Blas Galera, mago en el arte y oficio de los efectos visuales

Su nombre es una constante de factura impecable en los créditos de las producciones audiovisuales dentro del apartado de efectos visuales o VFX. Sin embargo, en el relato de Blas Galera no hay una historia de amor a primera vista con el cine o las series. No, él soñaba –en la pedanía murciana de Aljucer– con ser ingeniero de sonido para grabar música. Sintiéndose aún crío para salir de casa a cumplir su sueño, empezó a estudiar Óptica en la Universidad de Murcia. Sin terminar unos estudios que nunca le apasionaron, se decantó por un módulo de FP en el que combinó pinitos de sonido con imagen y fotografía. Unas prácticas en el centro territorial de RTVE y un reenganche posterior en el centro de producción de la misma cadena en Valencia acabaron provocando un clic sin retorno en su vocación. Impetuoso y tenaz una vez encontrado el camino –virtud que asegura mantener–, dio el salto a Madrid, al estudio Telson, donde empezó a bregarse en la primera línea de esos efectos visuales de las imágenes generadas por ordenador, de la creación digital de escenarios, personajes y secuencias imposibles para la filmación tradicional, que logran hacer aún más mágica la experiencia audiovisual. Asentado en Madrid con su mujer e hija, nada amigo del ambiente del gimnasio y a veces atrapado por la vorágine de la capital, asegura que no guarda espinita alguna por no haber aceptado en su momento la oportunidad de trabajar en Estados Unidos, aunque no la descarta. En su trayectoria, constante como un metrónomo, brilla con luz propia el Emmy conseguido por el equipo de efectos visuales de El Ranchito por el episodio 6 de la temporada 7 de 'Juego de Tronos'. El ahora responsable del departamento editorial y supervisor de VFX en Entropy, uno de los estudios de cabecera de Netflix, y tras su paso por Telson, El Ranchito y Dø Postproduction, desgrana en su haber títulos nacionales e internacionales como 'Bird Box Barcelona', 'John Wick: Parabellum', 'Habitación en Roma', 'Sky Rojo' o 'La Mesías'. Y, en su corazón, aún nada destrona a la adaptación audiovisual del universo de George R. R. Martin. Tiempo al tiempo.

18.00 horas. Estamos terminando un proyecto para Netflix. Es una serie de época que llevamos preparando desde octubre de 2023. Estamos inmersos en la postproducción y los efectos visuales. Esto es una manera de hacer arte. Al final haces algo que quedará para siempre y fascinará al espectador, que se hará la pregunta: «¿Cómo han hecho eso?». Cuando estamos en el cine y vemos que, al empezar los créditos, ya se está levantando la gente, nos enfadamos. El público no tiene ni idea realmente de lo que supone el equipo de VFX y de rodaje. Quedarse a leer los créditos es una manera de mostrar respeto a todos los profesionales.

9.00 horas. El trabajo del que más orgulloso me siento es 'Juego de Tronos', de HBO. Participé en las cuatro últimas temporadas. Nunca había tenido un contacto tan estrecho y tan potente con la industria internacional. Y de pronto, fue entrar por la puerta grande en uno de los estudios más importantes del país, El Ranchito, encontrarme con unos profesionales de una talla increíble y en una producción tremenda. Hicimos un equipo maravilloso, con Marga Villalonga, Óscar Perea, Ángel Rico, Rafa Solórzano, Félix Bergés, Manuel Ramírez, Berta Coderch, Eduardo Díaz... Nos dieron el Emmy por una secuencia en 'Beyond the wall', episodio 6 de la temporada 7. David Ramos fue quien nos llevó de la mano a ese Emmy. Fue el colofón a la constancia, al sacrificio. En aquella época, sabía cuándo entraba al estudio, pero no sabía cuándo iba a llegar a casa.

11.00 horas. Cada dos días sale una herramienta nueva. No recuerdo la cantidad de 'softwares' por los que he pasado. La inteligencia artificial es una herramienta más, como Nuke, Maya, Houdini... Con la IA tenemos capacidad de absorber más trabajo, y no está haciendo mella en mi sector. Siempre estará el poco profesional o el jefe que se quiera ahorrar dinero, pero es solo miedo a lo desconocido.

13.00 horas. Llevo más de veinte años viviendo en Madrid. Hay que salir de Murcia, porque la centralización del país es un poco inevitable, pero estaría bien que pudieras volver a tu tierra y seguir desarrollándote. Hay productoras, cineastas... pero quizá falta promoción por parte de las instituciones. Si se rueda algo no sé si tiene la suficiente repercusión, como pasó rodando 'Sky Rojo' en Cabo de Palos. No entiendo que la Film Commision no lleve más tiempo funcionando, porque lo primero que ve el público es el rodaje. En el de 'Últimas voluntades', el CEO del estudio murciano Dø Postproduction, Alejandro Rius, hizo un trabajo muy bueno. Tuvo resonancia.

16.00 horas. La industria en España aún está verde si la comparas con Francia o Reino Unido. Ha mejorado en cuanto a series, pero en cine aún está atrás. Está habiendo buenos contenidos. 'La casa de papel' ha marcado un antes y un después. La irrupción de las plataformas ha supuesto un cambio en la cantidad de trabajo nacional e internacional que nos han dado. Netflix ha sido una revolución, también en cuanto a calidad. Nuestro entendimiento con ellos es brutal, nos respetan muchísimo.

20.00 horas. Estar con mi hija y mi mujer [la benielense Noelia Ibáñez, historiadora del arte y jefa de Atención al Visitante del Museo Nacional del Prado] es lo que más añoro cuando estoy en un proyecto muy grande. Para desconectar me gusta montar en bici, pasear, la fotografía. Me encantan los deportes náuticos y el mar, aunque lo tengo lejos. Odio los gimnasios, no me gusta ese ambiente. Prefiero andar por el campo o hacer rutinas en casa, aunque no soy muy constante. A veces lo que necesito es estar solo. Me gusta buscar mi hueco. Me refugio en mi estudio, escucho música, dibujo en un papel... Me cuesta un poco el ritmo de Madrid.

12.00 horas. Toco el bajo y chapurreo la guitarra. Tenemos un piano y mi mujer y mi hija tocan. Mi principal fascinación desde crío era la música. Me encantaba arreglar amplis, montar una pastilla en una guitarra. Se lo conté hace poco a Luis Guerrero, el 'luthier' de Viva Suecia y Arde Bogotá.

13.30 horas. Mi mujer y yo decimos de broma que el murciano no quiere que se conozcan las bondades de la Región para que otros no vayan. Lo queremos todo para nosotros, el pastel de carne, el pulpo al horno. Mis padres y mis hermanos están allí. Noe es de Beniel y yo crecí en Aljucer. Es raro el mes que no vamos. Transmitimos a nuestra hija ese amor por la tierra.