Borrar
Pabellón Sarbalé Ke, creado para el programa de arte del Festival de Música y Artes 2019 de Coachella Valley. A la derecha, Fracis Keré. Urban Zintel / F. Keré A.

Francis Kéré, icono de la arquitectura social

El primer africano que ha ganado el premio Pritzker tiene entre sus empleados, en su estudio de Berlín, al murciano Jaime Herráiz, que charla con LA VERDAD sobre los proyectos más emblemáticos del burkinés

Sábado, 2 de abril 2022, 07:40

Comenta

En las oficinas de Kéré Architecture en Berlín trabaja un arquitecto murciano de 31 años, Jaime Herráiz. Llegó a Alemania tras estudiar Arquitectura en la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y entró a trabajar al estudio del nuevo premio Pritzker, Diébedo Francis Kéré (Gando, Burkina Faso, 1965) en 2015. Siete años aprendiendo del primer arquitecto africano distinguido con este reconocimiento -asimilable al premio Nobel en la categoría de Arquitectura-.

Herráiz conversa con LA VERDAD desde el Spree, con ecos recientes de celebración. «Francis Kéré ha trabajado toda su carrera, ha hecho muchísimos esfuerzos y ha luchado enormemente por sacar todos sus proyectos adelante. Este reconocimiento oficial, el más importante en el mundo de la arquitectura, denota que su obra es valorada, y es una felicidad compartida para todos». Además, ya ha visitado la Región de Murcia, «y la conoce más gracias a mí, porque allá donde voy con él siempre dice que soy de Murcia y lo señala en el mapa. Culturalmente, el sentido de comunidad y de familia es algo que le interesa mucho para sus proyectos».

La ilusión por hacer proyectos de una manera «tan particular», según Herráiz, se mantiene como el primer día. El jurado de esta 43 edición de los Pritzker, presidido por el chileno Alejandro Aravena, Pritzker 2016, dijo que el trabajo de Kéré es «fuente de continua y duradera felicidad y alegría». «En un mundo en crisis, en medio de cambios de valores y generaciones, nos recuerda lo que ha sido, y sin duda seguirá siendo, una piedra angular de la práctica arquitectónica: un sentido de comunidad y calidad narrativa que él mismo es capaz de contar con compasión y orgullo», señala el fallo del jurado.

Los diseños sostenibles de Kéré en zonas de extrema escasez muestran, según Aravena, «belleza, modestia, audacia e invención»: «Sabe, desde dentro, que la arquitectura no es sobre el objetivo, ni el producto, sino sobre el proceso». El presidente de la Fundación Hyatt, Tom Pritzker, dijo al anunciar el premio que Kéré «es a la vez arquitecto y servidor, mejora las vidas y experiencias de incontables ciudadanos en regiones del mundo a veces olvidadas».

Una filosofía de trabajo que Jaime Herráiz ha interiorizado a lo largo de estos siete años a la vera del maestro africano. Pero, ¿cómo fue el primer contacto entre ellos?

Serpentine Pavilion 2017 en Londres. Inspirado por el árbol, punto de encuentro central para la vida en Gando, Francis Kéré buscó este pabellón conectar a sus visitantes con la naturaleza y entre sí. IWAN BAAN
Imagen principal - Serpentine Pavilion 2017 en Londres. Inspirado por el árbol, punto de encuentro central para la vida en Gando, Francis Kéré buscó este pabellón conectar a sus visitantes con la naturaleza y entre sí.
Imagen secundaria 1 - Serpentine Pavilion 2017 en Londres. Inspirado por el árbol, punto de encuentro central para la vida en Gando, Francis Kéré buscó este pabellón conectar a sus visitantes con la naturaleza y entre sí.
Imagen secundaria 2 - Serpentine Pavilion 2017 en Londres. Inspirado por el árbol, punto de encuentro central para la vida en Gando, Francis Kéré buscó este pabellón conectar a sus visitantes con la naturaleza y entre sí.

