Amor y pena en el mito de García Lorca
Álbum ilustrado. La artista muleña Ilu Ros aborda en 'Federico', un volumen de 352 páginas editado por Lumen, la vida y la obra del poeta y dramaturgo que mejor ha representado a España
MANUEL MADRID
Lunes, 17 de mayo 2021, 02:15
La artista visual Ilu Ros (Mula, 1985), una de las autoras más prometedoras del grupo editorial Penguin Random House en España, siempre sintió un entusiasmo fuera de lo común por el poeta Federico García Lorca (1898-1936) y ese universo de lunas que mueven sus brazos, caballitos negros y flores de cuchillo. El inesperado final del dramaturgo y poeta, fusilado a comienzos de la guerra civil española, herida siempre abierta y supurando, es por todos conocido, pero la muleña va más allá en 'Federico' (Lumen, 2021), un álbum ilustrado que presenta estos días al mito y al hombre, entre el amor y la pena.
Esta obra, en realidad, fue proyectada con antelación a 'Cosas nuestras' (Lumen, 2020), con el que descubría la España de su abuela, más moderna que las modernas de hoy, con múltiples referencias a los ídolos de su época, un fascinante debut en el mercado editorial español tras su primer libro, publicado en Nueva York en 2018: 'Hey sky, I'm on my way: A book about influential women' (Lit Riot Press), un volumen sobre mujeres influyentes.
'Federico'
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Autora: Ilu Ros (ilustraciones y textos)
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Editorial: Lumen, 2021
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Precio: 22 euros
«Realmente –cuenta Ilu Ros en una entrevista a LA VERDAD desde Madrid, donde está instalada– yo ya había hablado con mi editora [Lola Martínez de Albornoz] de Federico. Ya había acabado 'Cosas nuestras' y lo teníamos en imprenta, y no había llegado aún a librerías, cuando un día comiendo con ella hablamos de cosas que nos gustaban y libros, y no sé por qué salió en la conversación la figura de Federico García Lorca, que en 'Cosas nuestras' ya aparece. Ella me dijo que siempre le había rondado en la cabeza la idea de hacer una biografía ilustrada de Federico y que me pegaba hacerlo a mí. Me encantó la idea, me daba bastante respeto porque García Lorca es alguien muy grande». En este sentido, la editorial le dio rienda suelta: «Me dejaron toda la libertad que necesitaba. Cuando empecé a documentarme la cuestión es que hay tanta información y se ha hablado tanto de él, en el ámbito académico y fuera de él, se ha estudiado tanto su vida y su obra, sus amistades, su personalidad... que en este libro yo no quería contar solo cronológicamente una vida. Al final, yo soy ilustradora, y mi intención fue captar su esencia y que eso se viene en este libro».
Confiesa la artista que en cualquier obra de teatro de García Lorca «siempre he sentido una emoción, ese cosquilleo que luego cuando hablas con otros admiradores de su obra también lo han vivido, es algo difícil de explicar». Esa sensación «de ternura» que rodea su historia, «la forma de expresarse a través de sus personajes, y parece ser que él mismo era así, alguien que atraía muchísimo por su manera de ser y de contar... Eso mismo ha llegado hasta nuestros días, y muchos aún lo sentimos cuando hablamos de él». Esta era una premisa para plantear este álbum ilustrado, un primer ímpetu que Ilu Ros quería manifestar al lector y contagiarlo de su misterio.
«Si hubiera sido parco y minimalista me habría costado más, pero él era barroquillo, y yo también, así que da gustete»
El misterio de la voz
Fotografías hay de García Lorca, también hay material audiovisual, pero, curiosamente, afina la artista, «su voz no la tenemos, solo un disco que grabó con Argentinita en el que ella canta y él toca el piano, pero no se le escucha, y es algo raro, porque él recitaba mucho y se le hicieron muchas entrevistas en América, de modo que algún día puede que aparezcan». Sobre la imagen y el aspecto visual y gráfico del libro, dice Ilu Ros que «en realidad tuve que tomar muchas decisiones, porque fue un trabajo muy denso, pero a la vez era algo inspirador, porque todo ese universo de García Lorca está repleto de metáforas, de elementos que imaginamos y eso ayuda mucho a la hora de crear. Si hubiera sido más parco y más minimalista me habría costado más, pero él era muy barroquillo, y yo también, así que da gustete».
