El 'y ahora qué' de Izan Almansa

Hasta llegar a ese momento, todo el baloncesto que estaba por ver de Izan Almansa está ya visto. Su única temporada en categoría sénior (la NBA tiene una edad mínima de entrada de 19 años) ha sido en la G-League, la liga de desarrollo de la máxima competición americana y en la que cada equipo (menos los Phoenix Suns) tiene un afiliado. Tanto es así que lo tiene hasta la propia liga, pues el equipo de Almansa esta temporada, los G-League Ignite, son propiedad de la NBA, un proyecto creado en 2020 como rendición y al mismo tiempo alternativa a la cada vez más recurrente tendencia de los jóvenes con potencial de descartar el convencional paso por una NCAA sin salario antes de ingresar en la NBA.

Estos Ignite, además de competir en la G-League como un equipo más, han disputado partidos de exhibición y con un interés publicitario o la propia Copa Intercontinental de la FIBA. Habiendo finalizado últimos en la G-League con dos victorias en 34 partidos, la NBA ya ha anunciado que baja la persiana y que esta ha sido la última temporada de los Ignite, pero no por los resultados, sino porque, desde que hace un año está permitida la explotación comercial de su imagen a los jugadores de la NCAA, ha perdido su razón de ser.

Nunca estuvieron concebidos los Ignite como un equipo para competir. Criadero de jóvenes estrellas, en el equipo con base en Henderson, ciudad perteneciente al área metropolitana de Las Vegas, Izan Almansa ha encontrado lo mismo que diez jugadores anteriores a él desde su creación: una manera de ir conociendo la NBA desde dentro antes de su entrada como tal en la liga.

Su programa de entrenamientos ha estado muy enfocado al desarrollo de jóvenes como él u otros talentos como Ron Holland, Matas Buzelis o London Johnson a partir de entrenamientos de técnica individual con que afinar el perfil que pueden tener en la mejor liga del mundo, estar rodeados de veteranos que ejerzan como mentores, o ir implicándose en tareas comunitarias.

Superada su curva de adaptación, Almansa ha terminado promediando 10,5 puntos, 7,2 rebotes y un 54,3% de acierto en tiros de campo. Entre medias, otra experiencia de altura cuando fue llamado a participar en el 'All-Star' de la NBA en un cuadrangular de equipos de promesas.

Esta temporada no ha valido a Almansa para subir posiciones en las previsiones del draft, sino más bien lo contrario. Ahora mismo son pocos los 'mocks' de los medios especializados estadounidenses que le meten en primera ronda (30 primeras elecciones), si bien esta próxima clase de 2024 no destaca por su enorme concentración de talento y eso hace que las previsiones puedan aún subir y bajar mucho.

Clave en ese fluctuar será el Draft Combine, del 12 al 19 de mayo en Chicago. En este escaparate de futuribles NBA se dejará ver el joven murciano, que pasará lo que queda de abril haciendo entrenamientos individualizados en Las Vegas, preparándose para las pruebas de este evento.

De participación solo por invitación exclusiva, Almansa y varias decenas de jugadores candidatos al Draft se someterán durante una semana a una serie de test físicos, ejercicios con balón, cinco contra cinco, mediciones antropométricas y entrevistas ante entrenadores, ojeadores y ejecutivos de la NBA. Pasada esta semana, serán las propias franquicias de la NBA las que inviten a unos u otros jugadores para entrenar en sus instalaciones antes del Draft, según por dónde se intuya que el jugador pueda salir elegido y los equipos que por esa posición merodeen, que podrán ver al murciano más de cerca y ganar seguridad ante de la elección final.