La selección de 32 lectores de LA VERDAD para celebrar el Día del Libro
Las obras escogidas incluyen personajes, escenarios y tramas que nunca les han abandonado y que les acompañan en los buenos y en los malos momentos
Treinta y dos lectores de LA VERDAD son hoy, Día Internacional del Libro, los que hacen de prescriptores recomendando algunas de sus lecturas favoritas. Personajes, escenarios y tramas que nunca les han abandonado y que les acompañan en los buenos y en los malos momentos.
De todas estas experiencias, solo con un gesto tan sencillo como el de pasar una página para llegar hasta el final, salieron reforzados para afrontar los desafíos vitales más insospechados. ¿Por qué la lectura tiene ese poder transformador en el individuo? Estos treinta libros escogidos tuvieron efectos increíbles.
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De 'El amor en los tiempos del cólera' y 'Cien años de soledad', de Gabriel García Marquez, el autor más citado en esta selección, a 'La Regenta' de Leopoldo Alas Clarín y 'Don Quijote', clásico entre los clásicos, de Miguel de Cervantes. Adelaida García Morales, Jorge Luis Borges, Francisco Brines, Homero, Federico García Lorca, James Joyce, Susan Sontag, Italo Calvino y Walt Whitman son algunos escritores escogidos en esta selección de libros con historias cautivadoras. ¿Cuál es la historia que te robó el corazón?

Los Miserables
Víctor Hugo1862

Juan
García SandovalLeído con 14 años, obtenido de un préstamo de la Biblioteca Pública, dediqué muchas horas, y no abandoné su lectura. Las grandes asignaturas de la humanidad de hace 162 años siguen pendientes: la pobreza, la marginalidad, el hambre... un vendaval de miseria humana y de ella emergen «héroes sin capa», suerte de personas que se esfuerzan por ayudar a otro, conservando intacta su conciencia, y es ahí donde se alza una especie de justicia, la redención, el amor y la lucha por la igualdad social.

La historia interminable
Michael Ende 1979

Raquel
AullónTendría unos 12 años cuando la descubrí en la biblioteca de mi abuelo. Era una edición preciosa que combinaba letras en verde y rosa. Verde para cuando Bastian vivía la realidad y rosa para cuando cruzaba hasta el reino de Fantasía. Con este libro crucé la puerta a la literatura de «mayores»; descubrí el poder de las historias y cómo, con ellas, podría viajar a cualquier parte o tiempo. Siendo adulta, me viene muchas veces a la mente para recordarme que nosotros tenemos la más poderosa de las herramientas: la imaginación.

Paradero desconocido
Katherine Kressmann Taylor1938

Antonio
GarridoComo solo he «padecido» el «bien de amores», mi corazón se sobrecoge, sobre todo, por historias en las que el ser humano se traiciona a sí mismo. Especialmente cuando una minúscula sombra de peligro le impele a la traición personal. En 1938 se publicó ‘Paradero desconocido’ de Kressmann Taylor. Un libro breve escrito en estilo epistolar en el que se presenta ejemplarmente la degradación de la humanidad en unas circunstancias que están muy presentes porque aún no las hemos conjurado.

Los papalagi
Erich Scheurmann 1920

Pepe
YagüesMe sorprendió mucho cuando lo leí hace más 30 años y me parece recomendable y saludable releer de vez en cuando ‘Los papalagi’. Escrito y publicado a principios del siglo XX, Erich Scheurmaun recopila los discursos a su pueblo del jefe samoano Tuiavii de Tiavea. En ellos narra sus reflexiones y analiza de «la forma de vida y de pensamiento» de los «hombres blancos» tras su viaje por Europa y retorno a Samoa. Te hace ver de forma distinta, una especie de «libro-espejo» que te refleja y hace ver cómo «funcionamos» en Occidente.

Todo lo que era sólido
Antonio Muñoz Molina 2013

Miguel
Sánchez RoblesEs una obra escrita desde una «pureza moral» exquisita. He tenido en las manos muy pocos libros tan clarividentes. La primera vez que lo leí, suspiré lleno de una verdad y una belleza intelectual que muy pocas veces he vuelto a encontrar. Lo que explica tiene la fuerza de las cosas auténticas que se cuentan con elegancia y me confirma esa sensación mía de que todo el esfuerzo de la Literatura es también la lucha contra una estupidez infinita.

Los entusiastas
Brecht Evens 2012

Vicente
FunesPedir a un bibliotecario que elija un libro es una crueldad. Ya puesto, elijo más que una novela. Elijo novela gráfica. Los entusiastas de Brecht Evens (Hasselt, Bélgica, 1986). Un estudio irónico y gráficamente deslumbrante sobre las relaciones personales, el arte contemporáneo y lo perdidos que andamos cuando se trata de entender qué es la cultura. Cuando se me olvida porqué me dedico a lo que me dedico, me acuerdo de ‘Los entusiastas’, (y de ‘El entusiasmo’ de Zafra), y me resitúo.

