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tProyección de la pieza audiovisual 'El reparo', de Fito Conesa, en la galería valenciana Espai Tactel. u El artista cartagenero Fito Conesa. NACHO LÓPEZ ORTIZ

Una voz familiar que nace de las entrañas

l cartagenero Fito Conesa crea 'El reparo', una instalación audiovisual, grabada en la Sierra Minera, que protagonizan sus padres y que acaba de exponer en la galería Espai Tactel

Sábado, 8 de mayo 2021, 08:26

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Juega Fito Conesa (Cartagena, 1980) con el doble sentido al rotular su última instalación, hasta ayer, expuesta en la galería valenciana Espai Tactel, como 'El reparo'. Con su nombre hace alusión a la bebida, a base de brandy y vino dulce, que los mineros tomaban antes y después del trabajo con el fin de remendar el ánimo y el cuerpo. Pero también se refiere Conesa con este título al «reparo interno» que le ha supuesto al propio artista la materialización de esta obra, una pieza «especial» que sitúa sobre la Sierra Minera Cartagena-La Unión y a la que invita, como protagonistas del mismo hecho artístico, a sus padres.

'El reparo' son dos piezas audiovisuales enfrentadas, una de ellas proyecta la imagen de un moderno molino de viento, la otra refleja a una mujer con la vista perdida en el horizonte. La cámara la enfoca a lo lejos y poco a poco se acerca hacia ella, hasta que su voz rompe el silencio y canta: «Te dará sabiduría / todo lo que hayas vivido / eso es lo que yo diría / por esos años que han sido la fuente de tu alegría». La letra, una lección sobre el paso del tiempo y su huella, lleva la firma del padre de Fito Conesa, Pedro. Quien canta es Lola, su mujer, la madre de Fito.

«Que los dos participaran en el proyecto me atravesó de alguna manera. Abrió en mí formas de trabajo que antes eran una segunda capa, porque cuando uno crea al final siempre habla de lo que le toca, pero no tiene por qué hacerlo desde un primer plano, puede haber una segunda lectura o un filtro. En este caso no lo hay», afirma el artista cartagenero, afincado desde hace años en Barcelona. «Pensé que pedirle a mi madre que cantara una minera escrita por mi padre, e integrar todo eso en mi obra, era una oportunidad. De algún modo cerraba el círculo y entendí que iba a funcionar», añade Conesa, quien en 2018 empleó también la Sierra Minera como escenario de otra de sus creaciones. En este caso, 'Helicón', una invocación al inicio del Apocalipsis a través del sonido de siete instrumentos de viento-metal, que llevó a ARCO de la mano de Espai Tactel.

«De algún modo cerraba el círculo y entendí que iba a funcionar», dice el artista, residente en Barcelona

La mina y su industria, explica el artista, forman parte de sus raíces. «Cuando era un adolescente no me daba cuenta de ello, pero, de adulto, cada vez me interesaba más». Hace años realizó, dice, el que fue «un viaje entre iniciático y expeditivo al Festival del Cante de las Minas de La Unión» junto a un grupo de amigos. De forma «inconsciente», describe, volver a su tierra con ellos le permitía «ahondar de forma segura» en recuerdos y emociones todavía «latentes». «Cada momento de ese viaje –dice Conesa al presentar su trabajo– abría Pandora».

'El reparo' también lo ha hecho: «Ha sido bastante atravesador. Nunca había compartido tanto con mis padres», con quienes, dice, ha abordado cuestiones que antes ni siquiera se había planteado. «No sabía que mi padre tenía familia directa que había trabajado en la mina. De alguna forma lo intuía, pero no lo sabía», cuenta Conesa, para quien «asumir y encarnar tus vivencias, equilibrar tu deseo de pertenecer con tus ganas de huir, fue pronto el campo de minas en el que decidí moverme. Un lugar que hiere y cura, una inevitable dicotomía, algo muy cartagenero», se desgaja del texto de la galería.

Molinos de viento

Creado como un proyecto específico para Espai Tactel, 'El reparo', reconoce el artista, es una obra que le ha ayudado a «entender cosas no dichas» e incluso a descifrar «de dónde vengo y cómo he construido algunos modos de pensar». Su trabajo es, además, de un acercamiento personal a sus raíces, una reflexión sobre el tiempo, su devenir y la marca que deja. Dice Conesa de La Unión que es una tierra «que estará en barbecho miles de años de todo lo que de ella se ha sacado». Su obra busca ser muestra igualmente del deterioro que ha sufrido su territorio y la herida abierta en el paisaje, donde «han empezado a surgir molinos de viento, casi como un reparo del daño hecho en la zona».

En su pieza, la imagen de un aerogenerador acompaña a la de su madre en mitad de la sierra, «las dos se proyectan a la vez y da la sensación de que el sonido del molino marca el canto de ella». Su voz genera en Conesa «ternura, fuerza y fragilidad». «Mi idea nunca fue buscar una interpretación profesional. No quería una minera perfecta, pero lo bordó», defiende.

Finalizada la exposición en Valencia, Conesa, volcado actualmente en un proyecto sonoro junto a la cantante María Arnal para sacar voz al órgano monumental de la Sala Oval del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), trabaja para poder exhibirla en Barcelona y espera poder hacerlo en el futuro en algún punto de la Región de Murcia. Le gustaría, señala, llevar esta obra «al lugar en el que se creó».

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