FICC: Medio siglo de cine y cultura
Cartagena, 1971 ·
Méritos: Cincuenta años apostando por el séptimo arte
Con los ecos de su gala de clausura aún resonando, el Festival Internacional de Cine de Cartagena (FICC) cierra este año como referente del séptimo arte en España, como estandarte de la cultura cinematográfica y como reflejo de la evolución de la sociedad que ha protagonizado el último medio siglo. El certamen ha logrado consagrarse en el olimpo de los festivales, con la única pretensión de destapar y poner en valor lo bello y real de algunas de las mejores películas del cine actual. Y todo ello, gracias al empuje, trabajo y esfuerzo denodado de su directora, Esther Baeza; su presidente, Nacho Ros, y todo el equipo que forma parte de esta iniciativa que año tras año logra reunir a una nutrida representación de los mejores de la gran pantalla. Un ejemplo de ello son Luis García Berlanga, Emilio Gutiérrez Caba, María Isbert, Amparo Soler Leal, Carmen Sevilla, Antonio Ferrandis, Alfredo Landa y muchos otros estandartes de una historia del cine que el festival cartagenero siempre sabe dar cabida en cada una de sus ediciones, para hacer disfrutar al público.
Es uno de los más veteranos de la Región y uno de los más antiguos de España. Lleva desde el año 1972, en sus lejanos inicios como Semana de Cine Naval y del Mar, proyectando las mejores cintas que son producidas cada año y destacando a Cartagena en el panorama cinematográfico. Entonces, su intención era activar culturalmente la ciudad durante el verano y rendir homenaje, a través del cine, a los hombres y mujeres de la mar. Ahora es el marco en el que gira la actualidad y donde ya han tenido espacio más de un millar de proyecciones procedentes de países como España, Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos, Egipto, Alemania, China y Japón. Esta apuesta por la cultura y el talento de jóvenes y veteranos de la pantalla, sin tener en cuenta crisis ni pandemias, se prepara ya para vivir otros cincuenta años generando espacios de reflexión que permitan seguir tejiendo las redes y lazos que el cine y la sociedad necesitan para alimentarse y seguir creciendo.
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