Poeta en Nueva York
Federico García Lorca 1940

Lucía
HernándezEste poemario de Federico García Lorca me acompaña desde los 16 años, sus versos se convierten en una profunda crítica a la industrialización devoradora, al racismo, un interrogante silencioso sobre la sexualidad, y un presentimiento de la llegada de la muerte. La sensibilidad social, la perplejidad y el amor anhelado y prohibido desde la mirada surrealista que pinta con metáforas. ‘La aurora de Nueva York gime’, por eso leerlo también implica un gemido cómplice.

Réquiem por un campesino español
Ramón J. Sénder 1953

Milagros
LópezProgidio narrativo. Paralelismos con ‘Crónica de una muerte anunciada’, ‘La Celestina’ (en la Jerónima), ‘Bodas de sangre’, ‘Le Rouge et le Noir’ y ‘La Regenta’ (en el clérigo), ‘The Garden Party’ de K. Mansfield, el zapatero-bufón Shakespeariano... Y, ¿cómo no?, el romance vertebral y la ejecución de Lorca, como tantos otros, en el paredón, frente a los faros de un coche. Asistimos a la evolución de un pueblo feliz hasta un pueblo bajo un régimen dictatorial. Aterra cómo cambia todo de un día para otro...

El amor en los tiempos del cólera
Gabriel García Márquez 1985

José
BelmonteLa obra, cuarenta años después, aún conserva el sello de la librería ‘Antaño’; y el precio a lápiz (mil pesetas), en el ángulo superior derecho. Ha sido el único libro a lo largo de mi vida -y ya me he echado unos cuantos al coleto- que leí, deslumbrado, sin levantar, con perdón, el culo del asiento ni una sola vez, de una sola tacada, a pesar de sus quinientas tres páginas: ‘El amor en los tiempos del cólera’, de Gabriel García Márquez [recientemente se publicó su novela póstuma, ‘En agosto nos vemos].

El amor en los tiempos del cólera
Gabriel García Márquez 1985

María
Parra‘El amor en los tiempos del cólera’, de Gabriel García Márquez, en su versión ilustrada es el libro de cabecera con el que más me gusta recrearme. Los elementos visuales, escogidos con mimo, de un colorido Caribe plagado de prejuicios y supersticiones, enmarcan un amor cortés que irrumpe para convertirse en testimonio de la bella historia de un loco enamorado, quien tras una larga espera embarcará a Fermina con la certeza de que en este ir y venir su amor será para TODA LA VIDA…

La regenta
Leopoldo Alas Clarín 1884

Idoia
ArbillagaLa etopeya de Ana Ozores [uno de los personajes dinámicos mejor construidos de nuestra literatura] empieza cuando a los diez años se duerme junto a otro niño, guareciéndose en una barca bajo un saco, de noche. La pobre huérfana le pregunta a su amiguito sobre «cómo es tener mamá». Al día siguiente sus tías, infames, la golpean y tratan de meretriz. Me despertaron ternura y una empatía doliente tanto esta escena como la «escena del sapo». Ambas son de un arte literario deslumbrante.

Fahrenheit 451
Ray Bradbury 1953

Julián
GarnésCuando era pequeño no me gustaba leer. No fue hasta la Universidad que me topé con este enorme placer. Mi viaje iniciático arrancó con esta historia postapocalíptica que tiene todo lo necesario: un escenario distópico muy singular, un personaje que experimenta un cambio trascendental que lo lleva a rebelarse, cierto grado de tensión y un volumen muy ajustado que te hace pedir más. Si te engancha te recomiendo seguir con ‘1984’, ‘Un mundo feliz’ y ‘Ensayo sobre la ceguera’.

El otoño de las rosas
Francisco Brines 1986

Antonio
Martínez MengualMuy complicado es seleccionar un solo libro que te haga rememorar un tiempo y unas personas. Uno se destaca: un regalo en 1987, ‘El otoño de las rosas’ (Renacimiento), del estimado amigo y gran poeta Francisco Brines. Subrayar un libro, destacar versos y volver a ellos con acierto. Son las coordenadas mágicas. Ese gesto viene a significar que algo mío queda en sus páginas y mucho de él me acompaña para trabajar emociones e imágenes.

Retrato del artista adolescente
James Joyce 1916

Antonio
Gómez RibellesSigo teniendo un ejemplar de ‘Retrato del artista adolescente’, de Joyce (dañado por el agua, restaurado), desde 1980. Debe ser por algo: un comienzo sorprendente, un recorrido por la llegada a la adolescencia y juventud, la religión, el sexo, las dudas, que vi en ese momento como mi propio recorrido vital. Pasar por las sensaciones, los sentimientos, y llegar al pensamiento y el arte fueron para mí, en el momento de empezar Bellas Artes, un rapto inspirador.

