De lo digital a lo presencial

Sobre el sofá y frente a la televisión las ovaciones son diferentes. Los músicos saludan -el concierto es en 'streaming'- y los actores sonríen ante la cámara, pero no sienten el calor del público. «Los aplausos 'online'», dice Soledad Nortes, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Molina de Segura, «son muy difíciles».

Y sin embargo, espectáculos, conciertos, conferencias, festivales e incluso exposiciones de arte han encontrado en la Red su gran trinchera estos últimos meses. El formato virtual ha sido la principal alternativa a los escenarios con público. Sigue siéndolo, más aún con los auditorios y teatros cerrados: «No hay otra fórmula», defiende el titular de Cultura en Cartagena, y también guitarrista flamenco, Carlos Piñana. Para él, las actividades, «o son presenciales, o son 'online'».

Por lo pronto, y durante parte de este primer trimestre, serán digitales, debido el vertiginoso ascenso de contagios por Covid y la escalada de hospitalizaciones, pero la apuesta de ayuntamientos como los de Cartagena o Molina de Segura, es el directo 'a pie de calle', al igual que para otros municipios con grandes citas culturales agendadas, como La Unión, que este verano espera celebrar la 60 edición de su Festival Cante de las Minas; San Javier, que prevé recuperar -el pasado año canceló toda su programación estival de calado- los festivales de Jazz y Teatro, Música y Danza, así como estrenar el evento FAN FUTURA FEST; Murcia, con los festivales Murcia Tres Culturas e IBAFF en el horizonte; y Lorca, cuya tarea pendiente es volver a levantar el telón del Teatro Guerra: «Estamos trabajando en una programación a partir de marzo si todas las condiciones -datos epidemiológicos y flexibilización de aforos- los permiten», afirman desde la Concejalía de Cultura lorquina, a cuyo frente figura María Ángeles Mazuecos.

La primera opción, defienden todos ellos, es la presencialidad, pero será «la situación sanitaria» la que imponga las condiciones. Con esta premisa trabajan en el que será un año, atisban, «complicado», pero que encaran «con ilusión» y, apunta en concejal de Cultura de San Javier, David Martínez, con el bagaje que la pandemia ya les ha obligado a asumir.

«El año pasado nos pilló todo por sorpresa y lo que hicimos, básicamente, fue suspender la programación. Este año ya sabemos lo que hay, y la apuesta del Ayuntamiento por la cultura va a ser total, a pesar de que la incertidumbre sigue siendo una de nuestras mayores preocupaciones», asegura Martínez.

Sobre la mesa está la celebración de sus dos grandes festivales, «que vamos a desarrollar de forma presencial». «Tenemos como ventaja el verano, y que se realizan al aire libre. Eso nos permite contar con ciertas garantías extras de seguridad», argumenta Martínez, entre cuyos planes está «intentar aplazar el desarrollo de los festivales todo lo que podamos» con el fin de «ganar tiempo y ver cómo evoluciona la pandemia y qué efecto tiene, a nivel organizativo, la llegada de las vacunas», relata. De este modo, el Festival de Jazz arrancaría «a mediados del mes de julio», quince días después de lo habitual, mientras que el de Teatro tendría lugar también una vez iniciado agosto.

Pese a todo, Martínez, que este año asumirá tanto la dirección del Festival de Teatro -que ya ostentaba- como la del Jazz, tras la jubilación de Alberto Nieto -quien, no obstante, acompañará en esta edición al concejal como «asesor musical»-, es consciente de que ninguna de la citas va a poder realizarse «de la misma forma que en años anteriores». Adelanta, por ejemplo, que habrá menos veladas, aunque «se mantendrá la calidad» de los espectáculos. Los presupuesto municipales en San Javier, afirma sin tapujos Martínez, contemplan una reducción del 40% de la partida de festivales para este 2021: «Difícilmente se van a poder desarrollar como viene siendo habitual; ¿para qué bloquear un dinero que luego no se va a utilizar?». El edil reconoce, sin embargo, que «hay un compromiso por parte del equipo de Gobierno de aumentar esa partida si finalmente en el verano la situación está mejor».

En cuanto a la programación en el Centro Cultural de Santiago de la Ribera, la estrategia del municipio costero pasa también por retrasarla todo lo posible. De este modo, las tres funciones concertadas por el consistorio para el primer semestre del año dentro del Circuito de Artes Escénicas de la Región, al que está adherido, tendrán lugar «a finales de mayo y primeros de junio».

