La poeta lorquina Inma Pelegrín.

Inma Pelegrín: «Siempre deberíamos encontrar un motivo para dar las gracias»

La autora lorquina logra el primer Premio Pulchrum de O_Lumen con tres poemas sobre la espiritualidad y la fe

Viernes, 2 de octubre 2020, 01:52

Habla mientras escucha cantar a los pájaros desde la puerta de su casa. «No nos debiera parecer poco», asegura Inma Pelegrín (Lorca, 1969). Las pequeñas ... cosas, las que componen y arman el mundo cada día, son las que, en mayor medida, componen los versos de su poesía, recientemente galardonada con la primera edición del Premio Pulchrum, convocado por O_Lumen (un espacio para las artes y la palabra impulsado en Madrid por la Orden de Predicadores, conocida como dominicos) y el Proyecto Dios en la Literatura Contemporánea: «Estoy contentísima. Para mí es un premio muy importante por el jurado que lo ha otorgado; son gente a la que admiro, poetas de reconocido prestigio internacional», cuenta Pelegrín, de voz tranquila y dulce, desde Lorca.

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Dotado con 1.000 euros, el galardón ha sido concedido por el acuerdo en mayoría de Ana Rossetti, Luis Alberto de Cuenca, Constantino Molina, Izara Batres y Antonio Praena, jurados de esta convocatoria, con cuyas bases Pelegrín tropezó «de casualidad». Le hizo, confiesa, «mucha ilusión» el anuncio de este certamen y fue ello lo que le empujó a presentar su trabajo: un total de tres poemas inspirados en la búsqueda de la espiritualidad, siguiendo las bases del premio, que marcaban como temática «alguna relación con Dios», y que llevan por título 'Acción de gracias', 'Signos' y 'Oratio'. «Son tres maneras diferentes de relacionarme o de hablar con Dios, si lo queremos llamar así, o con el universo o con algo que creo que es común a toda la naturaleza», dice. 'Oratio', trabajo por el que personalmente le felicitó el jurado –«me contaron que les había emocionado», apunta– «es una oración en la que le pido a ese Dios o a esa energía encontrar siempre el momento, entendiendo por momento el tiempo de la vida que no se desperdicia».

«Otro habla sobre dar las gracias. Para mí es importante ser agradecido, a veces parece que cualquier circunstancia se vuelve en contra nuestra, pero siempre deberíamos encontrar un motivo para dar las gracias. El último poema es un poco más filosófico, como encontrar la estructura del átomo o el número áureo que aparece en tantas cosas de la naturaleza. Si hay algo que se puede llamar Dios, creo que sería eso», cuenta Pelegrín.

«Cuando estoy conectada conmigo misma es cuando más feliz soy»

–¿La espiritualidad está presente en su día a día?

–Intento que esté, aunque a veces se me olvida. Cuando estoy conectada conmigo misma es cuando más feliz soy; cuando más agradecimiento tengo, cuando me miro a mí misma con benevolencia y a los demás con piedad, cuando no me machaco, porque a veces nos machacamos mucho; y cuando me perdono y me acepto, es cuando soy feliz y conecto con esa energía y fuerza. Y cuando uno es feliz, intenta repetir la fórmula, aunque a veces no lo consiga.

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–¿Estos tiempos de pandemia influyen en la creación?

–Decía Joan Margarit que la poesía se escribe con la vida. Todas nuestras experiencias influyen en nuestra poesía, en nuestra pintura y en nuestro quehacer del día a día, en mayor o menor medida. Otra cosa es que a alguien le apetezca hablar del problema que actualmente tenemos, pero influyen y hacen que nuestra creación sea de una manera o de otra. En los momentos más oscuros de la historia, también se hacían obras gloriosas y estupendas. A veces, los malos tiempos son un revulsivo para aislarse y encontrar la belleza en la creación del hombre, cuando no se encuentra en el mundo.

«A veces los malos tiempos son un revulsivo para aislarse y encontrar la belleza»

–¿A usted personalmente cómo le afecta?

–En cuanto a temática, no siento que me haya influido demasiado, pero sí en cuanto a producción. El tiempo aislada me sirvió para escribir más poesía y también para ser más optimista. Antes, cuando estábamos con menos problemas, quizá era más oscura a la hora de escribir. Ahora las cosas están mal, pero intento ver lo bonito. Estoy en casa y los pájaros están cantando; no nos debiera parecer poco.

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Afirma Pelegrín que, de ser este un año «normal», hubiera acudido al acto del fallo del premio, celebrado en Madrid, «pero ni la mayoría de los finalistas ni yo hemos podido hacerlo».

Le llamó personalmente el jurado del galardón para felicitarla por su trabajo: «Lo agradecí muchísimo. Me dijeron que había estado bastante reñido, que había otro finalista que también tenía unos poemas maravillosos, lo cual me hace sentir muy bien». Al certamen, señala la poeta, se presentaron casi 400 trabajos. Según le comunicó el jurado, desde O_Lumen «querían hacer una antología con los poemas finalistas y ganadores, o quizá una 'plaquette' individualizada, por lo que, de alguna manera, se van a publicar», agrega.

«Menos sola»

Premio Internacional Gerardo Diego por 'Óxido' (Pre-Textos), en 2008; y Premio Iberoamericano Juan Ramón Jiménez por 'Cuestión de horas' (La Isla de Siltolá), en 2012, tiene claro Pelegrín que «el éxito de la poesía no está en los galardones, sino en que alguien lea un poema tuyo y diga: 'Esto es lo que yo siento', y ese texto, de alguna manera, le pueda servir en un momento en el que no esté bien». «A mí –reconoce– me ha pasado. A veces, un poema de otro autor me habla de algo que tengo dentro y no sé cómo expresar, y cuando lo veo en otras palabras me siento menos sola». Añade Pelegrín que, para ella, la poesía es «la búsqueda de la profundidad, del sentido, de la belleza de la vida y de la verdad que hay en esta».

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Tiene sobre su escritorio un poemario ya finalizado y con las últimas correcciones ya realizadas. «Solo falta que algún editor se enamore de él y lo publique, o que gane algún premio y pueda publicarlo», sonríe. Contiene poemas creados en los últimos meses. Muchos son de abril y marzo: «Me siento muy satisfecha de ellos», reconoce.

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