Cinco panes de cebada
Lucía Baquedano 1983

Natalia
CarbajosaMi propuesta es la novela juvenil de 1981 ‘Cinco panes de cebada’, de Lucía Baquedano (Pamplona, 1935). Me atrapó porque describía un mundo (el de un pueblo de la España interior todavía anclado en la vida de siempre pero a punto de dejar de ser así) que constituye, ya desde mi conciencia temprana, la más palpable constatación de la pérdida, física y existencial. Cuarenta años después, sigo viviendo entre las páginas de esta historia de amor declarado (¡cómo no!) a los libros.

Donde el corazón te lleve
Susanna Tamaro 1994

Eva
PoyatoNo lo he leído todavía, pero me parece de una belleza sin igual la narración cálida, sencilla y cercana de lo que hoy comienzo. No sé cómo llegaron a mí las palabras de Susanna Tamaro en ‘Donde el corazón te lleve’. Lo que sí sé, que me calaron y fui desenredando mi vida. Ahora las recuerdo menos, pero no las olvido. Mis caminos ya no son tantos, aprendí a respirar, hablo con mi corazón y juntos, avanzamos. Gracias Susanna, por acompañarme en el camino.

La guerra de los mundos
H. G. Wells 1898

Vicente
VelascoMe dormí, sí lo admito. Fue la única vez que me ha pasado: dormirme mientras leo. Era bien joven, estaba sumergido en la ciencia-ficción del principio del siglo XX y ‘La guerra de los mundos’ de H. G. Wells [‘El hombre invisible (1897), y ‘La vida futura’ (1933) son otras historias del autor británico], fue la víctima. Recuerdo que no llevaría más de la mitad del libro cuando cerré los ojos y soñé que permanecía leyendo con un montón de pulpos enanos en la ventana de mi dormitorio. Quizá yo fui la víctima.

La ilíada
Homero siglo VIII a. C.

Alicia
MoralesEl relato de la guerra que libraron griegos y troyanos sigue espoleando mi imaginación. La imagen de la destrucción de una ciudad y los padecimientos de aquellos hombres y mujeres me emocionan. Un compendio de las virtudes y los errores humanos: ira, miedo, amor, obcecación, entereza, tenacidad, desolación. Me impresiona cómo durante siglos hemos vuelto una y otra vez al poema homérico. En tiempos bélicos recomiendo su relectura para recordar las funestas consecuencias de las guerras, para vencedores y vencidos.

El clan del oso cavernario
Jean Marie Auel 1980

Katarzyna
RogowiczLo leí al poco de llegar a España con 21 años, me identifiqué con la protagonista: aquí me sentía muy diferente y rechazada. Fue mi primer contacto con la riqueza del idioma castellano, la descripción del paisaje me trasladaba a la naturaleza. Aunque la historia sucede en la prehistoria me hizo reflexionar sobre lo poco que hemos cambiado porque seguimos rechazando al diferente. Sentí que era un libro escrito para mí y cayó en mis manos en el momento preciso.

Soldados de Salamina
Javier Cercas 2001

Paco
López MengualYo entonces aún no escribía. Recuerdo el día que leí ‘Soldados de Salamina’. Era verano y fue en la casa de la playa. Comencé después de cenar y, al día siguiente, me levanté a las seis de la mañana para acabarla. La Guerra Civil, la posguerra, Sánchez Mazas, Roberto Bolaño, el propio Cercas… Nunca supe qué parte era real y qué parte ficción. Tampoco me importó. Cuando llegué a la última página y cerré el libro me dije qué cabrón este Cercas que ha escrito la novela que me hubiese gustado escribir.

Ante el dolor de los demás
Susan Sontag 2010

Ani
GalvánHay muchas razones para volver a este ensayo, y ojalá ninguna fuera la que indico aquí: que vivimos un mundo atravesado por la violencia. Mirar y cuestionar las formas en las que aparece ante nuestros ojos es ya un acto ineludible. Lo esencial, nos alerta Sontag, es recordar que el dolor ajeno nos exige una respuesta ética; una compassio (sufrir-con) que estreche la frontera entre el yo y el otro. Algo más urgente que nunca. [En 1996 apareció su primera colección de ensayos ‘Contra la interpretación’].

Dos minutos antes de dormir
Concepción Marcos Diego 2023

Ángel
Pérez RuzafaHay libros que relatan historias reales o imaginadas, aventuras, acontecimientos o reflexiones. Otros recrean emociones cotidianas, y nada como la poesía para abocarse a la existencia. Dos minutos antes de dormir es ese momento en el que tratas de deshacerte de afanes y preocupaciones, se agolpan sentimientos, la lucha entre el deseo, las expectativas y la realidad que te envuelve, en los que evocas lugares, experiencias, la niñez, quienes ya no están. Dos minutos en los que la vida pasa rauda y efímera.

Cien años de soledad
Gabriel García Márquez 1967

Alberto
RequenaMe ha marcado no solo por ser obra maestra del realismo mágico, sino por inducir una profunda reflexión sobre la naturaleza del tiempo y la realidad. Encierra la esencia de la condición humana en una prosa poética y emotiva. Me gusta releerlo porque descubro nuevos matices. Aborda temas vitales profundos en lenguaje accesible y poético, resultando una joya de la literatura universal. Proporciona consuelo, inspiración y una ventana a la reflexión profunda sobre nuestras vidas y las de quienes nos rodean.

