Las artistas en las revistas murcianas de la Edad de Plata
Empiezan a ocupar espacios en el sistema artístico, participan en exposiciones en museos, galerías, concursos... son reseñadas y entrevistadas. Van conquistando cachitos de una habitación propia, que la Guerra Civil y lo que esta trae consigo arrebatará a las que se quedan en España
Daniel Genaro Pérez Tárraga
Viernes, 26 de enero 2024
Las mujeres que se han dedicado al arte, tradicionalmente han estado en una situación de desigualdad frente a sus colegas varones. Sabemos que muchas incluso firmaban sus obras como hombres, e incluso que se borraban sus firmas, porque una obra anónima tenía mayor valor que una obra con una firma de mujer. La presencia femenina en la exposición 'La Edad de Plata en Murcia. Cien años del Suplemento Literario de LA VERDAD' es reducida, pero justificada. Sólo encontramos a dos artistas plásticas. Las dos que participaron con sus ilustraciones en las publicaciones 'Verso y Prosa', y 'Sudeste' –en el caso de esta última teniendo en cuenta los libros publicados en la colección auspiciada por la propia revista–.
Cierto es que es una participación cuantitativamente muy baja, pero cualitativamente muy alta, porque se encuentran entre las artistas más representativas de los años veinte y treinta del arte español. No debemos olvidar otro nombre, que aunque no envío ningún trabajo a las publicaciones, sí que fue objeto de un artículo en ellas, Ángeles Santos, y asimismo es de justicia mencionar a una cuarta, Rosario de Velasco, a la que José Ballester dedica un artículo en 1932 en LA VERDAD de Murcia, con el título 'Los hilos del tiempo', que incluye la foto de su famoso cuadro 'Adán y Eva' (expuesto actualmente en el Museo Reina Sofía de Madrid), con el que acababa de ganar una Segunda Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de ese año, y que inmediatamente fue adquirido por el Estado. El 18 de junio el Museo Thyssen va a dedicar una retrospectiva, primera dedicada a esta artista, que luego se trasladará al Museo de Bellas Artes de Valencia.
Esta presencia en las publicaciones literarias murcianas, discreta, pero presencia, al fin y al cabo, tiene que ver con que en los años veinte y treinta las creadoras comienzan a revindicar sus derechos y reclaman su puesto como artistas profesionales. Empiezan a ocupar espacios en el sistema artístico, participan en exposiciones en museos, galerías, concursos... son reseñadas y entrevistadas en periódicos y revistas. Van conquistando cachitos de una habitación propia, que la Guerra Civil y lo que ésta trae consigo les arrebatará a las que se quedan en España.
En 1931, cuando Maruja Mallo ilustra 'Sudeste', expone en una muestra individual en París y en una colectiva en Oslo, y su obra es seleccionada por el Carnegie de Pittsburgh
En 1925 tendrá lugar en Madrid una exposición, destinada a ser hito para la historiografía artística de la modernidad artística española, la 'I Exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos', donde entre una multitud de nombres de hombres, se cuela un nombre de mujer: Norah Borges, hermana del escritor Jorge Luis. Además, se da la particularidad de que ella es una de las fundadoras del ultraísmo, un 'ismo' de creación española. En relación con Norah en el Almudí, contamos con la presencia de un ejemplar del segundo poemario de Carmen Conde, 'Júbilos: poemas de niños, rosas, animales, máquinas y vientos', publicado por Sudeste en 1934, prologado por Gabriela Mistral e ilustrado por ella. El libro se expone abierto por la página del poema 'El niño perdido'. Escribe 'Júbilos' tras la muerte su única hija, María del Mar, en octubre de 1933, rezando en la dedicatoria «A María del Mar que se fue a bordo de su nombre». No tendrá más hijos.
