Una vida rota por el síndrome de Ulises
Cine documental ·
El realizador Gonzalo Ballester cuenta en el cortometraje 'Karim' la soledad, la indefensión y el desarraigo de un emigrante marroquí con imágenes grabadas a lo largo de 20 añosLa decisión de emigrar de Marruecos a España desordenó la vida de Karim, el protagonista del cortometraje documental del realizador murciano Gonzalo Ballester. Un alma muy sensible, en palabras del cineasta, «una especie de poeta», que tiene que trabajar en el campo y acaba «medio esquizofrénico». Más de 20 años de material filmado, «algo bastante impresionante de ver», incide. Porque normalmente hay imágenes de archivo de famosos, «pero de un inmigrante no es común». En 'Karim' el protagonista cuenta, en muchas entrevistas grabadas a lo largo de estas dos décadas en España, su vida y su punto de vista, sus expectativas desde que se establece en la península hasta la fractura de sus propios sueños.
El cortometraje, de 24 minutos de duración, ha cosechado ya seis premios desde su estreno en Murcia en junio: Premio Panorama Murcia IBAFF 2022 en el Festival Internacional de Cine de Murcia; Premio Mejor Documental VIII Premio Fausto Rossano (Nápoles, Italia); Premio Mejor Cortometraje Fiorenzo Serra Film Festival (Cerdeña, Italia); y Premios a la Mejor Dirección, Mejor Montaje y Mejor Sonido en FESCIMED (Festival Internacional de Cine por la Memoria Democrática de Madrid). Este 2022 es ya por esas razones un año inolvidable para Ballester, nominado en 2007 al Goya al Mejor Cortometraje Documental por 'La Serenissima', un homenaje al pensamiento de Ramón Gaya y a sus notas de Venecia en 'Diario de un pintor' (Pre-Textos, 1984), de la que decía: «No es sólo una ciudad, un lugar, sino una existencia».
En 'Karim', Ballester hace de todo («¡solo me falta actuar!»), si bien contó con la ayuda de Miriam Faraj Rubio, que le ayudó en la traducción, montaje y guion de este cortometraje. «Intentamos ocho tipos de historia», recuerda Ballester. «El material estaba tan abierto que al final en uno yo ponía la voz y me presentaba a mí como personaje y decía cuándo y por qué lo conocí, en otro lo montábamos de forma secuencial... al final a base de probar construimos la historia como puede verse».
«Llegar a Europa es para ellos el fin último, pero el documental enseña que hay otra parte muy dura»
Karim aparece en su vida de casualidad. El padre de Gonzalo, Juan Ballester [funcionario del Cuerpo Nacional de Policía, fotógrafo e historiador del arte], que había viajado a Marruecos, encuentra un día a este joven y a un amigo mirando al mar en Santiago de la Ribera y le ofrece su número de teléfono, por si tuviera algún problema. Unos meses después recibirá una llamada de Karim; estaba en Extranjería porque se habían equivocado con su nombre, en lugar de Abdelkarim le habían puesto Abdulrahim y por eso le denegaban los papeles. «Era algo de fácil comprobación y solución. Este chico le daba besos en la frente a mi padre. Lo trajo a casa y se hizo muy amigo de toda la familia, siendo desde entonces uno más en nuestras vidas». Hoy, Karim vive en una casa de aperos, sin agua corriente ni luz; tiene problemas de adicciones y rehúye cualquier intento de ayuda por parte de su familia 'adoptiva'. «Todos nos preguntamos cómo es posible que este chico con esa magia e inteligencia haya podido acabar así», se lamenta el cineasta.
Los Ballester no saben nunca dónde está. Muchas veces se va a Marruecos, pero allí tampoco encaja. «Es un chico que se ha quedado en un limbo entre dos mundos, y y no es ya de ningún lado. Porque allí cuando llega no lo quieren. Es alguien que vino en patera, se jugó la vida para venir a España, y consiguió con el tiempo sus papeles, por eso no entienden que esté de vuelta, y más si no viene con dinero. Allí es un derrotado. Y aquí en España tampoco le han ido bien las cosas», cuenta Gonzalo. «Para ellos llegar es el fin último, pero este documental enseña que luego eso hay que vivirlo, que hay otra parte muy dura: el arraigo y el desarraigo, el sentimiento de pertenencia a un país, mil cosas...».
Karim ha desarrollado el síndrome de Ulises, un fuerte sentimiento de malestar común en emigrantes, de desarraigo, soledad, indefensión.... «Si a eso le sumas la esquizofrenia y ciertos hábitos tienes una coctelera para la salud mental impresionante. Él no ha visto el cortometraje, porque el subidón le puede sentar mal y desordenarlo más mentalmente. La película, al final, lo dignifica, porque él mantiene la sonrisa después de todo lo que ha sufrido. Esto es algo que destacó el jurado del Festival Internacional de Cine por la Memoria Democrática FESTIMED».
«Un auténtico filósofo»
La historia de 'Karim', que también ha competido en las secciones oficiales de otros festivales como NIFF (Navarra International Film Festival), Etnográfico do Pará (Mostra Competitiva Jean Rouch de Brasil), el Festival de Cine de Cartagena FICC y el International Moving Film Festival de Irán ), emociona a los espectadores. El jurado del IBAFF dijo que este corto huía de la pornografía visual, «y eso me gustó, porque son cosas jodidas, cercanas, íntimas, pero no se intenta sacar provecho de eso, solo se muestra una realidad». El guion está construido en base a la emoción que Karim, un auténtico filósofo, despierta. Hay resentimiento también. «¿Cómo es posible que alguien tan valioso acabe tan mal?», no deja de indagar el realizador.
Karim no quería venir a Europa. Pero se ve arrastrado por la necesidad de prosperar. Es el mayor de nueve hermanos, y, como cabecilla, no descansará ya en su vida, malviviendo más bien, sobreviviendo con menos de 4 euros al día, siendo víctima de estafas y ninguneos... «Siempre le hemos ayudado», insiste Ballester, que está empezando a realizar el montaje de una película que grabó en los últimos 12 años del trovero Juan Rita.
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