Poemas de amor
Miguel Hernández 1979

Belén
Rosa de GeaEs posible que no lo recuerde, pero una tarde llegó después del trabajo con una pequeña antología de bolsillo de Miguel Hernández, con dos manos entrelazadas en su cubierta. Se titulaba ‘Poemas de amor’, y había sido editada por Alianza Alfaguara. Acababa de restaurarse la democracia y era apenas una niña con flequillo y calcetas hasta las rodillas que leía a escondidas los libros de su padre. Aún hoy contemplo el mundo con los ojos del poeta de Orihuela.

Cuentos completos
Jorge Luis Borges2011

Lola
TórtolaDe adolescente mi libro favorito era un ejemplar de los ‘Cuentos completos’ de Jorge Luis Borges (Buenos Aires, 24 de agosto de 1899-Ginebra, 14 de junio de 1986) que pertenecía a la Biblioteca Regional de Murcia. ¡Cuántas veces leí aquel libro! Recuerdo que tenía la cubierta gastada por los vértices de su lomo, donde el amarillo lo empezaba a consumir, y que un día desapareció de su estante y no lo volví a ver por allí. Aún hoy, algunas noches me parece tenerlo en la mesita antes de irme a dormir.

Hojas de hierba
Walt Whitman 1885

Carlos S.
Olmo BauDe mi padre he heredado el gusto por las librerías de viejo. De nuestras estancias en Madrid, el pasear por la Cuesta Moyano donde adquirí, muy joven, las obras completas de Whitman. Es ese ayer lleno de mañanas el que hace importante una obra a la que vuelvo cuando mi poesía y mi filosofía flojean en el intento de cambiar el mundo. Hay una persona y un paisaje. Y si a su lado me quiero como un poema de la tierra y como un canto al amor que abraza árboles, es también por esta lectura.

El último libro de Calvin y Hobbes
Bil Watterson 2013

José Manuel
PueblaDescubrí a ‘Calvin and Hobbes’ en 1990, internet no había llegado aún. Me lo regaló una novia norteamericana. Cuestión de recursos. Años después me volvía a enamorar Ediciones Zeta: por 395 pesetas editaba en español aquellas tiras que protagonizaban unos padres, un niño de seis años y su tigre de peluche. Simple, ¿no? Aquí se plantean las mayores dudas existenciales de la humanidad. Este volumen incluye textos de Bill Watterson que me recuerdan por qué quise dedicarme a a esto./p>

El sur
Adelaida García Morales 1983

María
Herrera GiménezLlegué a esta maravillosa novela a través del largometraje ‘El Sur’, que con 10 años me dejó encandilada por Icíar Bollaín. Impregnada de tristeza profunda y belleza extraordinaria, nos cuenta -lenguaje sencillo y tono intimista- la relación entre un padre y su hija adolescente. Indagación profunda en la psicología de los personajes. Como psiquiatra pienso que en la última conversación entre la hija y el padre, antes del suicidio de éste, se condensa la dimensión aplastante de la melancolía o intenso sufrimiento psíquico del sujeto.

El barón rampante
Italo Calvino 1957

Inma
Mengual BernalUn enfado entre padre e hijo es el detonante de esta novela. Me cautivó por todas las capas de lectura que provoca. La de mayor grandeza: el juego que Italo Calvino [autor italiano célebre por las ‘Ciudades invisibles’] traza: nos va llevando entre la locura y la cordura. ¿La línea divisoria? Es del lector. Otras reflexiones que suscita: la posibilidad de vivir al margen de lo establecido socialmente; poder ser y pensar de modo diferente… ¿se animan también a trepar por estas ramas?

La historia del arte
Ernest H. Gombrich 1950

Paulina
RealHe disfrutado mucho con literatura de ficción en momentos de mi vida, pero hubo un libro de no ficción que me marcó doblemente. Se trata de ‘La historia del arte’ de Ernest H. Gombrich, seguramente el libro de arte más conocido. Cuando lo leí en la universidad me entusiasmó. Entonces no me di cuenta, pero más tarde, después de ver una performance de María Gimeno que denunciaba la ausencia de mujeres en la obra de Gombrich, comprendí que mi feminismo tenía carencias.

Don Quijote de la Mancha
Miguel de Cervantes 1605

Patricio
PeñalverEn mi casa nunca hubo libro. Muy pronto aprendí a leer y desde entonces fui cervantino sin saberlo, leía todo lo que caía en mis manos: hasta cualquier prospecto que me encontrara en el suelo mientras paseaba. La primera novela que me impactó fue ‘Crimen y castigo’, de Dostoievski. Después hubo otras como ‘El Proceso’ de Kafka; por azar unas me llevaban a otras. Hasta que llegué al Quijote, de Cervantes (1547-1616), la biblia de la literatura. A esas aventuras regreso una y otra vez, y otra...

