Dos ciegos murcianos con mucha vista
Ángeles Ortega, deficiente visual y vendedora de cupones de la ONCE, presenta este jueves en el Hospital Reina Sofía de Murcia su debut en la novela: una historia de amor y aprendizaje junto a Juan de Dios Lisón, con ceguera total de nacimiento
Nerea Adly García
Miércoles, 9 de octubre 2024, 16:33
«Una historia divertida, sencilla y amena». Así define Ángeles Ortega (Barcelona, 1968), afiliada de la ONCE, deficiente visual y vendedora de cupones en Murcia, 'Dos ciegos con mucha vista' (Tirano Banderas). Una novela protagonizada por ella misma y por su marido, Juan de Dios Lisón (Murcia, 1967), ciego de nacimiento. Este jueves, a las 18.30 horas, coincidiendo con el Día Mundial de la Visión, ambos presentarán la obra en el Salón de Actos del Hospital General Universitario Reina Sofía de Murcia junto a los escritores Fernando de la Cierva y Jerónimo Tristante. «¡Una locura total! Todo comenzó como una bola de nieve y se ha convertido en un gran alud. Juan de Dios cantará con el coro del Hospital Reina Sofía», adelanta la escritora.
«Nací con cataratas, por lo que tengo una visión baja», cuenta a LA VERDAD en un encuentro en el jardín de Floridablanca de Murcia. «Soy afiliada de la ONCE desde hace muchísimos años. Juan de Dios, mi marido desde hace 19 años, fue presidente del Consejo Territorial de la ONCE. Uno de sus cometidos era entrevistar a las personas que se afiliaban y ese día me tocó a mí. Nos conocimos una mañana de primavera, superbonita. Cuando lo vi me pregunté dónde se había metido tanto tiempo. Era lo que estaba buscando. A los nueve meses nos casamos».
El acto contará con las intervenciones de Fernando de la Cierva, escritor y director médico del hospital, y el novelista Jerónimo Tristante, y actuará el coro del Reina Sofía
Ángeles Ortega escribió su historia en esta novela para ilustrar a los demás sobre las personas ciegas. «Juan de Dios está jubilado, aunque es muy joven, debido a la ceguera total que tiene. Tanto él como yo hemos vendido cupones durante muchos años, yo sigo haciéndolo. A lo largo de los años, nos hemos dado cuenta de que la gente no sabe cómo tratar a una persona ciega. De ahí viene mi impulso por escribir esta obra. Quería crear algo divulgativo, para que la gente nos conociese más, supiese cómo somos, cuáles son nuestras necesidades». Es algo que se sale de lo esperado, explica Ángeles. «Primero: no empujes a un ciego. Segundo: no cambies las cosas de sitio», dice con humor. «Lo típico es aburrido y no llega a ninguna parte. Este libro es una especie de mezcla de anécdotas de nuestra vida, con un carácter divulgativo y también reivindicativo. Queremos que los lectores, cuando terminen, la novela sepan más de ciegos de lo que sabían antes».

Juan de Dios Lisón, nervioso y emocionado, es el autor del prólogo. «He contado muchas anécdotas de mi vida, infancia, mi etapa en el coro... Vivencias al fin y al cabo, algunas buenas y otras no tanto… En el libro también planteamos un paralelismo, ya que al ser ciego totalmente, estudié en un internado. En cambio, Ángeles estudió en un colegio normal. Planteamos un poco cuáles fueron las ventajas y desventajas de cada uno. Por ejemplo, yo tuve acceso a gimnasia, deporte, música, teatro… y ella no. Por otro lado, yo tuve que sacrificar a mi familia».
La autora pidió a la editorial un formato más grande, con el papel más grueso y la letra más amplia. «No solo por los que tenemos deficiencia visual, sino por los mayores, o por las personas que sufren hipermetropía».
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