«Conocí a Fracis Kéré a través de un 'workshop' en el Museo ICO en Madrid un par de años de terminar yo mi carrera, en 2014. Me interesaba muchísimo su trabajo, el tipo de proyectos que realizaba y, después de acabar, y de hacer prácticas en otros estudios, pensé que me interesaba enfocar mi trabajo por esa línea e intenté trabajar con él. Vine aquí a Berlín, me presenté en su estudio y le dije que quería trabajar con él». Aquella posibilidad existía, y se acabó haciendo realidad. Accedió a unas prácticas en Kéré Architecture, y después surgió la necesidad de contratar a arquitectos nuevos, y ya no se fue de aquí. En el estudio del premio Pritzker hay un equipo multidisciplinar de profesionales, y Herráiz trabaja plenamente como arquitecto.

«Francis Kéré está involucrado en todos los proyectos como figura principal -explica el murciano-». Cada vez que llega un encargo se decide qué arquitectos van a trabajar en él, se forma el equipo y se empieza a funcionar desde la parte del concepto, el desarrollo de la idea con el cliente. «Algunos proyectos llegan a la fase de construcción, en nuestro caso bastantes, porque están enfocados a una necesidad clara de construir, y otros a lo mejor, como concursos en los que participamos, puede que se construyan o no, y se queden solo en una fase temprana de diseño. Yo como arquitecto trabajo en todas las fases a las que el proyecto llega: concepto inicial, diseño, planes de ejecución, relación con los clientes, administración y coordinación del proyecto, y, cuando se empieza a construir, viajamos para la supervisión de obra».

En muchos de estos proyectos colaboran con arquitectos locales, que les ayudan a supervisar a pie de obra, «aunque nosotros desde Berlín también vamos a supervisarlos». Desde Kéré Architecture hacen infraestructuras públicas, como clínicas, hospitales, escuelas, universidades y viviendas, «aunque no nos dedicamos a proyectos inmobiliarios, sino más bien a edificios públicos, algún museo también, institutos...».

Asamblea Nacional de Benín en Porto Novo. La llamada 'Casa del Parlamento' está inspirada en 'el árbol de la palabra'. Ocupa 35.000 metros cuadrados. Está en construcción, y el murciano Jaime Herráiz es el director de obra. F. KÉRÉ A.

En distintos puntos de África tienen proyectos: Senegal, Burkina Faso, Benín, Malí, Túnez, Sudán, Sudán del Norte, Uganda, Kenia, Mozambique... países todos muy distintos donde en muchos casos «la arquitectura y la infraestructura están ausentes». También hay ejemplos de su trabajo en Alemania, Estados Unidos, Italia, Suiza y Dinamarca. Nacido en Burkina Faso, Kéré explicó en el comunicado del Pritzer que creció en una comunidad donde no había guarderías, «pero donde la comunidad era tu familia (...). Recuerdo la habitación donde mi abuela se sentaba y contaba historias con apenas luz mientras nos acurrucábamos unos con otros y su voz nos envolvía y nos hacía ponernos más juntos y formar así un lugar seguro. Ese fue mi primer sentido de la arquitectura».

Kéré se trasladó a Berlín en 1985 [tiene doble nacionalidad burkinesa y alemana ], donde desarrolló su carrera universitaria y profesional, pero siempre ha mantenido una conexión con África. Los proyectos que emprende están muy condicionados por las condiciones locales, e inspirados en las tradiciones y en los materiales autóctonos [principalmente madera y ladrillo] para conectar sus obras con la naturaleza. El Museo ICO de Madrid albergó en 2018 una exposición sobre el célebre arquitecto, 'Francis Kéré. Elementos primarios', comisariada por Luis Fernández-Galiano («Kéré ha recorrido el trayecto que separa la planicie árida de Burkina Faso de la vegetación frondosa de los Kensington Gardens manteniendo su integridad personal y su conciencia comunitaria») y organizada por la Fundación ICO, en la que mostraba esta manera de «empoderar y transformar las comunidades a través de la arquitectura».

