La editorial Boria se despide tras 38 libros publicados

Creo que todos los que amamos la literatura hemos fantaseado en alguna ocasión con abrir una librería o con crear una editorial. En nuestro ensueño el local tendría solo aquellos libros que nos gustan y el sello conseguiría un número pequeño pero fiel de lectores gracias a su selecta nómina de obras. La realidad comercial de ambas empresas no suele conducir al éxito en la mayoría de los casos, ni siquiera a la supervivencia económica, especialmente complicada en una ciudad como Murcia. Sin embargo, cada cierto tiempo, sigue habiendo idealistas que abren librerías o, como hizo Luis Sánchez Martín a finales de 2016, que crean de la nada editoriales.

En su caso, su empeño fue más quijotesco que el del propio Don Quijote porque no tenía a su lado a ningún Sancho Panza con el que compartir la compleja gestión de una editorial. Además, el acercamiento de Luis a la literatura tuvo una parte de autodidacta, ya que no posee una formación académica relacionada con este campo, pero su amor por unos cuantos autores (Bukowski por encima de todos) y su experiencia con su primer libro, lo decidieron a crear Boria, el sello editorial que ha mantenido contra viento y marea durante los últimos siete años y que ahora cierra dejándonos a sus lectores algo huérfanos, pero, sobre todo, agradecidos por la labor que ha realizado.

Si bien Luis apenas era conocido en el mundillo literario murciano (no es, como digo, ni profesor, ni periodista y apenas había vendido un puñado de ejemplares de su ópera prima), pronto consiguió hacerse un hueco como narrador primero y después como el excelente y descarnado poeta que es. Pero, sobre todo, logró ser conocido durante los siguientes años por su editorial, con la que llegó a haber una especie de simbiosis que ha llevado a muchas personas a llamarlo Luis Boria, como si ese sustantivo que hace referencia al murcianismo con el que se alude a la niebla fuera en realidad su apellido. Porque aunque Luis es mucho más que Boria, y muestras de ello son, por ejemplo, su poemario 'Carrera con el diablo' (Lastura, 2019) o la colección de cuentos 'Todo en orden' (Chamán, 2022), Boria es y siempre será Luis.

Como no hay mejor manera de cometer errores que sufrirlos en carne propia sin perjudicar a los demás, el libro con el que la editorial debutó en octubre de 2016 fue 'Bebop café', novela escrita por el propio Luis Sánchez Martín. Si en la presentación de aquel libro, en la que junto a Alberto Caride acompañé al autor en la librería Educania, me hubieran preguntado por el futuro de la editorial, yo, que suelo ser pesimista con este tipo de empresas porque he visto demasiadas tener una vida fugaz, le hubiera augurado una trayectoria corta. Sin embargo, gracias a su tenacidad y a su amor por el proyecto, Luis no dejó que Boria fuera una simple salida para autoeditar su novela y la convirtió en una de las editoriales más importantes de la Región de Murcia.

Aunque Luis Sánchez Martín abrió pronto la recepción de manuscritos a cualquiera rincón de España, fue en nuestra tierra donde encontró el mayor número de autores interesados en publicar en Boria. Así, en su única colección han aparecido durante estos años libros de jóvenes poetas murcianos de futuro interesante que han tenido en este sello sus primeras oportunidades. Podemos citar en esta nómina libros como 'Made in: la bestia' de Saúl Lozano, 'Apuntes para un futuro caos' de Christian Nieto, 'Visiones del refugio azul' de Anabel Úbeda, 'Dónde está la heroína' de Tomás Carrión o 'El desafortunado intento' de María Marín.

También ha dado cabida a otros autores más veteranos que, en algunos casos, debutaban en la publicación de libros propios tras años de foguearse en fanzines y blogs. Entre estos autores murcianos, o afincados aquí, de mayor experiencia que los anteriores que se sumaron al catálogo de Boria podemos citar nombres como el de Lujo Berner, Javier Tortosa, Álvaro Bellido, Alicia Párraga, Jesús Montoya, Ismael Orcero, Pedro Teruel o Eric Luna. Mención aparte merece la novela 'El calendario de Dios' con la que el crítico y profesor Rubén Castillo decidía poner fin a su longeva trayectoria como escritor.

La falta de prejuicios de Luis Sánchez Martín y su buen ojo como editor lo llevó también a publicar libros de autores de diferentes rincones de la geografía nacional, apostando incluso por escritores nacidos fuera de nuestras fronteras y afincados en España como la británica Sandra Bruce o el checo David Matuska. Para apoyar a todos ellos en las presentaciones de sus libros y para tratar de vender el máximo número posible de ejemplares, el editor hizo no pocos kilómetros por las carreteras y autovías del país.

Además de lo verdaderamente importante, la obra literaria, Luis ha cuidado durante todos estos años de todo aquello que hace que una editorial más que independiente personal como era la suya tuviera su carácter propio. Desde la eficaz página web hasta las portadas, pasando por la maquetación, todo era supervisado por el editor con cuidado. A ello debemos sumar el excelente trato dispensado a sus autores; todos los que hemos publicado con Boria podemos dar fe de que si nuestro libro no llegó a un público mayor no fue por falta de empeño de su editor.

Pero como ocurre con toda empresa quijotesca, la ilusión no lo puede siempre todo y Boria cierra sus puertas. Los gigantes han sido, en este caso, diversos sinsabores que Luis ha tenido que enfrentar durante los últimos años en forma de falta de rentabilidad, escaso eco en algunos campos y, sobre todo, el cansancio de una empresa gestionada por una sola persona. Nos quedan sus libros, el último, el de Antoni Sanchiz, fue presentado hace apenas unas semanas. Les recomiendo que se dejen acoger por la boria, visiten su web y disfruten leyendo algunos de los 38 libros que este sello inolvidable ha publicado.

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