Ana Hernández: Innovación contra el desperdicio hídrico
Mazarrón, 1986 ·
Méritos: Ha logrado ahorrar un 50% de agua de riego al grupo hortofrutícula
Se sitúa Ana Hernández en la punta de lanza de la innovación agraria nacional desde su Mazarrón natal. A esta ingeniera agrónoma le han bastado dos años al frente del departamento de Investigación y Desarrollo de Grupo Paloma para llamar la atención del sector por su trabajo en el desarrollo e implantación del cálculo de la huella hídrica y de carbono dentro de la empresa murciana que fundó su abuelo en 1968 y de la que su padre, que falleció cuando ella tenía 15 años, fue gerente.
Pese a que en los inicios de su andadura académica nunca se planteó ingresar en la compañía, su camino la devolvió hace once años a la senda de la empresa familiar. «Empecé la carrera por vocación y no tenía claro qué camino seguir. Mi tío, que era entonces director de producción, y que ya está jubilado, me propuso incorporarme porque en ese momento hacía falta alguien», señala.
Comenzó como técnica de cultivos, donde se vio sorprendida «por la dimensión que ya tenía la empresa y lo profesionalizada que estaba». En 2015 introdujo el cálculo de la huella hídrica en el grupo hortofrutícola que exporta tomate, uva sin semilla, melocotón, nectarina y granada a toda Europa, con la que ha logrado ahorrar un 50% del agua de riego. Allí trabaja para desarrollar nuevas variedades de cultivos, reducir gastos y minimizar el impacto ambiental de la actividad agraria a golpe de innovación, labor que le valió en 2020 la distinción de 'Mujer del Año Fruit Attraction'.
Ana es la única de cuatro hermanas que ha seguido la tradición agraria familiar, y se ha convertido en un pilar fundamental en el camino hacia la vanguardia de Grupo Paloma, cuyo máximo exponente son los cultivos hidropónicos de tomate (sin suelo). Su objetivo para los próximos años no cambia: poner cerco a cada gota de agua desperdiciada y avanzar en sostenibilidad, aunque sabe que cada vez es más difícil. «Los márgenes de mejora son ya muy pequeños en el tomate, pero en los cultivos leñosos todavía podemos realizar grandes avances», asegura. Seguro que lo consigue.
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