Sonia Navarro: «Si no le damos importancia a la artesanía, acabará por perderse»
Inaugura hoy 'Flâneur', una aventura artística en la que ha contado con la ayuda de mujeres bordadoras de Lorca
Sonia Navarro (Puerto Lumbreras, 1975) tiene en la galería murciana T20 (calle Victorio, 27) una extensión de su casa. «¡Llevamos toda una vida juntos!», exclama la artista, que hoy (12.30 horas) inaugura en este espacio cultural su última exploración artística: 'Flâneur'. Con esta exposición cumple 22 años la galería, regentada por los historiadores del arte, editores y comisarios Nacho Ruiz y Carolina Parra. «Es una celebración, la verdad es que sí, volver a hacer una exposición», asiente Navarro. «Para los artistas siempre ha estado complicada la cosa, estas crisis no son nuevas para nosotros, ya estamos acostumbrados. Y en estos 22 años hemos tenido tiempo de todo...».
La artista lumbrerense lleva años instalada en Madrid. «Me fui gracias a una beca, la del Murcia Joven, y es una pena que no hayan continuado estas ayudas, porque esa beca era para formación. Yo vine a hacer un máster de fotografía y, aunque la fotografía la he empleado en momentos puntuales de mi vida, no me he dedicado a la fotografía como tal. Pero aquello me sirvió para venirme a Madrid». Fue en el año 2000, el mismo tiempo en que abrió sus puertas la galería T20. «Por eso digo que llevamos juntos desde el principio. La primera feria ARCO de T20 fue mi primer ARCO también», recuerda. «Y ahí hemos seguido todos esos años yendo a ferias. ¡Yo era todavía una estudiante aspirante a artista cuando ellos abrieron!».
'Flâneur', en cierto modo, es la continuación de 'Spartaria', un trabajo de investigación artística sobre el bordado. «En este caso –explica Navarro– el medio que he utilizado es el bordado en oro y en seda. El bordado en seda se hace exclusivamente en Lorca, no hay ningún otro lugar en el mundo donde se haga el llamado punto corto, con esa seda. Eso es algo particular con Lorca, y he trabajado para este proyecto con las bordadoras de la Asociación de Bordadoras de Lorca». ¿Cómo son esas mujeres? Navarro apenas piensa la contestación. «¡Son mujeres estupendas! Estoy feliz de haber podido trabajar con ellas y poder darles una oportunidad también a ellas. Es importante que el bordado salga, no solo en Semana Santa, cuando ellas trabajan tradicionalmente, sino darles una categoría y llevar su trabajo a una sala de arte. No digo que sea más o menos importante, pero sí sacarlo de su hábitat natural».
«Qué curioso que eso, buscar en la calle algo diferente, no fuera posible para ellas»
En palabras de Nacho Ruiz y Carolina Parra, «la visibilidad de las piezas, el reconocimiento de su participación, supone el paso del anonimato artesanal al reconocimiento artístico en obras en las que la estética es el complemento de la ética». «Es así –encaja con naturalidad Sonia Navarro– porque, al fin y al cabo, la artesanía es algo que tenemos que cuidar muy mucho. En nuestra región hay grandísimos artesanos y si no le damos la importancia que tiene, va a llegar a perderse. ¡Si perdemos la artesanía, perdemos la identidad! Porque la artesanía es una sabiduría, algo que pasa de generación en generación, que no se estudia, pasa de madres a hijas el bordado, por ejemplo. Y las pobres bordadoras de Lorca han estado dos años sin poder trabajar, porque han estado sin Semana Santa, y a ellas tampoco les han encargado bordados para sacar los pasos. De modo que es todo una cadena. Es bonito que este encargo mío les haya venido en un momento en que a ellas les hacía más falta».
Esas mujeres bordadoras, reitera la artista, «me han tratado con el mismo mimo y el mismo cariño con que hacen su trabajo». Poder exhibir estas obras en Lorca «sería muy bonito, pero eso ya es algo que no depende de mí».
'Flâneur' es un díptico de bordado, ejecutado utilizando técnivas ancestrales con oro y seda. Las formas, dicen los galeristas, son el resultado del paseo, sabiendo que «caminar es una manera de ensayar y si el ensayo es la forma discursiva del caminar, recorrer las calles, 'flânear', solo puede pensarse como un constante ejercicio de ensayo crítico». Dice Navarro que 'Flâneur' también hace referencia a que en una época en que los paseantes románticos salían a la calle a nutrirse, «una mujer no podía deambular para poder disfrutar de lo que veía. Qué curioso que eso, buscar algo diferente, no fuera posible para ellas».
'Tomar la casa', en Roma
La última exposición de Sonia Navarro en la Región de Murcia fue en la sala Verónicas, de la Comunidad Autónoma. Era febrero de 2020, un mes antes de la aprobación del estado de alarma por la pandemia, cuando se inauguraba 'Lindes, camino, memoria'. «Yo voy de pandemia en pandemia, de cepa nueva en cepa nueva», cuenta entre risas. «Porque Verónicas se cerró por la pandemia, y ahora me vuelvo a presentar en Murcia con Ómicron. Por eso digo que yo voy de cepa en cepa. Tenemos que tomarnos la vida con humor». Pese a toda su tragedia.
Navarro inaugura la próxima semana en la Academia de España en Roma una exposición, 'Tomar la casa', en la que intervienen 10 de los 15 artistas de su estudio en Madrid, llamado Nave Oporto. «Esos 10 artistas hemos estado becados en Roma, y es una muestra muy bonita en la que la sala de exposiciones estará vacía y los artistas hacemos intervenciones por toda la Academia». La pieza de Sonia Navarro podrá usarse en la mesa de Valle-Inclán, «porque fue el primer director de la Academia. Todo esto me lo contó a mí Margarita, que es la bibliotecaria, cartagenera, hija de Ramón Alonso Luzzy, ¡así que todo tiene que ver con la Región de Murcia!».
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