Apóstoles de Miguel Espinosa

«Mi hermana, en la cuna, durmiendo plácidamente; y sobre su mejilla, una salamandra, que mi madre había espantado... Nunca me cansé de escuchar esta historia familiar. Sentía compasión por la durmiente; y envidia de ella, como si fuera una elegida», escribe Juan Espinosa (Murcia, 1952), quien desde 1982 intenta dar testimonio de Miguel Espinosa (Caravaca, 1926-Murcia, 1982), como persona (el padre, el amigo) y escritor.

El Eremita acaba de publicar la revisión corregida y aumentada de 'Miguel Espinosa', el libro de recuerdos, reflexiones y espejismos que escribió su hijo Juan, profesor de Filosofía en un instituto de Murcia. «Contiene -descubre la editora, María del Carmen Carrión- 313 textos nuevos, todos ellos en la cuarta parte. Los recuerdos de la niñez con su padre, su juventud, su relación con la filosofía y la relación del ser humano, de Juan en este caso, con la escritura, con la palabra y con la muerte, la trascendencia». Estos textos habían aparecido en el perfil oficial de Facebook de Miguel Espinosa, seguido por más de 400 usuarios.

«En este libro mío -dice Juan-, las reflexiones y fantasías piden un corazón de carne; los recuerdos, uno de piedra». La emoción toma su sitio. También los amigos, como el filósofo José López Martí («el hombre -le dijo García Calvo- que mejor oye leyendo»). La vida juzgada con serenidad. La alegría que hace buena la rememoración... «Para resucitar a uno, lo primero es que se retiren los flautistas y las plañideras: el arte, la literatura y la filosofía; y también la religión». Palabra de Juan.

'Miguel Espinosa' amplía la panorámica sobre temas que son «una constante» en la obra de Juan Espinosa, como la crítica a la clase política, al poder, al profesorado. «Juan profundiza acerca de la relación de los escritores con la palabra y hay un atrevimiento mayor por su parte. Por ejemplo, cita nombres, fechas y lugares concretos de personas, siempre y cuando el personaje salga bien parado. Si sale mal parado, seguirá en el anonimato». En esta versión actualizada y aumentada vemos reflexiones personales, de su familia, de la «relación oscura» de las hermanas de su padre, «y aquí se descubre un Miguel que la mayoría de la gente no conoce».

Dice María del Carmen Carrión que tras publicarse 'Tríbada' (1987) en Murcia corrió «una especie de bulo» sobre Miguel Espinosa dándose a entender que era una persona muy ociosa, que no trabajaba mucho y que se dedicaba a malvivir y a escribir solamente. «Pues hemos incorporado a la página web más de 200 documentos, entre ellos, la correspondencia comercial de Miguel Espinosa, abogado de profesión, con empresas japonesas, y, sobre todo, con los conserveros murcianos. Él hacía grandes compras, se dedicaba a exportar e importar, y esa faceta convive con la escritura de 'Escuela de mandarines' y otras de sus grandes obras. ¡Qué capacidad de creación tenía Miguel! Es algo que me maravilla a mí». El padre de Miguel Espinosa muere cuando éste tiene 17 años, y se vio obligado a hacerse cargo de la familia, de su madre y de sus hermanas. «Aquí en el libro se demuestra esa faceta suya trabajadora, la de un hombre preocupado por darle un bienestar a su familia y la de un gran creador».

Miguel Espinosa fue adornado con el cliché de escritor maldito, una forma más de ver su figura, aunque no la única. «Lo que hace Juan Espinosa es abrir el abanico y ofrecernos nuevas perspectivas para poder mirar a su padre. Esos datos solo los tiene él, una persona con un gran sentido crítico que no pone en peligro lo más amado. Ofrecer la verdad es lo que la salva. Y él no tiene ningún miedo en ofrecer textos que hablan de la realidad de la vida de su padre. Es curioso, pero en estos textos nuevos Juan va dejando claves para futuros estudiosos, hay muchísimas notas sobre cómo Miguel fue concibiendo muchas de las obras literarias. Juan cubre muchos flancos: el personal, el laboral, como hijo, como escritor, como filósofo y da pista para nuevas tesis doctorales».

En este momento, repara la investigadora, se trabaja mucho más en Alemania y en América Latina la obra de Miguel Espinosa que en España. «Yo lo voy a decir tal y como lo siento. La Universidad de Murcia, como institución, es incompatible con Miguel Espinosa, porque su escritura siempre cuestiona las instituciones que se arrogan el saber a sí mismas. Él era un espíritu libre, no creía en las instituciones. De hecho, mi tesis ['La mirada fenomenológica de Miguel Espinosa', 2001] no fue nada fácil sacarla, porque conté con Eloy Sánchez Rosillo, que fue amigo de Miguel, pero si no no hubiera salido. Hay traducciones al checo, al holandés, al inglés, al francés... de la obra de Miguel Espinosa, y aquí estamos aún viéndolas venir».

María del Carmen Carrión fue alumna de Juan Espinosa desde los 17 años, y con 25 años defendió la tesis doctoral sobre Miguel. «Desde ese momento no he dejado de estudiarlo, y de publicar cosas sobre él. Para mí esa una devoción. Por eso creé esta editorial, porque mi deseo era ser apóstoles de la palabra de Miguel Espinosa, ayudar a dar a conocer la palabra de Miguel. Hoy en día la cultura es carísima en muchas ocasiones, y Juan y su hermana Maravillas, los dos herederos de los derechos de la obra de su padre, han renunciado a cualquier tipo de ganancia, igual que yo, con el deseo de que la obra de Miguel Espinosa esté bien editada y viva».

Una generosidad bien escasa en este mundo, aunque incide la editora que es «una forma de defender valores como la libertad, la bondad y la belleza». «Son actos de fe, y los hijos no tienen ningún interés económico en su padre. Solo que su obra perdure».

En la web de la editoria El Eremita, fundada por María del Carmen Carrión Pujante, pueden descargarse de forma gratuita obras como 'La fea burguesía', 'Tríbada', 'Reflexiones sobre Norteamérica' y 'Asklepios', todas ellas «muy cuidadas y revisadas», incide la editora, que adelanta que ha comenzado ya la revisión de 'Escuela de mandarines'. «Después nos vamos a meter con la obra inédita, siguiendo el deseo de Juan Espinosa de que se vea publicada toda la obra de su padre en El Eremita. Tenemos mucho trabajo por delante», reconoce Carrión, doctora en Filología por la UMU y, por derecho, una investigadora de referencia sobre uno de los escritores más crípticos y prolíficos. Esa revisión de 'Escuela de mandarines', que harán al alimón Carrión y Juan Espinosa, les llevará un año.

«Trabajar con Juan -incide la filóloga- es todo un privilegio».