Ignacio Martín Lerma, un hombre del Renacimiento en el Paleolítico

Pepa García

Viernes, 23 de diciembre 2022, 22:40

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Lo mismo escribe un poema que rueda un videoclip o monta una exposición (pre)histórica; igual transmite la ciencia a personas con capacidades diversas que a reclusos de una penitenciaría; con la misma habilidad talla raederas y puntas de sílex que usa el microscopio para descubrir las huellas de uso en las herramientas prehistóricas que se encuentran. Ignacio Martín Lerma, siempre con una sonrisa, se declara hombre de letras y enarbola la bandera de científico experimental y de microscopio de la traceología. Su clara manera de expresarse hace que los medios de comunicación se lo rifen como divulgador científico; su pasión es contagiosa y sus hallazgos arqueológicos, novedosas aportaciones sobre el mundo neandertal en la Región, como el último trabajo publicado en 'Scientific Reports Nature': «La consagración del trabajo de un año muy importante en mi vida», resume sobre su última investigación este profesor titular de Prehistoria en la UMU -acaba de aprobar la oposición- orgulloso también de entrar en la Academia Alfonso X El Sabio. Este 2022, que comenzó con su deseada paternidad (Alma está a punto de cumplir un año), no ha dejado de depararle alegrías. Acaba de terminar de rodar la tercera temporada del 'El Condensador de Fluzo (La 2); colabora con 'El gallo que no cesa' (RNE), presentado por Mara Peterssen; publica en revistas como 'La aventura de la historia' y 'Muy interesante'; es autor del podcast de National Geographic 'Diario de a bordo'; la exposición 'Ancestros', que comisaría junto a João Zilhão, ha recibido desde abril más de 20.000 visitas y se ha prorrogado hasta enero para atender la demanda; su libro 'La prehistoria en la mochila. Diario de viaje de un neandertal' (Aguilar) arroja luz sobre uno de los periodos con más incógnitas del pasado de la Humanidad y en siete meses es ya origen de un itinerario cultural por el mundo paleolítico que lleva a sus lectores a cada una de las 14 cuevas y abrigos que Sepik recorre.

Ha hecho de su pasión por el Paleolítico el motor de sus logros, que no cejan, y de transmitir la ciencia un medio efectivo para romper la imagen de seres rudos, salvajes y casi monos que predominaba sobre los neandertales. Eso sí, siempre con pruebas.