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Estaciones. Fotografías del Mar Menor en diferentes épocas del año realizadas por Xiao Liang Ji, José María Caballero, Isabel Rubio, Joaquín Molina y María José Villarroya.

El Mar Menor en diecisiete instantes poéticos

Aurora Gil Bohórquez y María José Villarroya coordinan una obra colectiva donde haijines y fotógrafos ofrecen su visión de la laguna salada

Lunes, 18 de noviembre 2024, 00:46

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Debe plasmar una imagen, una emoción, en tres versos de cinco sílabas el primero, siete el segundo y de nuevo cinco el tercero. No tienen que rimar, deben estar escritos en tercera persona y deben hacer una alusión a la estación del año. Estas son las normas básicas del haiku, un tipo de poema japonés que bien conocen Aurora Gil Bohórquez y María José Villarroya, coordinadoras de una serie de libros dedicados a este género editados por La Fea Burguesía que arrancó con 'Murcia a vista de haiku' (2021), siguió con 'La huerta en haikus' (2022) y continúa con el tercer volumen, 'Haikus al Mar Menor', que a visto la luz hace unos meses y en el que participan diecisiete fotógrafos y cuarenta y dos haijines nos descubren el Mar Menor en las distintas épocas del año.

Aurora Gil Bohórquez, profesora jubilada de Lengua castellana y Literatura, está enganchada a esta forma de hacer poesía de raíz oriental desde los años 80. «En un Instituto de Alcantarilla se publicó una revista relacionada con los haikus en la que yo participé, y después, con mis alumnos, escribíamos haikus en proyectos europeos», cuenta sobre un periodo en el que no estaba tan de moda este tipo de composición. «Era algo exótico», dice sobre un poema «bonito, que se difunde muy bien y del que rápidamente se capta su esencia».

EL LIBRO

  • Editorial La Fea Burguesía. Coordinado por Aurora Gil Bohórquez y María José Villarroya. Introducción de Celia Martínez Mora y epílogo de Manuel Madrid.

  • Haijines Aurora Gil Bohórquez, María José Villarroya, Celia Martínez Mora, Vicente Cervera, Idoia Arbiliaga, Juan Jordán, Emilio del Carmelo, José Luis Aguayo, Margarita Ayala, Conchita Bayonas, Magdalena Cánovas, Ángeles Carnacea, José Ángel Castillo, Julio Ciller, Mª Jesús Ciller, Ana Cuesta, Fernando de la Cierva, Elena Fuentes, Eva Garrido, Mª Ángeles Gómez Ortigosa, Rosario Guarino, Noelia Jerónima Guillén, Mª José Hernández Hernández, Juan Francisco Jordán, Raimundo Lara, Ramón López Palop, Francisco Javier López Martínez, Josefina López, Milagros López, Juana J. Marín Saura, Mª Carmen Martínez Balibrea, Carmen Martínez Marín, Romualdo Mateos, Juan José Navarro, Mª Asunción Nuño Vázquez-Garza, Fernando Oliva Mompeán, Alonso Palacios, Mª Carmen Piqueras, Rosa María Regalado, Francisco Ruiz-Villarroya, Raquel Vargas, Gabriel Vegara, Teresa Vicente, Mª José Villarroya Durá y Clara Villarroya.

  • Fotógrafos Aíta Salinas, Ana Bernal, Bartolomé López Lucas, Carmen Martínez Marín, Clara Villarroya, Isabel Rubio, Javier Plaza, José D. Riquelme, José María Caballero, Marian Calero, María José Villarroya, Manuel de Larrea, Pilar Morales, Teresa Arnal, Joaquín Molina, Xiao Liang Ji y Aurora Gil Bohórquez.

