

Secciones
Servicios
Destacamos
B. L.
Miércoles, 16 de abril 2025, 01:13
Con la exposición 'Conversaciones', de la artista madrileña afincada en Murcia Chelete Monereo, se inauguró ayer la sala Rosales, un nuevo espacio del Museo Ramón Gaya. La muestra está formada por once pinturas de pequeño formato que son, como la sala que las alberga, «una invitación al silencio, al despojo, a lo verdadero», según Rafael Fuster, director del museo murciano. Pequeñas, pero de gran aliento, «dialogan con la tradición pictórica –Chirico, Morandi, Carrà– y con el rigor del bodegón español. Pinturas que flotan en una atmósfera densa, suspendida, contenida», indica.
«Con solo once poéticas tablas Chelete decide dar por concluida la serie. En cada una de estas obras dispone primero el diedro que será el lugar que aloje la conversación. Un lugar muy concreto, ese diedro siempre tan blanco que es el campo que usamos para medir en nuestra geometría descriptiva y que aquí flota en un no-lugar. Un no-lugar que a veces se representa solamente con un esquemático horizonte, con un embaldosado suelo firme, o en forma de evanescente e insondable espacio. Un espacio ilimitado y de luz extraña donde el color no parece importar», explica el arquitecto Vicente Martínez Gadea sobre esta muestra en el catálogo que acompaña la exposición que se podrá disfrutar hasta el 15 de junio.
«En los diedros, en esa geometría concreta, se van a ubicar las conversaciones, resueltas con las variadas figuras que vamos a ver flotando, como esos sólidos platónicos entre las ramas invisibles del árbol de la vida. Flotando sobre unos planos que flotan a su vez sobre un espacio que flota», continúa Martínez Gadea, quien indica que «para intentar descifrar las formas, ayudados por las pistas que nos dan los rótulos de los cuadros –'Hilo de la vida', 'Lo que cae. La suerte de los lugares', 'Vida y soportes', 'Dogma'– tendremos que acompañar a la pintora en su aproximación intuitiva, tan propia de la pintura simbolista».
La doctora en Historia del Arte Halldóra Arnardóttir acerca al visitante al nacimiento la muestra 'Conversaciones': «Chelete Monereo comenzó la serie 'Conversaciones' justo antes de la pandemia de la covid. Es como si ella sospechase algo. Como si presintiese una señal inminente que transformaría el contacto entre las personas y el mundo. Y es que, además, parece que el mundo no exista sin conflictos. De hecho, si hoy día miramos al mapa geográfico, observamos continuas tensiones geopolíticas, conflictos y guerras; en África, América y Siria, la invasión de Rusia a Ucrania y la de Israel a los palestinos en Gaza».
«El vocabulario visual en la obra de Chelete se demuestra con la intensidad del pincel, capas sobre capas, colores sobre colores, texturas. Las líneas –rectas, trenzadas, enredadas, complejas– toman posición en relación con su entorno. Enmarcan, conectan, resuelven ¡Paremos! La pintura de Chelete plasma un pensamiento del mundo», continúa quien considera que la obra de Monereo «ha estado siempre llena de compromisos. Su arte refleja una política feminista, una asamblea que abre el voto a distintas voces sin discriminación. Ella da voz a la diversidad» y recuerda que «durante su trayectoria, la artista ha tratado el mundo de las mujeres, la memoria, el tiempo se ha convertido en el contenido y nos ha ofrecido una dialéctica entre el ser y su universo».
Con 'Conversaciones' se abre una nueva sala del Museo Ramón Gaya que es, según su director, «un espacio mínimo –y por ello máximo– dedicado a proyectos de pequeño formato; una sala íntima, acogedora y única. Siendo su virtud precisamente esa, la de permitir muestras reducidas, pensadas para lo esencial. No es una sala más».
El nombre de la sala, un espacio rectangular con una superficie de 19,25 m2, no es casual. «Eduardo Rosales fue, para Ramón Gaya, el último gran pintor español: 'Antiguo, de una antigüedad que no es de estilo ni de tiempo, sino de casta'. La Sala Rosales quiere ser eso: una apuesta por lo esencial, por lo que permanece, por lo que, incluso siendo pequeño, es inmenso», indica el director del espacio.
«A pesar de los cambios de técnica, disciplina y lenguaje a lo largo de su carrera, Monereo sigue siendo inconfundible. Su obra ha mutado, ha explorado múltiples caminos, pero nunca ha dejado de ser ella misma», considera Rafael Fuster sobre la creadora, que en 2023 realizó una muestra retrospectiva en el Mubam.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
J. Gómez Peña y Gonzalo de las Heras (gráfico)
Sara I. Belled y Jorge Marzo
Melchor Sáiz-Pardo
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.