Don Quijote de la Mancha
Miguel de Cervantes 1615

Consuelo
Ruiz MonteroMe he pasado la vida leyendo, pero sin duda un libro emblemático para mí ha sido el Quijote (primera parte, 1605; segunda parte, 1615). Lo leí cuando tenía siete años: me rompí el tobillo como consecuencia de una caída, y tuve que permanecer en casa un mes con la pierna enyesada. Durante treinta días la lectura de ese libro no solo alivió mi mal, sino que me descubrió un camino nuevo para explorar otros mundos, fantásticos e infinitos, y su embrujo aún sigue cautivándome.

Juan García Sandoval

Los
miserables
Víctor Hugo, 1862Leído con 14 años, obtenido de un préstamo de la Biblioteca Pública, dediqué muchas horas, y no abandoné su lectura. Las grandes asignaturas de la humanidad de hace 162 años siguen pendientes: la pobreza, la marginalidad, el hambre... un vendaval de miseria humana y de ella emergen «héroes sin capa», suerte de personas que se esfuerzan por ayudar a otro, conservando intacta su conciencia, y es ahí donde se alza una especie de justicia, la redención, el amor y la lucha por la igualdad social.

Raquel Aullón

La historia
interminable
Michael Ende, 1979Tendría unos 12 años cuando la descubrí en la biblioteca de mi abuelo. Era una edición preciosa que combinaba letras en verde y rosa. Verde para cuando Bastian vivía la realidad y rosa para cuando cruzaba hasta el reino de Fantasía. Con este libro crucé la puerta a la literatura de «mayores»; descubrí el poder de las historias y cómo, con ellas, podría viajar a cualquier parte o tiempo. Siendo adulta, me viene muchas veces a la mente para recordarme que nosotros tenemos la más poderosa de las herramientas: la imaginación.

Antonio Garrido

Paradero
desconocido
Katherine Kressmann Taylor, 1938Como solo he «padecido» el «bien de amores», mi corazón se sobrecoge, sobre todo, por historias en las que el ser humano se traiciona a sí mismo. Especialmente cuando una minúscula sombra de peligro le impele a la traición personal. En 1938 se publicó ‘Paradero desconocido’ de Kressmann Taylor. Un libro breve escrito en estilo epistolar en el que se presenta ejemplarmente la degradación de la humanidad en unas circunstancias que están muy presentes porque aún no las hemos conjurado.

Pepe Yagües

Los
papalagi
Erich ScheurmannMe sorprendió mucho cuando lo leí hace más 30 años y me parece recomendable y saludable releer de vez en cuando ‘Los papalagi’. Escrito y publicado a principios del siglo XX, Erich Scheurmaun recopila los discursos a su pueblo del jefe samoano Tuiavii de Tiavea. En ellos narra sus reflexiones y analiza de «la forma de vida y de pensamiento» de los «hombres blancos» tras su viaje por Europa y retorno a Samoa. Te hace ver de forma distinta, una especie de «libro-espejo» que te refleja y hace ver cómo «funcionamos» en Occidente.

Miguel Sánchez Robles

Todo lo que
era sólido
Antonio Muñoz Molina, 2013Es una obra escrita desde una «pureza moral» exquisita. He tenido en las manos muy pocos libros tan clarividentes. La primera vez que lo leí, suspiré lleno de una verdad y una belleza intelectual que muy pocas veces he vuelto a encontrar. Lo que explica tiene la fuerza de las cosas auténticas que se cuentan con elegancia y me confirma esa sensación mía de que todo el esfuerzo de la Literatura es también la lucha contra una estupidez infinita.

Vicente Funes

Los
entusiastas
Brecht Evens, 2012Pedir a un bibliotecario que elija un libro es una crueldad. Ya puesto, elijo más que una novela. Elijo novela gráfica. Los entusiastas de Brecht Evens (Hasselt, Bélgica, 1986). Un estudio irónico y gráficamente deslumbrante sobre las relaciones personales, el arte contemporáneo y lo perdidos que andamos cuando se trata de entender qué es la cultura. Cuando se me olvida porqué me dedico a lo que me dedico, me acuerdo de ‘Los entusiastas’, (y de ‘El entusiasmo’ de Zafra), y me resitúo.

Lucía Hernández

Poeta en
Nueva York
Federico García Lorca, 1940Este poemario de Federico García Lorca me acompaña desde los 16 años, sus versos se convierten en una profunda crítica a la industrialización devoradora, al racismo, un interrogante silencioso sobre la sexualidad, y un presentimiento de la llegada de la muerte. La sensibilidad social, la perplejidad y el amor anhelado y prohibido desde la mirada surrealista que pinta con metáforas. ‘La aurora de Nueva York gime’, por eso leerlo también implica un gemido cómplice.

