La ilustración como poesía de Eva Poyato
Libros. La pintora cartagenera vuelve a trabajar con la escritora Marisa López Soria para dotar de forma y color al cuento infantil '¿Me das tu palabra?', editado por Bookolia
No sé si os habéis dado cuenta, pero las palabras no se las lleva el viento». Así comienza '¿Me das tu palabra?', un cuento infantil ... de Marisa López Soria ilustrado por Eva Poyato. Una historia publicada inicialmente bajo el título 'Un hombre de palabra' y que ahora ha vuelto a las librerías con nuevo título, modificaciones en el texto y nuevas ilustraciones. Un libro indicado para niños a partir de 4 años editado por Bookolia.
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«Trabajar con Marisa [López Soria] está muy bien. La conocí en una inauguración de una exposición en Murcia y ella me propuso ilustrar alguno de sus libros. Yo accedí encantada», cuenta Eva Poyato (Cartagena, 1972) sobre el vínculo que le une a la poeta y escritora, con la que ha realizado varios trabajos. «Siempre me han encantado los cuentos y tener un libro publicado me parecía algo mágico. Marisa es encantadora. Ella aporta ideas y puedes hablar perfectamente de todo con ella. Es una mente inquieta. Se trabaja fenomenal con ella», indica la artista.
Sobre el proceso de creación de un álbum ilustrado, Poyato considera que «lo mejor es que el texto vaya por un lado y las ilustraciones por otro», no obstante «se tiende a que las ilustraciones acompañen al texto, pero en realidad las ilustraciones deberían hablar por sí solas», es decir, «pienso que lo bonito es que el texto cuente su historia y que las ilustraciones, aunque acompañen a ese texto, cuenten su propia historia también». Así, con su trabajo Poyato consigue salirse de la literalidad de las palabras para ir más allá. «Me gusta hacer de la ilustración poesía», expresa la creadora, que en '¿Me das tu palabra?' da forma a conceptos tan abstractos como la mentira.
«Sobre la mentira hay una ilustración que me gusta mucho. El protagonista sale con una especie de escafandra... la nariz le crece como a Pinocho y nada con los peces en cuya raspa pone 'mentira'». Y así deja al lector, pequeño o grande, un mundo abierto a la imaginación: «Puede estar nadando por el agua, por el cielo...». Lectores pequeños o grandes porque para Poyato «un álbum ilustrado no tiene edad. Yo me voy a morir, espero que con 100 años, y seguiré leyéndolos».
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Aunque disfruta como ilustradora, la cartagenera se centra en esta labor «en mis tiempos de descanso pues es un ejercicio de relajación que me encanta» cuando no está en su taller de Murcia, donde el protagonista es el lienzo. La artista hasta hace un año compartía su tiempo entre la creación y la docencia, pues impartía clases de Plástica en el IES Rector Don Francisco Sabater de Cabezo de Torres.
«Los alumnos eran fantásticos y yo he llegado a comprenderlos a prácticamente todos. Los cursos con los que yo disfrutaba muchísimo eran con 'los peores', como la gente dice, que para mí no eran peores. Hemos funcionado muy bien. A veces hay que cambiar el enfoque sobre cómo enseñar a ese tipo de alumnado. Aquellos que tienen menos capacidad para otras asignaturas como las 'mates', el inglés y la lengua muchas veces son los que tienen más capacidad para lo artístico y son con los que yo más disfruto», explica la artista sobre una profesión que inicialmente no era vocacional y que finalmente le costó abandonar para dar el paso junto a su pareja, el también artista plástico Moisés Yagües, de dedicarse íntegramente a la creación.
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«Marisa López Soria es encantadora. Aporta ideas y es una mente inquieta. Se trabaja fenomenal con ella»
«Ahora los dos nos ganamos la vida como artistas. Vivir de lo que te gusta es un camino difícil, especialmente como mujer. En mi caso, además de ser profesora tengo dos hijos y en muchos momentos te sientes sin energía y quieres abandonar. Parece que nunca lo vas a conseguir y al final ha llegado el momento. Los dos estamos muy contentos», asegura Poyato, que actualmente está trabajando regularmente con las galerías Marita Segovia de Madrid, Aurora Vigil Escalera en Gijón y Ting ting Art Space en Taipéi, Taiwán.
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