Las fotos desconocidas de Juan Guerrero Ruiz

El Museo Ramón Gaya acoge desde ayer el legado perdido de Juan Guerrero Ruiz (Murcia, 1893-Madrid, 1955). Un total de 1.131 negativos y 33 fotos positivadas sobre la Generación del 27 y de autores como Manuel Azaña, Max Aub, Carmen Conde, Ramón Gómez de la Serna, Maruja Mallo y el propio Ramón Gaya.

Gracias a la mediación del crítico de arte y literatura, e historiador de arte contemporáneo Juan Manel Bonet, y al esfuerzo de Rafael Fuster, director del museo, se ha seleccionado este espacio expositivo como el idóneo para la muestra de los negativos, cedidos generosamente por Guadalupe Ríos, amiga personal de Ginesa Guerrero, la esposa del abogado Juan Guerrero Ruiz, colaborador de LA VERDAD, secretario de Juan Ramón Jiménez y vínculo entre muchos poetas de los años 20 y 30, secretario general de los Ayuntamientos de Murcia y Alicante, además de editor y creador de la Colección Adonáis.

Ríos conservó una caja por décadas que le entregó Ginesa Aroca, viuda de Guerrero, con estos negativos de personalidades como Vicente Aleixandre, Gerardo Diego, Gabriel Miró y otros muchos autores cuya presencia en el archivo aportan un testimonio visual único de la España literaria y cultural de principios del siglo XX.

El concejal de Cultura e Identidad, Diego Avilés, remarcó ayer en la presentación del legado la generosidad de Ríos y la proximidad de la Generación del 27 a la obra y figura del murciano Ramón Gaya. «Es un bonito homenaje a Juan Guerrero y a todo lo que hizo por Murcia, no solo desde el punto profesional, durante su etapa en el Ayuntamiento de Murcia, sino también a su sensibilidad cultural». El director del museo, Rafael Fuster, indicó que «hoy quien nos convoca es Juan Guerrero, para hablar de la importancia que tiene. Este legado puede cambiar la historia de España, ya que son más de 800 negativos los que hablan de la Generación del 27. Sigue siendo alguien todavía sin descubrir, y tenemos esa deuda pendiente», aseguró. Guerrero Ruiz fue un hombre de leyes y letras, estudió Derecho como alumno libre en Madrid en la Universidad Central. Durante esa época, en 1913, conoce a Juan Ramón Jiménez, del que queda totalmente embelesado, y a partir de ahí comienza una larga amistad. De hecho, Guerrero, a partir de las conversaciones entre ambos, escribe un diario de gran valía, publicado bajo el título 'Juan Ramón de viva voz'.

Durante esos años entró en contacto con un grupo de artistas murcianos, entre los que se encontraban pintores como Luis Garay. Después colaboró con varias revistas, y escribió ensayos y artículos dedicados a la Generación del 27. Por otro lado, también tuvo una vida administrativa fructífera, y fue secretario de primera categoría del Ayuntamiento de Murcia, desde 1924 a 1929. Durante esos años publicó en la Página Literaria y en el Suplemento Literario de LA VERDAD, en la sección crítico-informativa.

En 1927, Guerrero ideó, junto al poeta vallisoletano Jorge Guillén, la creación de la revista 'Verso y Prosa', que llegó a cobrar gran prestigio a nivel nacional gracias a colaboraciones de ilustres figuras como Federico García Lorca, quien publica su primer Romancero Gitano en esta revista, incluyendo al frente del 'Romance a la Guardia Civil Española' una dedicatoria que rezaba: 'a Juan Guerrero, cónsul general de la poesía'. De hecho, el museólogo Juan Manuel Bonet señaló ayer en este acto en el Museo Gaya que en la época del 27 Murcia era como «una pequeña ciudad italiana, donde había pintores, escritores... Esta recopilación de fotografías es como una novela. Guadalupe llevaba bastantes años comentando lo que tenía entre manos, pero no llegábamos a concretar, hasta que un día me llamó y me dijo 'quiero que lo veas'. Esto es algo que se ha conservado en una caja de pasteles inglesa, y dentro de ella hay más de 800 negativos, con fotos conocidas y otras no. Juan Guerrero hizo una crónica del mundo de escritores que le rodeaba», aseguró Bonet.

Según Guadalupe Ríos, los azares del destino tienen mucho que ver en la publicación de estas fotografías. «Mi familia tenía vinculación con Juan Guerrero por varias partes. Por un lado, mis abuelos paternos, que aunque eran aragoneses tenían en propiedad una casa en Madrid, y tuvieron como inquilino al murciano y a su mujer Ginesa. Unos años después, acabé viviendo en uno de los pisos de la casa, y coincidí con Ginesa de la que me hice muy amiga. Cuando ella se muda me deja este legado a mi, todavía no se muy bien porqué, pero así fue. Por otra parte, durante su etapa como secretario del Ayuntamiento de Alicante, una serie de intelectuales propiciaron que se hiciera un parador en el Peñón de Ifach, En este caso, por parte materna tengo vinculación con uno de aquellos intelectuales, a los que Juan Guerrero les propuso crear un hotel», recordó Ríos.

Finalmente, el museo se comprometió a hacer «una gran exposición sobre esto», indicó Fuster.

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