Milagros López

Réquiem por un
campesino español
Ramón J. Sénder, 1953Progidio narrativo. Paralelismos con ‘Crónica de una muerte anunciada’, ‘La Celestina’ (en la Jerónima), ‘Bodas de sangre’, ‘Le Rouge et le Noir’ y ‘La Regenta’ (en el clérigo), ‘The Garden Party’ de K. Mansfield, el zapatero-bufón Shakespeariano... Y, ¿cómo no?, el romance vertebral y la ejecución de Lorca, como tantos otros, en el paredón, frente a los faros de un coche. Asistimos a la evolución de un pueblo feliz hasta un pueblo bajo un régimen dictatorial. Aterra cómo cambia todo de un día para otro...

José Belmonte

El amor en los
tiempos del cólera
Gabriel García Márquez, 1985La obra, cuarenta años después, aún conserva el sello de la librería ‘Antaño’; y el precio a lápiz (mil pesetas), en el ángulo superior derecho. Ha sido el único libro a lo largo de mi vida -y ya me he echado unos cuantos al coleto- que leí, deslumbrado, sin levantar, con perdón, el culo del asiento ni una sola vez, de una sola tacada, a pesar de sus quinientas tres páginas: ‘El amor en los tiempos del cólera’, de Gabriel García Márquez [recientemente se publicó su novela póstuma, ‘En agosto nos vemos].

María Parra

El amor en los
tiempos del cólera
Gabriel García Márquez, 1985‘El amor en los tiempos del cólera’, de Gabriel García Márquez, en su versión ilustrada es el libro de cabecera con el que más me gusta recrearme. Los elementos visuales, escogidos con mimo, de un colorido Caribe plagado de prejuicios y supersticiones, enmarcan un amor cortés que irrumpe para convertirse en testimonio de la bella historia de un loco enamorado, quien tras una larga espera embarcará a Fermina con la certeza de que en este ir y venir su amor será para TODA LA VIDA…

Idoia Arbillaga

La
regenta
Leopoldo Alas Clarín, 1884La etopeya de Ana Ozores [uno de los personajes dinámicos mejor construidos de nuestra literatura] empieza cuando a los diez años se duerme junto a otro niño, guareciéndose en una barca bajo un saco, de noche. La pobre huérfana le pregunta a su amiguito sobre «cómo es tener mamá». Al día siguiente sus tías, infames, la golpean y tratan de meretriz. Me despertaron ternura y una empatía doliente tanto esta escena como la «escena del sapo». Ambas son de un arte literario deslumbrante.

Julián Garnés

Fahrenheit
451
Ray Bradbury, 1953Cuando era pequeño no me gustaba leer. No fue hasta la Universidad que me topé con este enorme placer. Mi viaje iniciático arrancó con esta historia postapocalíptica que tiene todo lo necesario: un escenario distópico muy singular, un personaje que experimenta un cambio trascendental que lo lleva a rebelarse, cierto grado de tensión y un volumen muy ajustado que te hace pedir más. Si te engancha te recomiendo seguir con ‘1984’, ‘Un mundo feliz’ y ‘Ensayo sobre la ceguera’.

Antonio Martínez Mengual

El otoño
de las rosas
Francisco Brines, 1986Muy complicado es seleccionar un solo libro que te haga rememorar un tiempo y unas personas. Uno se destaca: un regalo en 1987, ‘El otoño de las rosas’ (Renacimiento), del estimado amigo y gran poeta Francisco Brines. Subrayar un libro, destacar versos y volver a ellos con acierto. Son las coordenadas mágicas. Ese gesto viene a significar que algo mío queda en sus páginas y mucho de él me acompaña para trabajar emociones e imágenes.

Antonio Gómez Ribelles

Retrato del
artista adolescente
James Joyce, 1916Sigo teniendo un ejemplar de ‘Retrato del artista adolescente’, de Joyce (dañado por el agua, restaurado), desde 1980. Debe ser por algo: un comienzo sorprendente, un recorrido por la llegada a la adolescencia y juventud, la religión, el sexo, las dudas, que vi en ese momento como mi propio recorrido vital. Pasar por las sensaciones, los sentimientos, y llegar al pensamiento y el arte fueron para mí, en el momento de empezar Bellas Artes, un rapto inspirador.

Natalia Carbajosa

Cinco panes
de cebada
Lucía Baquedano, 1983Mi propuesta es la novela juvenil de 1981 ‘Cinco panes de cebada’, de Lucía Baquedano (Pamplona, 1935). Me atrapó porque describía un mundo (el de un pueblo de la España interior todavía anclado en la vida de siempre pero a punto de dejar de ser así) que constituye, ya desde mi conciencia temprana, la más palpable constatación de la pérdida, física y existencial. Cuarenta años después, sigo viviendo entre las páginas de esta historia de amor declarado (¡cómo no!) a los libros.

Eva Poyato

Donde el corazón
te lleve
Susanna Tamaro, 1994No lo he leído todavía, pero me parece de una belleza sin igual la narración cálida, sencilla y cercana de lo que hoy comienzo. No sé cómo llegaron a mí las palabras de Susanna Tamaro en ‘Donde el corazón te lleve’. Lo que sí sé, que me calaron y fui desenredando mi vida. Ahora las recuerdo menos, pero no las olvido. Mis caminos ya no son tantos, aprendí a respirar, hablo con mi corazón y juntos, avanzamos. Gracias Susanna, por acompañarme en el camino.