En 1934 Norah Borges expone en solitario en una muestra en el madrileño Museo de Arte Moderno, y en abril acompaña a su marido, el crítico literario de vanguardia Guillermo de Torre, que ha sido invitado por sus amigos Carmen Conde y Antonio Oliver para dar la conferencia Itinerario de la joven pintura española, centrada en las figuras de Picasso y Juan Gris, en la Universidad Popular de Cartagena. Como testimonio de esa visita contamos con varias fotografías y un dibujo con un retrato de Carmen por Norah, conservado en el Patrimonio Carmen Conde-Antonio Oliver de Cartagena.
En 1928, en los salones de la Revista de Occidente, Maruja Mallo, apadrinada por el filósofo Ortega y Gasset y única artista que formó parte de la mítica escuela de Vallecas, expone en su primera muestra individual, diez cuadros y diversas estampas coloreadas, con gran éxito de crítica y público. Entre los cuadros se pudo ver su famosa Serie de las Verbenas (una forma parte de la colección permanente del Reina Sofía, otra se conserva en el Centre Pompidou de París), y diversas estampas de temática surrealista, de las que dos de ellas fueron reproducidas en esas fechas en 'Verso y Prosa', junto con una crítica sobre la exposición, firmada por Melchor Fernández Almagro.
En 1931, Maruja Mallo, gran amiga de García Lorca, Miguel Hernández, Rafael Alberti... envía un dibujo suyo, 'Farina y los fantasmas', realizado para ilustrar un poema de Alberti, para que sea la portada de un número de 'Sudeste'. Un ejemplar de la misma puede verse en el Palacio Almudí. Así mismo el visitante también encontrará una obra de Maruja de fecha algo posterior, un 'Retrato de mujer', que muestra la calidad de la artista, prestado por la galería Guillermo de Osma, que fue pintado durante sus años de exilio.
En el número de julio de 1931 de 'Sudeste', Juan Lacomba en un artículo, a página completa bajo el título 'La mujer y el nuevo clasicismo', glosará de nuevo a Maruja Mallo, y, dedicando mayor atención a una jovencísima artista, que, a pesar de su tierna edad, en este momento cuenta 19 años, ya ha supuesto una revelación para el arte español de su tiempo, una pintora prodigio. El texto se hace eco de la entrada de una Ángeles Santos de apenas dieciocho años con el cuadro 'Un mundo' (expuesto actualmente en el Museo Reina Sofía), y tal es el impacto que causa cuando es expuesto en Madrid, en el Salón de Otoño en 1929, que es presentada con todos los honores a José Gutiérrez Solana en su tertulia del Pombo. Los críticos Juan de la Encina y Manuel Abril se deshacen en elogios sobre su obra, el Lyceun Club la invita a exponer, Federico García Lorca va a Valladolid para conocerla personalmente y que le muestre sus obras.
Al año siguiente, 1930, el Salón de Otoño le cede una sala entera para su obra; ella expone 34 cuadros, la visita Ramón Gómez de la Serna, y como se ha vuelto «muy rara» (una mujer moderna e independiente), su familia la interna en un centro psiquiátrico, hasta que ella consiente en que obedecerá a su padre, y, además, tras un artículo muy sonado publicado en la prensa madrileña, escrito por Gómez de la Serna dando cuenta del encierro de la muchacha. También participa en una colectiva en una universidad de California.
En el año 1931, cuando aparece en las páginas de 'Sudeste', expone en una muestra individual en una galería de París, en una colectiva en Oslo y su obra es seleccionada para la famosa Exposición Internacional de Pintura organizada por el Carnegie Institute de Pittsburgh (EEUU).
Una exposición es el inicio de una de encrucijada de caminos, un cruce de caminos hacia el disfrute y el conocimiento. 'La Edad de Plata en Murcia' es el punto de partida ideal para conocer la riqueza cultural que tuvo nuestra ciudad en las primeras décadas del siglo XX, que fue capaz de alumbrar un grupo de revistas convertidas en referencia del arte y la literatura de su tiempo.