Años después, un taller de haikus del poeta Manuel Lara Cantizani en la Fundación Trinitario Casanova fue el germen de este proyecto en el que también está involucrada María José Villarroya, que conoció a la exprofesora en el Instituto Juan Carlos I de Murcia. «Yo la conocía de oídas, pero cuando llego allí me encuentro a esta mujer, que se ha jubilado y que a la biblioteca del Instituto le han puesto su nombre por las muchas labores que hizo, entre otras crear ese espacio dedicado a los libros. Me entero de que llevaba el club de lectura por amor al arte y quise colaborar con ella. Nos entendemos muy bien», explica Villarroya, que ahora es la encargada tanto del club de lectura como de la biblioteca del centro. Aficionada a la fotografía, aportó las instantáneas del primer libro dedicado a Murcia, además de escribir algunas composiciones y en este volumen se encarga, entre otras labores, de la coordinación con los autores. «Lo nuestro ha sido una feliz combinación de dos personas que se llevan bien y se animan la una a la otra», asegura la más veterana de estas «mamás» literarias.

«No debemos claudicar»

«El Mar Menor de nuestros haijines es el espacio mejor protegido de nuestra memoria colectiva. Mientras no llegue su completa recuperación, mientras no aseguremos su regeneración, sentiremos que hemos fracasado como sociedad. No creamos que todas esas palabras cargadas de verdad y, en el fondo, de inocencia son cantos de sirena», reflexiona Manuel Madrid, jefe del área de Culturas y Sociedad de LA VERDAD, en el epílogo de este libro. «Mientras el primero era un homenaje al espacio donde vivimos, el segundo [dedicado a la huerta] y el tercero tienen un carácter más reivindicativo, de defensa de los espacios que ocupamos», explican las autoras. De hecho, la creación de este libro le ha llevado a Villarroya a conocer otra perspectiva sobre el cambio climático: «Asistí a una charla de Celia Martínez Mora, representante de Pacto por el Mar Menor y prologista del libro donde dijo que hemos entrado en un momento muy peligroso para la laguna porque la gente joven la ha conocido ya estando mal y no tiene referencia de cuando estuvo bien. Transmitir un mensaje negativo de que no vale la pena luchar es, directamente, firmar la sentencia de muerte de cualquier ecosistema. No podemos claudicar, hay que seguir enfadándose con quien haga falta para recuperar la salud del Mar Menor».

Aurora Gil Bohórquez y María José Villarroya posan con sus libros. Vicente Vicéns/ AGM

Un proyecto en el que conviven poetas consagrados como «Vicente Cervera, Soren Peñalver y José Ruiz Martínez Valero», junto con «otros que solo escriben haikus», explican las responsables de la propuesta, que consideran que la afición va aumentando en la Región. «Hacer un haiku requiere un tiempo de meditar, de buscar la palabra, de encajar una emoción. Es un camino vital. No te tienes que sentir poeta para lanzarte, simplemente ser amante de la belleza del momento», indican.

Selección de haikus

  • Vicente Cervera Salinas Putrefacciones, donde antaño danzaban, los hipocampos.

  • Aurora Gil Bohórquez Días azules. En la quietud del mar, se alegra el alma.

  • Rosa María Regalado Bajo las aguas, fulguran ambiciones, adolescentes.

  • Juan Jordán Quietud marina, el azafrán de octubre. Alma en llamas.

  • Josefina López Los parasoles con sabor a tortilla, ojos al mar.

  • Alonso Palacios De las palmeras, arañas gigantescas, tejen sus sombras.

  • Charo Guarino Adiós al día, y la esperanza puesta, en el mañana

  • María Carmen Piqueras Noche serena, se ríen las estrellas. ¿Será de mí?

  • Francisco Javier López Martínez A donde irán, los puntos suspensivos...,El mar se calla.

  • María Asunción Nuño Tarde con bruma, anclados mis deseos, al barlovento.

  • María José Hernández Hernández Desnudas aspas, ya sin blanco velamen. Olor a sal.

  • Ángeles Carnacea El agua, espejo, del ave solitaria, y de su asombro.

Por otra parte, también es destacable la participación de diecisiete fotógrafos que han inspirado con sus instantáneas a los haijines. Como resultado, «un libro muy variado» que les ha permitido descubrir nuevos nombres en este ámbito. «A Xiao Liang Ji lo conocí en la óptica y nos ha dejado una imagen preciosa», recuerda Bohórquez. Ya tienen ideas para el siguiente volumen. «Quizá gire en torno al Valle de Ricote», dejan caer.

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