En Cartagena, a la espera de que el número de contagios e incidencia del virus baje, la Concejalía de Cultura trabaja en las propuestas que pondrá en marcha a partir de marzo, con la intención de que se celebren presencialmente. Entre ellas, figuran, enumera Piñana, la reapertura del Museo Carmen Conde, enmarcado en los actos del 40 aniversario de la Universidad Popular de Cartagena; las Jornadas de la Danza y la Semana de las Letras, así como el lanzamiento de una nueva «marca de cultura inclusiva» con distintos proyectos a desarrollar en barrios y diputaciones. Para verano, están previstos varios festivales de nueva creación, como uno dedicado «al rock», con sede en el Parque Torres, y la vuelta -su edición de 2020 se canceló- de La Mar de Músicas, para la que se están preparando, dice, «escenarios alternativos». En el aire figura Mucho Más Mayo: «Es un festival difícil de proyectar con carácter 'online'».

Todas las actividades, reseña Piñana, son adaptables a formatos digitales. Es el plan B: «Si hemos sacado algo positivo de esta pandemia, es la experiencia digital», añade. En cuanto a presupuesto, según Piñana, la partida para cultura se ha incrementado «un 10%».

Un paso más allá en el horizonte virtual es que el quiere dar el Ayuntamiento de Molina de Segura: «Pensamos que somos una sociedad digitalizada, pero nos hemos dado cuenta de que no es así», sostiene Soledad Nortes, cuya propuesta para los próximos meses es no solo optar por el formato 'online', sino «acompañarlo con formación en medios digitales». Con ese objetivo, prevé lanzar en unos días una «agenda digital» que facilite el acceso a toda la información cultural del municipio, así como a los enlaces necesarios para su disfrute.

La experiencia digital en materia cultural en Molina durante los últimos meses ha sido «positiva», recoge su responsable. El Teatro Villa instauró en septiembre un pionero sistema de 'streaming' para salvar las restricciones de aforo en su patio de butacas y llegar así a mayor número de espectadores; y eventos como el Momua, el Festival de Música antigua de Molina, celebrado a finales de noviembre, optaron por la modalidad 100% 'online', logrando, dice Nortes, «una importante aceptación a nivel internacional». Pero la opción de la 'pantalla' no es la prioridad. «Somos conscientes de que es un complemento y nunca un sustituto». «Mi propuesta a los técnicos -agrega la concejal- ha sido organizar todo el programa en tres niveles: totalmente 'online', en la calle, y en espacios cerrados. Creemos que ese puede ser el proceso. Ahora mismo estamos en un momento de contagios realmente crítico, y está claro que vamos a seguir trabajando, pero de otra forma». Como ejemplo de ello pone el monólogo a cargo de Santi García Cremades que el pasado jueves tuvo lugar en el Teatro Villa, sin público pero retransmitido en directo en el canal de YouTube 'Cultura en casa' de la Concejalía molinense.

A la experiencia 'online' también se remite el alcalde de La Unión y presidente de la Fundación Cante de las Minas, Pedro López, al recordar la edición digital, el pasado verano, del festival flamenco. Para este 2021, el municipio unionense espera volver al formato presencial, aunque con cambios, puesto que todos sus actos se celebrarían al aire libre en una ubicación todavía por determinar, y sin descartar la vía digital «para llegar a más gente». «El pasado año hicimos de un problema una oportunidad y con ello hemos dado un salto importante», declara.

El reto en Lorca es «reinventar» cada actividad, adaptándola a las circunstancias. La apuesta, afirman desde su Concejalía de Cultura, es por «los eventos en la calle con limitaciones de aforos y control de asistentes mientras la situación sanitaria lo requiera», y el «uso de las nuevas tecnologías y el 'streaming». A la reapertura del Teatro Guerra, suman, entre sus previsiones, la celebración de sus festivales de folclore y flamenco, «adaptados» a la pandemia, y las actividades de cine, música y teatro organizadas en verano, que este año «volverán a desarrollarse».

La capital murciana, por su parte, tiene por delante dos citas importantes: el Festival de Cine IBAFF, que ya ha anunciado un cambio de fecha (de marzo a junio) con el fin de asegurar el formato presencial de la que prevé que sea su duodécima edición; y el Festival Murcia Tres Culturas, al que la Concejalía de Cultura que dirige Jesús Pacheco no quiere renunciar: «No se puede concebir el ecuador de la primavera murciana sin esta cita cultural», afirma. Por ello, la apuesta para ambos pasa por el «rediseño» y adaptación de sus formatos. En el caso concreto de Murcia Tres Culturas, certamen de música, teatro, danza y cine con escenarios en distintas plazas de la ciudad, sus propuestas se seguirían celebrando en la calle, atendiendo a «estrictas medidas de seguridad» y, «probablemente sacrificando parte de su dimensión internacional por la complejidad que conlleva», apuntan desde la Concejalía murciana, que no descarta solventar este obstáculo con el empleo de «nuevas tecnologías y la difusión 'online' de las actividades que lo permitan». También el IBAFF, aunque su apuesta sea presencial «contempla fórmulas que garanticen una programación accesible» de modo virtual «si llegado el momento así lo requiriera la situación sanitaria». Para el Ayuntamiento de Murcia, remarcan desde el Consistorio, la cultura es una «actividad esencial», y este 2021, mantienen, «será protagonista».