Una imagen de Dios
Con un tono coloquial, desenfadado y humorístico
MANUEL CIFO
Domingo, 21 de marzo 2021, 22:26
Desde hace algún tiempo, el prolífico escritor Juan Eslava Galán viene publicando en la colección Booket de Planeta una colección de ensayos para escépticos. Se trata de una serie en la que ha analizado de forma personal y desenfadada la revolución rusa, las dos guerras mundiales, la historia de España y la historia del mundo, y a la que ahora incorpora su particular visión sobre la Biblia; en concreto, sobre el Antiguo Testamento, ya que el estudio del Nuevo Testamento lo ha reservado para una próxima ocasión.
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Partiendo de la base de que la fe es subjetiva y de que Dios puede ser una simple proyección espiritual y psicológica del ser humano, el autor elabora un libro divulgativo en el que indaga sobre la Biblia, «el pilar más importante de la civilización occidental». Y lo hace a la luz de la crítica histórica, la confrontación de textos, la arqueología y su experiencia personal, que no es otra que la de un agnóstico que reduce el alcance de la Biblia al de un libro histórico formado por una mezcla de libros y autores que lo convierten en «una especie de ropa vieja elaborada con los restos de otras comidas».
Por consiguiente, con su habitual mezcla de erudición y de un tono coloquial, desenfadado y humorístico –especialmente en sus comentarios o apuntes a los datos históricos, tanto en el texto como a pie de página–, analiza numerosos pasajes del Antiguo Testamento, dedicando especial atención a la parte histórica, centrada en los grandes reyes, y a la parte mitológica, que abarca desde la creación del mundo hasta la muerte de Moisés. Una interpretación sustentada, además, en un enorme aparato crítico –con numerosísimas citas a pie de página, algunas de muy considerable extensión–, en la que llama poderosamente la atención el análisis de la figura de Yahvé. Un Ser que muestra una doble cara: la de un Dios cariñoso, bondadoso, paternal, comprensivo e indulgente, y la de un Dios autoritario, intransigente, distante, cruel y justiciero. También, la imagen de un Dios que fue muy ligero en su proceso de creación del mundo en seis días, lo que derivó en la imperfección de algunas de sus criaturas.
Hay que destacar el interesante apéndice titulado 'Yahvé en el diván', así como el índice onomástico y el apartado fotográfico, en algunas de cuyas fotografías aparece el propio Juan Eslava Galán.
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