«Carne de cañón» camino del Rif
Diego Victoria aborda en un libro las claves políticas y militares del Desastre de Annual, hace 100 años, y repasa la «brutal sangría» de miles de soldados de Cartagena y del resto de España
«Esos jóvenes eran carne de cañón, en un conflicto sostenido absurda y cruelmente por razones de colonialismo, intereses económicos del Conde de Romanones y ... otros oligarcas, aparente prestigio internacional, ansias civilizadoras y corrupción de mandos militares. Combatían con armas sin calibrar, usadas en los conflictos de finales del siglo XIX, y murieron por miles en el frente o enfermaron de disentería y paludismo o quedaron heridos en las batallas. Al ser repatriados porque en Marruecos no había apenas medios sanitarios para atenderles, fallecieron aquí, por ejemplo en el Hospital de Marina de Cartagena», resume a LA VERDAD el historiador Diego Victoria Moreno (Cartagena, 1955).
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El doctor en Historia Moderna y Contemporánea por la Universidad de Murcia (UMU) y catedrático de Geografía e Historia, ya jubilado, habla de los soldados españoles, casi todos «de baja extracción social y reclutados a la fuerza», que cayeron en el Desastre de Annual, en 1921, y en el lustro siguiente, el de «El Desquite» o «pacificación» del Protectorado Español de Marruecos. Las cifras «oscilan según la fuente consultada», advierte el profesor, pero al menos dos mil hombres fueron enviados a la Guerra del Rif por el Ejército de Tierra y la Armada desde Cartagena, Lorca y Murcia.
En el centenario de Annual, una de las mayores derrotas militares de la historia de España, Victoria recupera la trágica peripecia de estas tropas en el libro 'Dolor y vergüenza. El recuerdo de Annual, 1921. El fracaso político-militar en el Protectorado Español de Marruecos' (Ediciones Nova Spartaria). En él, aborda la deriva que llevó desde el «derrumbe colonial en ultramar», con el Desastre 1898 y la pérdida de Filipinas, Cuba y Puerto Rico previo choque con Estados Unidos, al nuevo baño de sangre y realidad en Annual.
El catedrático ofrece un relato «coral» sobre una de las mayores derrotas militares de España, en un conflicto «absurdo y cruel»
Sin haberse recuperado de ese golpe, principio del fin del Imperio español tras cuatro siglos, España se sumó en 1912 a Francia, Italia, Alemania e Inglaterra en busca del control del continente africano y sus recursos naturales, como las minas de hierro. Y lo pagó muy caro. En el libro, que presentará mañana a las 19.30 horas, en la sede de la Fundación Cajamurcia en Cartagena, quien fue director del IES Politécnico, profesor asociado de la UMU y docente en la UNED desgrana cómo se llegó a unas «auténticas carnicerías».
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Sobresalió la masacre en Annual de unos 10.000 españoles por el ataque de las tribus rifeñas, en apenas 19 días: del 21 de julio al 9 de agosto de 1921. Los rifeños lograron armas de contrabando. Y de nada sirvió a España «tener desplegada a la cuarta parte de sus fuerzas armadas» y contar con el beneplácito del sultán de Marruecos, apunta Victoria. Y añade que después llegó el empecinamiento en reconquistar las posiciones perdidas, antes y durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera, afrontando la guerra con «más guerra» contra los rebeldes independentistas liderados por Abd el-Krim.
Marruecos y Franco
El libro ofrece una visión «multidireccional», con precedentes y consecuencias. Es un relato «coral», donde «caben actores principales» como Alfonso XIII 'el Africano' y «una masa anónima, que engrosó la cifra de prisioneros, heridos y muertos, soldados sin nombre cuyos cuerpos ni fueron recuperados ni tuvieron duelo». Así lo destaca Pedro María Egea, catedrático de Historia Contemporánea de la UMU y autor del prólogo.
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Egea elogia a Victoria porque, mediante «crónicas de la época» y «relatos de soldados y oficiales», plasma la debacle «política y militar» y cuestiona con rigor el falso patriotismo y «la presencia española en el norte de África y su política colonial». No en vano, afirma Egea, estas guerras fueron «una brutal sangría para el pueblo español, ya que para la más modesta operación se necesitaba el sacrificio de miles de soldados».
Victoria recuerda que ya en 1909, tres años antes del inicio del Protectorado de Marruecos, finalizado en 1956 con la declaración de independencia del país, España fue derrotada en el Barranco del lobo, cerca de Melilla. Y lamenta que insistió en defender «supuestos derechos históricos sobre territorios no explorados»; nada que ver, aclara, con «la acreditada presencia española en Ceuta y Melilla desde el siglo XV».
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Al prolongar su despliegue en África, concluye Victoria, España acabó dando un gran poder a «Franco y otros militares africanistas». Y estos, «envalentonados, con pretextos contra la II República y con el apoyo de la banca y del catolicismo radical, se valieron en 1936 de los 100.000 soldados que había en Marruecos para sublevarse contra el régimen democrático español y sustituirlo por una dictadura de 40 años».
Una joven editorial cartagenera impulsada por Francisco Velasco
El libro sobre Annual de Diego Victoria –con documentos y fotografías del Archivo Municipal de Cartagena, el Archivo General de la Región de Murcia, la Biblioteca Virtual de Defensa y la Biblioteca Nacional– es la última apuesta de Ediciones Nova Spartaria, creada en octubre de 2019 por el cartagenero Francisco Velasco Hernández, doctor en Historia Moderna. De él es 'Corsarismo, piratería y guerra costera en el sureste español. El acoso turco-berberisco a las costas de Alicante, Murcia y Almería'. La editorial presentará el 2 de diciembre 'Leverkus. La acción humanitaria de un cónsul británico durante la Guerra Civil española'.
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