López Cuenca infiltra a Picasso en el Arqua

Encontrar un guante o una camiseta de buzo entre las monedas del tesoro de las Mercedes o de una vitrina con una vasija fenicio en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática no es un error del museo que los haya dejado ahí olvidados. Estos elementos forman parte de la exposición 'PI©A$$O de Rogelio López Cuenca (Nerja, Málaga, 1959) que se podrá visitar hasta finales de octubre. Coincidiendo con la inauguración de la muestra –«intervención» le gusta decir al autor– el Arqua reabrió sus puertas tras meses cerrado al público para arreglar los desperfectos ocasionados por las últimas lluvias.

La obra de López Cuenca, Premio Nacional de Artes Plásticas 2022, no es una exhibición al uso. Empezando porque el visitante tiene que descubrir qué piezas forman parte de ella buscándolas entre las de la colección permanente de la institución. «No es una exposición que se venga a contemplar», afirmó el creador. La obra forma parte de la Celebración Picasso 1973-2023 organizada por la Comisión Nacional Española, con el apoyo de Telefónica, y el Musée National Picasso-París para la conmemoración del cincuenta aniversario de la muerte del malagueño. Tanto los ministerios de Cultura como de Exteriores de ambos países colaboran para sacar adelante este homenaje al creador del cubismo.

Uno de los proyectos es el Programa PI©A$$O de López Cuenca, en el que el artista ha planteado una serie de instalaciones museográficas ideadas expresamente para cada uno de los diez museos estatales participantes. El de Cartagena es la segunda sede de la propuesta tras su comienzo en Altamira, y después vendrán otros como el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida o el Museo del Romanticismo en Madrid.

Según explicó López Cuenca, «se han insertado distintos elementos en el recorrido habitual de la visita a la colección permanente de los museos» porque «se busca un cierto grado de interrupción de lo que estamos acostumbrados a percibir en un relativo orden, de pronto hay un objeto extraño que nos obliga a interrumpir esa lectura cómoda para plantearnos preguntas sobre lo que estamos viendo».

En el caso del ARQUA hay gafas de buceo, guantes y camisetas de neopreno, una boya de submarinismo o una linterna entre otros. Todos los objetos tienen relación con el mundo submarino. «No son elementos habituales, tienen cierta familiaridad pero a la vez extrañeza que es lo que se busca», detalló el artista.

Algunas de las piezas proceden del archivo personal de López Cuenca, mientras que otras han sido creadas para la ocasión, y en todas ellas se distingue el nombre de Picasso. El artista lleva años recopilando imágenes que tienen que ver con su paisano más ilustre para abordar el proceso de reinvención del imaginario de Málaga, el lugar de nacimiento del genio andaluz.

«Hay un montón de marcas comerciales que aprovechan el nombre de Picasso porque les incorpora capital simbólico», relató el autor. «Picasso se ha convertido en una marca mundial que aplicada a cualquier objeto en el mercado multiplica su valor», añadió.

Para López Cuenca en el fenómeno picassiano «se entrecruza, de un lado, la pervivencia de rasgos característicos del mito romántico, en cuanto a la exaltación de la figura del genio creador y, del otro, rasgos propios de la circulación y el consumo de mercancías característicos del capitalismo tardío, donde la cultura ha venido a ocupar una centralidad hasta el momento desconocida».

Busca que su obra sea «una crítica a la deriva de cómo interpretamos el arte como mercancía de lujo, cuando la cultura es un elemento imprescindible para nuestra supervivencia como especie, al igual que la comida o la vivienda». Reconoce que su intención es plantear esa idea en la mente de los visitantes. Darles qué pensar.

Al igual que presentar «una lectura crítica de las políticas migratorias de la Unión Europea que están institucionalizando y naturalizando la xenofobia y el odio al diferente». Es por ello que acompañando a la muestra se expone un vídeo denominado 'Opening Picasso' que gira entorno a la inauguración del Museo Picasso de Málaga en 2003, que coincidió con un temporal en el Estrecho de Gibraltar que causó el naufragio y la muerte de una treintena de personas «también migrantes como el propio Picasso».

Los visitantes podrán llevarse una publicación en forma de periódico editada para la ocasión. Cuenta con artículos de investigadores y estudiosos de referencia tanto en la obra de Picasso, como en la diversidad de modos en que el fenómeno de su contradictoria fama se despliega y es consumido en la sociedad contemporánea como la historiadora del arte Pepa Bueno Fidel.

La presentación de la obra se celebró ayer a cargo del director de la institución, Rafael Sabio. Contó con la presencia del delegado del Gobierno en la Región de Murcia, Francisco Jiménez.

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