Vicente Velasco

La guerra de
los mundos
H. G. Wells, 1898Me dormí, sí lo admito. Fue la única vez que me ha pasado: dormirme mientras leo. Era bien joven, estaba sumergido en la ciencia-ficción del principio del siglo XX y ‘La guerra de los mundos’ de H. G. Wells [‘El hombre invisible (1897), y ‘La vida futura’ (1933) son otras historias del autor británico], fue la víctima. Recuerdo que no llevaría más de la mitad del libro cuando cerré los ojos y soñé que permanecía leyendo con un montón de pulpos enanos en la ventana de mi dormitorio. Quizá yo fui la víctima.

Alicia Morales

La
ilíada
Homero, siglo VIII a. C.El relato de la guerra que libraron griegos y troyanos sigue espoleando mi imaginación. La imagen de la destrucción de una ciudad y los padecimientos de aquellos hombres y mujeres me emocionan. Un compendio de las virtudes y los errores humanos: ira, miedo, amor, obcecación, entereza, tenacidad, desolación. Me impresiona cómo durante siglos hemos vuelto una y otra vez al poema homérico. En tiempos bélicos recomiendo su relectura para recordar las funestas consecuencias de las guerras, para vencedores y vencidos.

Katarzyna Rogowicz

El clan del oso
cavernario
Jean Marie Auel, 1980Lo leí al poco de llegar a España con 21 años, me identifiqué con la protagonista: aquí me sentía muy diferente y rechazada. Fue mi primer contacto con la riqueza del idioma castellano, la descripción del paisaje me trasladaba a la naturaleza. Aunque la historia sucede en la prehistoria me hizo reflexionar sobre lo poco que hemos cambiado porque seguimos rechazando al diferente. Sentí que era un libro escrito para mí y cayó en mis manos en el momento preciso.

Paco López Mengual

Soldados de
Salamina
Javier Cercas, 2001Yo entonces aún no escribía. Recuerdo el día que leí ‘Soldados de Salamina’. Era verano y fue en la casa de la playa. Comencé después de cenar y, al día siguiente, me levanté a las seis de la mañana para acabarla. La Guerra Civil, la posguerra, Sánchez Mazas, Roberto Bolaño, el propio Cercas… Nunca supe qué parte era real y qué parte ficción. Tampoco me importó. Cuando llegué a la última página y cerré el libro me dije qué cabrón este Cercas que ha escrito la novela que me hubiese gustado escribir.

Ani Galván

Ante el dolor
de los demás
Susan Sontag, 2010Hay muchas razones para volver a este ensayo, y ojalá ninguna fuera la que indico aquí: que vivimos un mundo atravesado por la violencia. Mirar y cuestionar las formas en las que aparece ante nuestros ojos es ya un acto ineludible. Lo esencial, nos alerta Sontag, es recordar que el dolor ajeno nos exige una respuesta ética; una compassio (sufrir-con) que estreche la frontera entre el yo y el otro. Algo más urgente que nunca. [En 1996 apareció su primera colección de ensayos ‘Contra la interpretación’].

Ángel Pérez Ruzafa

Dos minutos
antes de dormir
Concepción Marcos Diego, 2023Hay libros que relatan historias reales o imaginadas, aventuras, acontecimientos o reflexiones. Otros recrean emociones cotidianas, y nada como la poesía para abocarse a la existencia. Dos minutos antes de dormir es ese momento en el que tratas de deshacerte de afanes y preocupaciones, se agolpan sentimientos, la lucha entre el deseo, las expectativas y la realidad que te envuelve, en los que evocas lugares, experiencias, la niñez, quienes ya no están. Dos minutos en los que la vida pasa rauda y efímera.

Alberto Requena

Cien años
de soledad
Gabriel García Márquez, 1967Me ha marcado no solo por ser obra maestra del realismo mágico, sino por inducir una profunda reflexión sobre la naturaleza del tiempo y la realidad. Encierra la esencia de la condición humana en una prosa poética y emotiva. Me gusta releerlo porque descubro nuevos matices. Aborda temas vitales profundos en lenguaje accesible y poético, resultando una joya de la literatura universal. Proporciona consuelo, inspiración y una ventana a la reflexión profunda sobre nuestras vidas y las de quienes nos rodean.

Belén Rosa de Gea

Poemas
de amor
Miguel Hernández, 1979Es posible que no lo recuerde, pero una tarde llegó después del trabajo con una pequeña antología de bolsillo de Miguel Hernández, con dos manos entrelazadas en su cubierta. Se titulaba ‘Poemas de amor’, y había sido editada por Alianza Alfaguara. Acababa de restaurarse la democracia y era apenas una niña con flequillo y calcetas hasta las rodillas que leía a escondidas los libros de su padre. Aún hoy contemplo el mundo con los ojos del poeta de Orihuela.