La ilustradora intenta depurar esa impronta «barroquilla» en sus trabajos, «porque tiendo a meter cada vez más, pero yo creo que es también por mi personalidad, como que me va la cabeza muy rápida muchas veces y como que en el dibujo empiezo a rellenar y me digo: ¡Madre mía! Intento no ser barroca, pero a veces se me va...». Lo primero que hizo para 'Federico' fue trabajar en un guion gráfico («storyboard», dice ella en un inglés londinense, que para eso vivió allí en los años de la crisis del ladrillo en España) y creó una paleta de color. «Había colores que tenía muy claros. Por ejemplo, sabía que iba a tener mucha presencia el amarillo. Aunque para Federico García Lorca tiene mucho peso el verde [cita «verde que te quiero verde, verde viento, verdes ramas...», del 'Romance sonámbulo'], el color de la vega de Granada, para mí es una persona amarilla, por lo vivaz y lo brillante, y quería que ese color predominara. La paleta de color, no obstante, fue cambiando, hay mucho rosa, ocre, amarillo... En la parte de 'Romancero gitano' se intensifica y hay azules y rojos, y luego ya hay una parte que son en grisalla, en blanco y negro, la parte más cercana a su muerte».
Un trabajo ingente, denso, bastante complejo, que le ha obligado a dedicarle todo el tiempo. «La parte que se me complicó más fue el principio, pensar cómo quería abarcar el libro, qué tono darle, esa parte de documentación y de selección de información fue importante, porque quería que fuera muy completo y que el lector supiera quién era, sin abordarlo todo, obviamente, pero tener que dejarme fuera cosas que me gustaban me pareció lo más difícil».
El resultado final es «un tochazo» de más de 350 páginas –todas con dibujos– con el que cualquier lector va a reimaginar el personaje y, con toda seguridad, volverá a enamorarse de García Lorca. «De él –reconoce la artista– lo que más me agrada y me pone muy contenta es su alegría, aunque dentro sintiera mucha pena. Pero sus ganas de hacer cosas, de alegrar a los demás y de bromear se ve mucho en su niñez, es como si Federico, aunque creciese, siempre dejase aflorar esa parte más juguetona de su infancia. En su época de la Residencia de Estudiantes se manifiesta, también en su experiencia con La Barraca, cuando va en tour por toda España haciendo teatro con un grupo de estudiantes. Ahí vemos al Federico bromista y disfrutón, yo lo veo como una persona muy disfrutona». Este volumen, «muy barroco», insiste, encajaría perfectamente en una versión traducida al inglés y al francés, pues la figura de Federico trasciende los confines de la península ibérica y es reconocida desde Tierra de Fuego a Crimea, desde la Polinesia a Groenlandia.
«Lo que más me agrada y me pone contenta de él es su alegría, de adulto dejaba aflorar esa parte juguetona de su infancia»
Universal
«Ojalá alguna editorial extranjera esté interesada en comprar los derechos», confía la ilustradora. «Sería algo muy bonito porque García Lorca despierta mucha admiración en todo el mundo, figuras como Leonard Cohen y Bob Dylan [Nobel de Literatura] se han interesado siempre por él. Hablaba del medio rural, de España, de nosotros, y tiene algo que le llega a todo el mundo, me parece que esa universalidad es lo más sobresaliente».
¿Qué le apetece a Ilu Ros hacer en los próximos años después de estas dos experiencias como ilustradora editorial? Responde con dudas: «Hombre, yo hace ya unos años que decidí que quería ser ilustradora, y al final era un trabajo bastante difícil porque dedicarse al arte y al dibujo es algo que va acompañado de mucha precariedad, pero creo que el hecho de hacer mis propios libros, no solo de dibujar para prensa, es un reto. He estado muy a gusto con Lumen, y ahora no me cabe otro libro en la cabeza...». Sin duda, sería la artista ideal para hacer un volumen sobre la creadora Maruja Mallo, gran amiga de García Lorca y una de las mujeres más fascinantes del panorama artístico del siglo XX.
Dice Lumen que «Federico se nos aparece como alguien totalmente nuevo» en este libro. Algo tuvo que ver que en el IES Ortega y Rubio de Mula estudiara Ilu Ros su figura. «Me examiné de Selectividad en Caravaca y tuve que elegir para el comentario de texto entre 'La casa de Bernarda Alba', de García Lorca, y 'Campos de Castilla', de Azorín. Elegí Bernarda Alba, por supuesto». ¿No tuvo la tentación de ilustrar su propio comentario de texto? «Estaba tan nerviosa como para ponerme a dibujar... Quizás me hubieran puesto más nota...». 'Federico' aborda al poeta, dramaturgo y conferenciante, a través de cartas y entrevistas, y, sobre todo, de sus obras. «En ese nombre resuenan la alegría y la esencia de España, la época más brillante de nuestra cultura desde la Edad de Oro, pero también la guerra y la vergüenza de un pueblo que nunca podrá perdonarse la muerte del poeta que más lo representaba», remata.
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