Katir rompe moldes

Su padre, un marroquí que como tantos otros entró a España en patera por las costas andaluzas, vino hace tres décadas en busca de una vida mejor para su familia. Trabajó en Huesca y unos años más tarde toda la familia se afincó en Mula. Su madre es egipcia y Mohamed Katir, que se instaló en la localidad murciana cuando tenía cinco años, dice que primero es muleño y después, español. Esperó durante muchos años que llegara su pasaporte y rechazó competir con Marruecos. Quiere ser bombero, pero eso tendrá que esperar. Ahora, convertido en el mejor atleta nacional del momento y en la gran esperanza de futuro del medio fondo europeo, el de Mula quiere empezar a colgarse medallas en los próximos Europeos y Mundiales.

Es lo que le falta, después de un 2021 en el que hizo historia en el atletismo español, al ser capaz de batir los récords de España de 1.500, 3.000 y 5.000 metros en un plazo de solo 32 días. Fue como favorito a Tokio, con posibilidades reales de mojarle la oreja en la final de los 5.000 a los intocables Cheptegei, Ahmed y Chelimo, pero se tuvo que conformar con un diploma olímpico. Le supo a poco en el momento, pero con el paso de los días entendió que no todo el mundo puede decir que ha sido octavo en unos Juegos.

El homenaje que sus paisanos le dieron al volver de Japón es de esos que no olvidará jamás. «El recibimiento que tuve en Mula al regresar de Tokio tiene para mí más importancia que haber logrado un oro. No lo cambio por una medalla», confesó Katir. «Dicen que soy un atleta marroquí, pero no es así. Soy un atleta español y corro por la gente de mi pueblo, por Mula», ha puntualizado en varias ocasiones. A sus 23 años, todos los ojos se fijan en un Katir que despedirá el año intentando vencer en la San Silvestre vallecana, la carrera más multitudinaria de España. «Cambia el escenario y también las circunstancias, pero sigo siendo la misma persona que hace un año», recuerda el muleño, un tipo humilde, risueño y tímido.

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