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Leyenda. Pedro Cordero trata de regatear a un joven Dani Güiza, en un partido de 2002 en Palma de Mallorca. GECA SPORT

Brau y Cordero, en el nombre del padre

El lateral del Granada, que apunta al Coventry, y el goleador del Llerenense, cerca del ascenso a 2ª RFEF, sacan brillo este curso a un apellido ilustre del fútbol cartagenero

Martes, 17 de junio 2025, 00:49

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Sus padres son leyendas del fútbol cartagenero y ellos, que no conocieron los grandes momentos de sus progenitores con la camiseta albinegra, honran lejos de casa unos apellidos que con solo pronunciarlos evocan a puro fútbol cartagenero: Brau y Cordero. Al bueno, al de toda la vida. A diferencia de sus padres, los actuales Brau y Cordero no defienden los colores del equipo de la tierra, pero brillan –cada uno a su nivel– e intentan hacer su propio camino sin que el apellido les pese demasiado.

Miguel Ángel Brau (Cartagena, 23 años) está a punto de dar el salto más importante de su todavía corta carrera, ya que varios medios indican que tiene un principio de acuerdo con el Conventry City, equipo de la Championship inglesa que está entrenado por el mítico Frank Lampard y que este curso se ha quedado a las puertas de ascender a la Premier League. Se lo impidió otro histórico, el Sunderland, en una eliminatoria de 'playoff' agónica, decidida en el minuto 122.

22 goles

lleva anotados el cartagenero Álvaro Cordero esta temporada con el Llerenense extremeño, cinco de ellos en un 'playoff' que puede culminar este domingo con el ascenso a Segunda Federación.

Resulta que este club británico, que lleva un cuarto de siglo tratando de volver a la Premier, prepara un proyecto muy ambicioso para la próxima campaña y ha presentado una oferta a Brau con la que no puede competir el Granada. El lateral izquierdo cartagenero, tras una temporada notable en el conjunto nazarí, ha rechazado la propuesta de renovación que le hizo el club rojiblanco y se despedirá oficialmente en unos días de la que ha sido su casa desde que tenía 17 años.

Estuvo en el Cartagena FC de Gómez Meseguer y pasó por los juveniles del Torre Pacheco, hasta que el Granada se fijó en él y lo firmó. Fue creciendo y destacó mucho durante su cesión en el CF Talavera en Primera RFEF. Allí jugó todos los minutos hasta que la cara oscura del deporte llamó a su puerta: se rompió el cruzado casi al final de liga, lo que le hizo despedirse de Talavera y volver a Granada.

Irrumpe con Escribá

Tras meses de rehabilitación en Granada, regresó en 2024 para disputar los últimos ocho partidos con el filial. Su perseverancia fue recompensada con el debut en Primera División hace poco más de un año, pero ha sido esta campaña en Segunda, con Fran Escribá en el banquillo, cuando Brau ha demostrado que puede ser un gran lateral izquierdo.

Brau es el último producto de una saga muy futbolera. Su abuelo tuvo una larga carrera y pasó por el Torrevieja, el Pinatar y el Dolores de Pacheco. Pero fue en el Horadada, club al que incluso llevó a Segunda B, donde se convirtió en un futbolista de referencia en la comarca. Jugaba de defensa, pero marcaba muchos goles de falta y penalti. Tras retirarse, pasados los 40 años, entrenó a varios conjuntos de base, así como a los primeros equipos de Horadada, La Manga y Mazarrón.

No jugó nunca en el primer equipo de la ciudad, algo que sí lograron sus hijos Salva (tío de Brau Jr.) y Miguel Ángel (padre). Este llegó a debutar en Primera con el Albacete y era un exquisito mediocentro, pero las lesiones se cebaron con él y no pudo asentarse en la élite. Dejó algunos destellos de su calidad en el Cartagonova 'post-Cordobazo', en los 70 partidos que disputó entre 1999 y 2002 como albinegro. Y a los 29 años, tras dos campañas en el Figueres, colgó las botas y pronto se convirtió en maestro de Educación Física.

Lo mete todo

Álvaro Cordero y Miguel Ángel Brau Blánquez. Hoy | Ideal

Álvaro Cordero (Cartagena, 27 años), también es el pequeño de una estirpe familiar de futbolistas que no necesita presentación en Cartagena. Es hijo de Pedro Cordero, el jugador más relevante de la que después sería una saga de de la que también formaron parte sus hermanos José, Juan Carlos y Jorge y su tío José Ángel. Además, los hermanos Cordero eran nietos de Pepe Sánchez Llamas, que había sido jugador y entrenador del San Javier y del Cartagena. Y un primo suyo, Ángel Albaladejo, había estado en el Barça.

Pedro Cordero, que en los últimos años ha trabajado como 'scouting' para el Cádiz y ahora está en el mercado de directores deportivos en busca de un nuevo destino, es el único futbolista en la historia del Cartagena que ha salido traspasado tres veces, al Murcia, al Salamanca y al Albacete, dejando en las tres ocasiones dinero en las arcas del club. Jugó más de cien partidos en Primera con Real Murcia y Albacete y fue con la sub-21.

Calidad a raudales. Brau padre, en un partido con el Cartagonova FC frente al Alzira, en diciembre de 1999. ADI

A su hijo mayor, Álvaro, le ha costado mucho más hacerse un nombre en el mundo del fútbol. Salió tarde de casa, tras pasos cortos e irregulares por el Cartagena B, La Unión, el UCAM B y la Minera. Con 24 años tuvo la oportunidad en el Cádiz B, pero no la aprovechó. Lo intentó en el Torrent, el Racing Rioja y el Prat e incluso estuvo unos meses en la Segunda de Islandia, pero ha sido este curso en el modesto Llerenense extremeño donde ha explotado. Y de qué manera. Su temporada está siendo brutal y está a un solo paso de subir a Segunda RFEF. Marcó este domingo en la ida de la final contra el Lealtad asturiano (1-0).

Álvaro Cordero, delantero centro corpulento y que juega muy bien de espaldas, suma ya 22 goles, cinco de ellos en un 'playoff' de ascenso en el que solo se ha quedado sin marcar en un partido, el del Nuevo Vivero ante un Badajoz al que sí vacunó el ariete cartagenero en la vuelta. Ha hecho ocho tantos en los nueve últimos encuentros y durante todo el curso se ha mostrado certero desde los once metros: siete penaltis ha transformado. Está en el mejor momento de su carrera, a solo tres semanas de cumplir 28 años. Ofertas no le van a faltar este verano. Mientras, su hermano Pablo, de 19 años, juega en el CD Algar.

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Brau y Cordero, en el nombre del padre