La escritora gallega Cristina Sánchez-Andrade.

Cristina Sánchez-Andrade: «Tener que hacerlo todo a través de una pantalla me resulta cansado»

La escritora gallega Mantiene hoy un encuentro 'online' con los lectores de Cartagena para presentar su libro 'El niño que comía lana', premiado con el Setenil

Miércoles, 21 de abril 2021, 00:53

«¡Por fin una buena noticia!» fue la frase que exclamó Cristina Sánchez-Andrade (Santiago de Compostela, 1968) cuando el pasado noviembre le comunicaron que ... su libro de relatos, 'El niño que comía lana' (Anagrama), había resultado ganador del XVII Premio Setenil, dotado con 10.000 euros y otorgado por el Ayuntamiento de Molina de Segura. «¡Por fin una buena noticia!», exclamó en medio de un año aciago, marcado por el confinamiento, la pandemia y la pérdida de vidas. Hoy, a las 19.00 horas, la escritora charlará sobre su obra con los miembros de los clubes de lectura de las bibliotecas municipales de Cartagena y de los talleres literarios de la Universidad Popular, dentro del ciclo 'Leer, pensar e imaginar' y las actividades 'AbrirLibro', programadas por el Ayuntamiento cartagenero en torno al Día del Libro. Su encuentro será 'online', muy distinto al que vivió hace cinco años, también en Cartagena, para hablar de 'Las inviernas', novela finalista del Premio Mandarache. Entonces estuvo arropada por 600 estudiantes.

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–¿Recuerda cómo y cuándo escribió 'El niño que comía lana'?

–Son relatos que fui escribiendo a lo largo del tiempo. Su génesis está en la tradición oral, en lo que, de pequeña, me contaron en casa mi abuela y mis tías. Esas historias las he ido introduciendo en mis novelas, pero quedaban flecos por contar. Pensé que sería buena idea darles un hilo conductor, y que los personajes se repitieran, que entraran y salieran de las historias o que el lector pudiera verlos a lo largo del tiempo. Cada cuento tiene su propia historia, viene de una anécdota distinta o a partir de un título concreto. 'El niño que comía lana', por ejemplo, surgió de un relato que escuché por la radio mientras conducía: un médico contaba cómo una vez llegó a su consulta una madre muy preocupada porque a su hijo le había dado por comer lana..., y de repente, 'pun', me vino ese título a la cabeza, y empecé a escribir.

«Jamás pretendería escribir un cuento para aleccionar a nadie de nada»

–¿Qué le atrae de las historias que narra?

–Para que uno se sienta atraído por un personaje o decida empezar a escribir sobre un tema, ese tema o ese personaje tienen que conectar con algo tuyo. Y cada una de las historias que narro conectan con algo mío. Por ejemplo, en el libro hay muchos personajes que tienen en común un afán de liberarse, de huir y escapar, y eso enlaza con una parte de mi vida en la que yo tenía esa necesidad de salir, de viajar y de vivir cosas nuevas.

–¿Cuándo sintió ese deseo?

–Fue antes de la pandemia. Y no sé bien por qué fue. Tenía esa necesidad de escapar. Creo que es algo que conecta mucho con la vida de los escritores; siempre estamos buscando espacios de recogimiento y libertad porque en el día a día hay mucho ruido.

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PREMIO SETENIL: «Fue una alegría inmensa. Me dije: '¡Por fin una buena noticia!'»

–¿Qué nos enseñan los cuentos?

–Creo que enseñan lo que cada uno quiere coger de ellos. Jamás pretendería escribir un cuento para aleccionar a nadie de nada. Lo bonito de la literatura es que cada uno va buscando lo que en cada momento necesita, lo que le hace falta.

Un premio prestigioso

–¿Cómo fue recibir el Setenil?

–Imagínese. Fue una alegría inmensa. Me dije: '¡Por fin una buena noticia!'. Es un premio muy prestigioso, y 'El niño que comía lana', mi primer libro de relatos. Fue una satifacción muy grande.

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Conviene saber

  • Qué: Encuentro 'online' con Cristina Sánchez-Andrade. Ciclo 'Leer, pensar, imaginar'

  • Cuándo y cómo: Hoy miércoles 21, a las 19.00 horas, a través de www.cartagena.es

–¿Le ha atrapado la narración corta?

–Siempre me ha gustado. Si antes no he escrito cuento, aunque esto no debería ser una razón de peso, ha sido por la dificultad de publicarlo. El cuento, de cara a las editoriales y a las ventas en general, parece que es un género menor y es más difícil que te publiquen un libro de relatos que una novela.

–La ceremonia de entrega del Setenil fue de forma 'online', al igual que el encuentro que hoy protagoniza con los lectores de Cartagena. Ambos actos son muy distintos al que vivió usted en 2016 como finalista del Premio Mandarache.

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–¡Uf!, enorme. El mundo no virtual es irreemplazable. Esto es un sucedáneo, un apaño para poder seguir haciendo lo que nos gusta, pero es incomparable. A la ceremonia del Mandarache vinieron 600 personas. Creo que nunca había estado delante de tanta gente, y me pasé dos horas firmando libros. Ahora estás en tu casa, en tu mesa de siempre, en tu ordenador..., no, no. Ojalá se acabe pronto.

–¿Cómo vive estos tiempos de pandemia?

–Sobreviviendo, como todo el mundo. Lo que peor llevo es todo lo virtual. El tema de estar en casa no me importa, pero no poder ir a las presentaciones, a los clubes de lectura, dar clases... Tener que hacerlo todo a través de una pantalla me resulta no solo desagradable, sino muy muy cansado. Estoy un poco agotada ya de esto.

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–¿Qué cree que ha revelado la pandemia?

–Quizá esa reflexión la hagamos con más certeza dentro de unos años, porque ahora estamos muy metidos en ella y es pronto para sacar conclusiones. Cuando te pasa algo importante en la vida, necesitas distanciarte para ver claramente cuál era el significado de todo aquello. Ahora es momento para la introspección, el recogimiento y la lectura.

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