La discípula que le pisa los talones al maestro

Leonardo da Vinci dijo una vez que «una obra de arte nunca se termina, solo se abandona». Cuando el escritor Francisco Javier Illán Vivas (Molina de Segura, 1958) acabó de escribir su última trilogía bajo el epígrafe 'La cólera de Nébulos' –agrupa los títulos 'La maldición', 'La oscuridad infernal' y 'El rey de los esfinges'–, pensó que su aventura en el terreno de la literatura fantástica había llegado a su fin. Tiempo después, un lector aficionado le hizo ver reflejada aquella frase del reconocido pintor: «Luis Alberto de Cuenca, secretario de Estado de Cultura por aquel entonces, me llamó a casa para decirme que le había gustado mucho mi novela». Dos años más tarde, el teléfono volvió a sonar con cierta curiosidad por conocer la continuidad de la obra: «Así surge 'El retorno de la espada'. Es lo que ha ocurrido con los personajes unos 20 años después».

Se trata de la última novela del autor molinense. Una saga inspirada en la épica, la mitología y la historia; y ambientada en un imaginario de maldiciones y enfrentamientos. La historia enfrenta a multitud de personajes en una permanente lucha entre el bien y el mal en la ciudad de Celestos. Publicada en mayo, fue galardonada con el II Premio Villiers de L'Isle Adam de Novela Fantástica. En este certamen, resuelto a principios de año, coincidió con la murciana Maranwë Beyond (Murcia, 1990), finalista con su novela 'Descubriendo Drenhull', una narración más juvenil donde la unión femenina cobra gran protagonismo. En ella, una chica desorientada despierta en un mundo desconocido que deberá recorrer con un único objetivo: recordar quién es.

«Muchas veces el mundo es muy pequeño», expresa Illán. Se conocen desde hace alrededor de 14 años, y el experimentado literato asegura que «ha sido una suerte y una cosa sorprendente que coincidiéramos los dos en el premio. Ojalá yo no hubiera participado porque seguramente lo hubiera ganado ella». Cuando ambos autores coincidieron en una exposición de la madre de la joven, hallaron una afición en común. Y como si de un hada madrina se tratara, el maestro apadrinó a la principiante y guió su camino con sabias recomendaciones. «Escribí el primer libro con 18 años –'Más allá de tus ojos'–. Me dijo que se lo pasara para darme unos consejos y a raíz de ahí, todo lo que he redactado se lo he ido pasando», dice.

A Maranwë Beyond le gusta escribir en primera persona: «Así consigo transmitir mejor lo que quiero expresar al lector y puede meterse más en la historia». Sin embargo, María Carmen García Pujante decidió esconder sus obras tras un pseudónimo cuando se inició en el paraíso de la escritura «porque realmente Mari puede ser cualquier persona. Yo quería distinguirlo un poco y destacarlo para que cuando se escuchara por ahí mi nombre, se supiera quién soy».

Esta apasionada de la literatura desde los ocho años compagina la afición por los libros con su profesión de fotógrafa y diseñadora –la idea del libro surge en un curso de diseño de videojuegos–. Porque, como asegura Illán –funcionario–, «la gran mayoría de los autores trabajamos en otra cosa». «Son muy pocos los que viven de la literatura. Si solo te dedicas a ello, ¿cuántos libros hay que vender para que el 10% de 17 euros te dé para vivir?». Además, a esto se ha sumado la inesperada pandemia: «Mi novela anterior –'1314, la venganza del templario'– estaba yendo con un desarrollo de ventas estupendo. Tenía una programación enorme, e incluso había iniciado conversaciones con un productor para poder llevarla al cine. Pero, vino la Covid-19 y llegó el cataclismo para muchísimas empresas. Estaba vendiendo alrededor de 400 libros mensuales y, al siguiente mes, las ventas fueron cero».

Para los más inexpertos todavía resulta más complicado emprender el camino de la escritura. «Cuesta bastante hacerte un hueco. Las editoriales van a lo seguro. Cada vez los tiempos son más difíciles en el mundo literario y se lee menos», admite García. Por ello, anima a todos los jóvenes soñadores a que «si realmente quieren publicar, lo desean y es su sueño, que nada les pare». De hecho, reconoce que «al principio no estaba muy conforme con presentarme a concursos»: «Fue Paco –como ella llama a Illán– quien me animó a presentarme. El hecho de poner el término 'finalista' en la portada del libro me está abriendo puertas».

Ambos novelistas se guían por el arte de la improvisación y se olvidan de todo aquello que tenga que ver con guiones. «Yo siempre he leído libros de fantasía y, hasta ahora, lo que había escrito había sido más bien de misterio. Tenía muchas ganas de crear algo de fantasía y la verdad es que surgió solo. Yo me pongo a escribir y me sale lo que me sale», reconoce la joven. Tienen muy presente la literatura murciana: «¿Eso me ha influido? Probablemente. En mis novelas se nota esta geografía murciana tan radical con estos terrenos blancos y reflectantes», asegura el escritor. Esto mismo es lo que destaca García sobre la obra del molinense: «Parece como si te transportara a la misma escena. Es como si fuera una banda sonora épica».

Como buenos adeptos del porvenir e ignorantes de todo lo calculado, no temen al futuro. Mientras Maranwë Beyond experimenta con otro tipo de fantasía, Illán, vecino de San Pedro del Pinatar desde hace tres años, tiene en mente poner fin a otra novela, titulada 'Asesinato en San Pedro del Pinatar'. Una historia policíaca y de misterio que ocurre en esa misma localidad en unos meses de verano. No obstante, ambos saben que, para poder avanzar en el mundo de la literatura, todavía les quedan muchos textos por descubrir: «Leyendo es como aprendemos, no escribiendo», afirma el escritor. Mientras tanto, en una carrera de fondo como es esta industria, toca seguir avanzando hasta que la aprendiz alcance al maestro. Por ahora, le pisa los talones.

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