Urban Zintel
Imagen secundaria 1 - Francis Kéré, icono de la arquitectura social
Imagen secundaria 2 - Francis Kéré, icono de la arquitectura social

La estructura del propio estudio de trabajo, compuesto por una veintena de profesionales, hace que la colaboración con Kéré sea muy estrecha. «He podido compartir -explica Herráiz- muchos momentos con él, viajando a las obras y supervisando, aprendiendo de trabajar mano a mano con él». Kéré fue muchos años profesor en la Academia de Arquitectura de Mendrisio (Suiza) y en las universidades de Yale y Harvard, en Estados Unidos, y en este momento en la Technische Universität de Munich. «El interés por el tipo de arquitectura que desarrolla Francis Kéré es muy fuerte en el mundo y eso hace que sea muy reclamado para impartir clases y conferencias. No es una arquitectura tan desarrollada a nivel internacional y él es uno de los líderes en este sentido», cuenta el discípulo murciano de Kéré.

Ya en Murcia en su infancia Jaime Herráiz anticipaba a lo que podría dedicarse en el futuro. «En mi caso, desde pequeño, me gustaba construir, crear maquetas, un belén en Navidad, hacía aviones... Dedicaba tiempo a pensar, a desarrollar la visión espacial. Tenía mucha imaginación y me empezó a interesar mucho como carrera para estudiar. Esto tiene mucho que ver en que me interesara el trabajo que desarrolla Francis Kéré porque está muy basado en la esencia de las cosas, no en un tipo de arquitectura 'high tech' como en otros países europeos. Es una arquitectura basada en los materiales disponibles y en cómo podemos reinventar un poco la tradición, aplicar el conocimiento técnico y emplear cosas novedosas, y construir con esos ingredientes tan básicos».

Galería.

Ver fotos

Galería.

Jaime Herráiz ha viajado con Kéré varias veces a Burkina Faso, y, en concreto, a su pueblo. «Es el primogénito de una familia de doce hermanos, allí las familias son normalmente grandes, y los hermanos mayores son importantes porque representan a la familia y tienen que tomar decisiones en el pueblo. Gando son varias agrupaciones de viviendas en la nada, en el desierto, y él tuvo que ir a una escuela, a Tenkodogo, que estaba a muchos kilómetros de su casa. La gente está sentada debajo de un árbol muy grande, a la sombra, los mayores contando historias, los niños escuchando, es una vida en comunidad. Y esta figura del árbol es la que inspira muchos proyectos que ha desarrollado», sostiene Herráiz, que recuerda que fue al colegio Santa María de Gracia (Murcia) y al instituto Infante Juan Manuel y hoy es feliz a la sombra de ese gigante baobab que es Kéré.

Confianza recíproca entre el jefe y los miembros de la tribu que ha dado proyectos tan originales como el pabellón temporal de la Serpentine en Londres (2017), el Campus del Lions Club en Kenia o el Parlamento de Benín en Porto-Novo, un proyecto del que el murciano Jaime Herráiz es el director de obra. «Me gustaría volver a trabajar en España también y desarrollar proyectos con proyección, y, especialmente en la Región de Murcia. Es una oportunidad trabajar aquí en un estudio internacional, y aprender todo lo posible para luego seguir utilizándolo».

«La arquitectura puede mejorar la suerte de muchísima gente»

Siendo el maestro Kéré un arquitecto universal, «a la vez», destaca el murciano Jaime Herráiz, «es tan humilde, sencillo como persona, y basa todo su trabajo en hacer feliz a la gente para la que va dirigido cada proyecto. Por eso dedica tiempo a hablar con las personas a pie de obra». Esa esencia de persona sencilla, capaz de integrar a todo el equipo y orientarlos por el camino de la empatía, es lo que más fascina al joven arquitecto. «Eso me ha influenciado mucho, y me ha ayudado a desarrollarme, yo creo que la arquitectura puede ayudar a mejorar la suerte de mucha gente. Cuando viajas a países que no tienen los mismos recursos y posibilidades, lo que intentamos en el estudio es que los proyectos que desarrollamos consigan inspirar a la gente que los va a utilizar. Crear una diferencia para que los niños puedan ver que otro tipo de cosas son posibles, y que puedan soñar que pueden llegar a todo en sus vidas». Es el ejempo que guió, por ejemplo, la Escuela Primaria de Gando (2001), localidad natal de Francis Kéré.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad Francis Kéré, icono de la arquitectura social

Francis Kéré, icono de la arquitectura social