Lola Tórtola

Cuentos
completos
Jorge Luis Borges, 2011De adolescente mi libro favorito era un ejemplar de los ‘Cuentos completos’ de Jorge Luis Borges (Buenos Aires, 24 de agosto de 1899-Ginebra, 14 de junio de 1986) que pertenecía a la Biblioteca Regional de Murcia. ¡Cuántas veces leí aquel libro! Recuerdo que tenía la cubierta gastada por los vértices de su lomo, donde el amarillo lo empezaba a consumir, y que un día desapareció de su estante y no lo volví a ver por allí. Aún hoy, algunas noches me parece tenerlo en la mesita antes de irme a dormir.

Carlos S. Olmo Bau

Hojas de
hierba
Walt Whitman, 1885De mi padre he heredado el gusto por las librerías de viejo. De nuestras estancias en Madrid, el pasear por la Cuesta Moyano donde adquirí, muy joven, las obras completas de Whitman. Es ese ayer lleno de mañanas el que hace importante una obra a la que vuelvo cuando mi poesía y mi filosofía flojean en el intento de cambiar el mundo. Hay una persona y un paisaje. Y si a su lado me quiero como un poema de la tierra y como un canto al amor que abraza árboles, es también por esta lectura.

José Manuel Puebla

El último libro de
Calvin y Hobbes
Bill Watterson, 2013Descubrí a ‘Calvin and Hobbes’ en 1990, internet no había llegado aún. Me lo regaló una novia norteamericana. Cuestión de recursos. Años después me volvía a enamorar Ediciones Zeta: por 395 pesetas editaba en español aquellas tiras que protagonizaban unos padres, un niño de seis años y su tigre de peluche. Simple, ¿no? Aquí se plantean las mayores dudas existenciales de la humanidad. Este volumen incluye textos de Bill Watterson que me recuerdan por qué quise dedicarme a a esto.

María Herrera Giménez

El
sur
Adelaida García Morales, 1983Llegué a esta maravillosa novela a través del largometraje ‘El Sur’, que con 10 años me dejó encandilada por Icíar Bollaín. Impregnada de tristeza profunda y belleza extraordinaria, nos cuenta -lenguaje sencillo y tono intimista- la relación entre un padre y su hija adolescente. Indagación profunda en la psicología de los personajes. Como psiquiatra pienso que en la última conversación entre la hija y el padre, antes del suicidio de éste, se condensa la dimensión aplastante de la melancolía o intenso sufrimiento psíquico del sujeto.

Inma Mengual Bernal

El barón
rampante
Italo Calvino, 1957Un enfado entre padre e hijo es el detonante de esta novela. Me cautivó por todas las capas de lectura que provoca. La de mayor grandeza: el juego que Italo Calvino [autor italiano célebre por las ‘Ciudades invisibles’] traza: nos va llevando entre la locura y la cordura. ¿La línea divisoria? Es del lector. Otras reflexiones que suscita: la posibilidad de vivir al margen de lo establecido socialmente; poder ser y pensar de modo diferente… ¿se animan también a trepar por estas ramas?

Paulina Real

La historia
del arte
Ernest H. Gombrich, 1950He disfrutado mucho con literatura de ficción en momentos de mi vida, pero hubo un libro de no ficción que me marcó doblemente. Se trata de ‘La historia del arte’ de Ernest H. Gombrich, seguramente el libro de arte más conocido. Cuando lo leí en la universidad me entusiasmó. Entonces no me di cuenta, pero más tarde, después de ver una performance de María Gimeno que denunciaba la ausencia de mujeres en la obra de Gombrich, comprendí que mi feminismo tenía carencias.

Patricio Peñalver

Don Quijote
de la Mancha
Miguel de Cervantes, 1605En mi casa nunca hubo libro. Muy pronto aprendí a leer y desde entonces fui cervantino sin saberlo, leía todo lo que caía en mis manos: hasta cualquier prospecto que me encontrara en el suelo mientras paseaba. La primera novela que me impactó fue ‘Crimen y castigo’, de Dostoievski. Después hubo otras como ‘El Proceso’ de Kafka; por azar unas me llevaban a otras. Hasta que llegué al Quijote, de Cervantes (1547-1616), la biblia de la literatura. A esas aventuras regreso una y otra vez, y otra...

Consuelo Ruiz Montero

Don Quijote de la Mancha
del arte
Miguel de Cervantes, 1615Me he pasado la vida leyendo, pero sin duda un libro emblemático para mí ha sido el Quijote (primera parte, 1605; segunda parte, 1615). Lo leí cuando tenía siete años: me rompí el tobillo como consecuencia de una caída, y tuve que permanecer en casa un mes con la pierna enyesada. Durante treinta días la lectura de ese libro no solo alivió mi mal, sino que me descubrió un camino nuevo para explorar otros mundos, fantásticos e infinitos, y su embrujo aún sigue cautivándome.
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