaba a punto de cumplir 6 años y el primer día ya ganó», recuerda. Y ya nunca se bajó del cajón. Ha ido ganando en todas las categorías formativas, hasta que ayer lo hizo en Moto3 por primera vez.
Mármol, primero en Cartagena y después en Fortuna, se convirtió en su sombra. «Es como un hermano para mí y al cambiar de equipo este año, con el salto al Mundial, teníamos claro que Paco [Mármol] tenía que seguir a su lado. De hecho, yo quiero que vaya con mi hijo a todas partes. Tengo una confianza ciega en él. Son mis ojos, mis manos y mi corazón», indica Acosta padre sobre el mentor de su hijo.
Porque si Acosta es hoy un piloto valiente y con un desmesurada apetito de victorias se debe en gran parte al aprendizaje de una década de mucho sacrificio en pequeños trazados. Dicen los que saben que el piloto que va rápido en Cartagena va rápido en todos los circuitos. Y Acosta se ha curtido en el técnico y pequeño trazado de El Plan. Hace un par de años, cuando se caía mucho, algunos agoreros se aventuraron a pronosticar que Acosta no llegaría nunca al Mundial.
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Se equivocaron. El chico se defiende. «Nunca me he caído por mi culpa. El año pasado, siempre que me fui al suelo fue porque me tocaron y me tiraron. Me caigo mucho en los entrenos. Eso es verdad. Pero es que para eso están los entrenamientos. Me arriesgo, me caigo y aprendo, tanto en Fortuna como en Cartagena. Pero en carrera no me he caído. Me han tirado. Es distinto», explicaba el joven piloto en una entrevista concedida a LA VERDAD hace un mes.
«Ni siquiera he cumplido los 17 años y no pienso mucho en el futuro. Ojalá alguna vez pueda ser como Marc Márquez, pero eso ahora mismo ni se me pasa la cabeza», asegura. Huye de las comparaciones. «Acaba de empezar, pero es verdad que tiene cosas que otros pilotos no tienen y los que entienden de este deporte le ven potencial», tercia su padre. Ayer en Losail (Catar) se convirtió en el cuarto más joven de la historia en ganar una carrera en el Mundial.
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Le llaman Kevin
Le apodan 'El Tiburón', por aquello de que se ha criado entre redes de pescadores y mirando al mar, en la bahía de Mazarrón. No obstante, lo que más ha visto han sido sardinas y boquerones. Tiburones en Mazarrón, ni uno. En estas últimas semanas, muchos en el paddock empiezan a llamarle Kevin, en honor a Kevin Schwantz, mítico piloto estadounidense que conquistó el título de 500 cc con Suzuki en 1993. Era el favorito de su padre debido a un estilo muy especial de pilotar, con sus frenadas imposibles y sus memorables duelos en la época con Wayne Rainey. Y él ha crecido viendo carreras antiguas del tejano. Muy antiguas.
Schwantz se enteró de esa historia el viernes y ayer, antes de la carrera, le envió un cariñoso mensaje al joven mazarronero. «Pedro Acosta, segundo puesto en tu primera carrera en el Mundial de Moto3. ¡Enhorabuena! Con solo 16 años y no es lo mejor que puedes conseguir, porque también puedes ganar el campeonato y subir de categoría. Te deseo la mejor de las suertes para el resto de la temporada y de tu carrera. Y estoy encantado de saber que eres de mi club de fans. Seguro que te han enseñado vídeos de mis carreras, porque con solo 16 años que tienes no estabas por aquí para poder verme. Que tengas mucha suerte y te deseo una gran carrera», le dijo Schwantz a través del diario 'AS' horas antes de triunfar ayer en Losail. Y le dio suerte.
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Otro de los ídolos de su padre fue el australiano Casey Stoner, campeón de MotoGP en 2007 y 2011. Y Acosta júnior también pasaba las horas muertas delante de la tele y del ordenador viendo carreras históricas de Stoner, con quien incluso guarda cierto parecido físico. «No tengo presión ni pienso mucho en el futuro. Estoy centrado en pilotar la nueva moto, que es parecida a la del año pasado, aunque lo cierto es que es más fácil de llevar. Desde hace tiempo se habla de mí y lo asumo. Pero esto solo acaba de empezar», zanja Acosta.
«Es histórico. Nos hemos vuelto locos», confiesa su padre
«Es histórico. Es increíble. Nos hemos vuelto locos en casa», confesaba ayer a LA VERDAD Pedro Acosta padre, unos minutos después de que su hijo se bajara de lo más alto del podio del circuito de Losail (Catar). Pescador mazarronero, de 46 años, vio la carrera en su domicilio junto a su mujer Mercedes, de 44, y sus dos hijas mayores, María del Mar, de 29, y Miriam, de 23. Pedro, el pequeño, cumplirá 17 el mes que viene.
Fue el ritual de siempre en la casa de los Acosta, aunque en este caso la relevancia del éxito hizo que todo se desbordara. Los móviles no dejaron de sonar en toda la tarde. «Me está llamando mucha gente y hay un montón de números que no conozco», contaba Acosta padre esta semana. Su hijo despertaba el interés de todos antes de lo que hizo ayer.
A partir de ahora, será una locura. «El crío lo ha tenido claro desde siempre. Decía que iba a llegar al Mundial de MotoGP y que iba a pelear por el título. Es muy trabajador y muy ambicioso. No se conforma y siempre quiere más», cuenta su padre, que siempre fue un apasionado de las motos. «Pero yo quise ser piloto. Soy pescador y la moto fue mi pasatiempo de los fines de semana», aclara una y otra vez.
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