Los rincones de Águilas más emblemáticos de Paco Rabal

El lunes 29 de agosto se cumplirán veintiún años del fallecimiento del célebre actor Francisco Rabal Valera (Águilas, 1926-Burdeos, Francia, 2001), premiado, entre otros galardones, como mejor intérprete en el Festival de Cannes de 1984 por su papel en 'Los santos inocentes' y con un Goya en 1999 como protagonista del filme 'Goya en Burdeos'. Su legado cinematográfico, su memoria y su particular personalidad siguen vivos en Águilas, su tierra natal, gracias al trabajo que lleva a cabo la Asociación Milana Bonita desde 2002.

«Paco no podía quedar olvidado. Milana Bonita no quiere ser famosa, sino que Paco no desaparezca», afirma Miguel Ángel Blaya Mengual, periodista y presidente de la asociación. Con motivo del veinte aniversario de la fundación, y coincidiendo con las habituales actividades veraniegas en recuerdo del también ganador del Premio Donostia 2001 en el Festival de San Sebastián, Blaya –autor de 'Paco Rabal. Genio y figura' (Nausícaä, 2003)– selecciona para LA VERDAD los lugares de Águilas asociados a su vida.

Paco Rabal, nombre con el que se le conoció, nació en el poblado minero de la Cuesta de Gos, en el seno de una familia pobre. Cuando su padre se marchó a Barcelona en busca de trabajo, con solo seis años se trasladó a Águilas junto al resto de su familia. Entre los rincones más 'rabalianos', el investigador repara en el antiguo bar Felipe, ubicado en la plaza Alfonso Escámez, frente al Puerto Pesquero, donde actualmente se encuentra el chiringuito Mi barquito, un establecimiento al que el genio del celuloide solía acudir.

«Felipe era íntimo amigo suyo, allí pasaba horas y horas», subraya el experto en la vida del artista. Luego, «cogía unas cervezas e iba con los pescadores», donde estaba durante largos ratos en la explanada del puerto charlando con ellos, mientras reparaban las redes o cosían junto a sus barcos.

Siempre que llegaba a Águilas, «siendo ya algo importante, aunque no tanto como lo fue después», le gustaba verse con sus paisanos. Para ello, se sentaba en un banco adyacente a la fuente de la Pava de la Balsa, en el centro de la plaza de España. Su argumento era que por allí pasaba muchísima gente. «Saludaba a todo el mundo, y el que no saludaba porque no lo conocía, se acercaba a él y le preguntaba de quién era hijo», recuerda, con alegría, el presidente de la asociación.

Otro punto emblemático es la calle que le dedicaron en 1984. Una pequeña vía, donde en ese momento tenía al inicio el local de ultramarinos El Perula, y en el otro extremo el bar El Andaluz, al cual también acudía en numerosas ocasiones. Pese a ser una vía poco transitada, el protagonista de 'Nazarín' (1959), mostrando sus dotes poéticas –muy querido por los troveros, solía publicar sus trovos en 'ABC'–, declaró: «Esta es una calle chula, / pues comienza en El Perula / y acaba en El Andaluz, / por donde todo el mundo circula». Blaya destaca que «en vez de quedarse hecho un flan al ver la calle que le estaban dedicando, salió, como siempre, viéndole la parte positiva a todo».

Es ese punto, junto a la placa en la que se lee Calle Francisco Rabal, es donde tienen una fotografía casi todos los rabalianos (artistas que han recibido el galardón que condece la asociación por su relación artística o humana con el actor), como Silvia Tortosa (2017), Terele Pávez (2008) o José Sacristán (2005).

La calle contigua (Cassola) es otro de los puntos icónicos de Paco Rabal, ya que era donde se encontraba el cine Salón Ideal, lugar en el que descubrió la belleza en pantalla grande. La primera película que visualizó fue 'Luz de Montana', de vaqueros. «Se escapaba de su casa, y cada vez que nadie lo encontraba sabían que estaba allí –explica Blaya–. Es donde empezó su manía con querer ser actor».

La Casa de la Cultura Francisco Rabal, inaugurada en 1991, contó con la asistencia del actor. El ministro Manuel Pimentel acudió al lugar para hacerle entrega de la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo. Blaya, a pesar de todo, lamenta no haber «visto icono de un pueblo más olvidado que Paco Rabal». «Yo digo que la Casa de la Cultura es su Casa de la Cultura; la inauguró él, le hicieron Hijo Predilecto y aquí llegaron sus cenizas» desde Burdeos (Francia). Rabal falleció el 29 de agosto, en pleno vuelo de vuelta a España desde Montreal, donde había sido premiado, a la altura de Burdeos.

En la playa de Calabardina se ubica la casa en la que el actor pasó sus últimos años, cuyas tejas hizo traer desde las ruinas de su vivienda de la Cuesta de Gos. La denominó 'Milana Bonita', y así lo quiso reflejar en unos azulejos que, a día de hoy, se siguen respetando, aunque la familia vendió la propiedad tras su fallecimiento. «La persona que la compró nos entregó algunos de los trofeos de Paco Rabal que permanecían allí, los cuales se van a restaurar», apunta Blaya. Enfrente de la casa, en el actual restaurante Calabardina, se situaba «la oficina o recibidor» de Paco Rabal.

En la Cuesta de Gos, junto a la ermita y bajo un almendro, se sitúa la escultura del actor realizada por el escultor Santiago de Santiago. En este aislado y especial lugar permaneció la urna con sus cenizas durante un año, antes de que esta fuese trasladada al Cementerio Municipal de Águilas. En este lugar jugaban los niños y «transcurrió la infancia de Paco», apostilla el presidente de la Asociación Milana Bonita. Hoy en día es un punto de peregrinación de seguidores del artista.

La escultura es «una mezcla de ideas». Está inspirada en la última escena de la película 'Pajarico' (1997), de Carlos Saura, rodada en la Región de Murcia. Sin embargo, se le sustituye el sombrero de paja por la característica gorra que Rabal solía llevar. Frente a la figura, en lo alto del monte, se pueden observar la última casa en la que vivió con su familia en la pedanía y un caserón minero, lugar en el que trabajó su padre, Benito Rabal, hasta la decadencia de la minería.

La alcaldesa de Águilas, Mari Carmen Moreno Pérez, asegura a LA VERDAD que para mediados de septiembre está previsto terminar el Centro de Interpretación Paco Rabal, un espacio en la primera planta de la Casa de la Cultura, que tiene como finalidad contar la trayectoria del actor con el apoyo de soportes museísticos. «Paco ha sido un referente para todos los aguileños, un actor tan importante que ha tenido repercusión internacional y que ha llevado el nombre de Águilas allá donde ha ido», sostiene Moreno.

La Asociación Milana Bonita cerrará el sábado 27 de agosto su programación con la Serenata a Paco Rabal con el músico alhameño Juan José Robles, autor de los discos 'Tiempo de espera' (2016) e 'In-quietud' (2019). El acto tendrá el precio simbólico de 1 euro por localidad.

Las entradas están disponibles en la web www.bacantix.com; y en el Museo Arqueológico y Casa de la Cultura el mismo día, dos horas antes del inicio. Para diciembre se está organizando una exposición con fotografías y carteles de estos veinte años de la asociación que vela por la memoria del universal actor.

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