t El investigador del grupo de Ciencias Jurídicas de la UPCT Djamil Tony Kahale Carrillo. J. M. RODRÍGUEZ / AGM

De camino a la cuarta revolución industrial

Un proyecto de la UPCT analiza qué herramientas son necesarias para que las empresas se adapten con éxito a la Industria 4.0

Lunes, 13 de julio 2020

Nuevas tecnologías, monitorización, sensores, teletrabajo... son términos que poco a poco se han introducido en el vocabulario y que, durante los últimos meses, quizá se han intensificado como consecuencia de la necesidad de aislamiento provocada por la pandemia de covid-19.

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Vocabulario asociado a la Industria 4.0, esa en la que se incorporan las nuevas tecnologías a la industria. Dicho en otros términos, es hacer andar la industria a través de herramientas tecnológicas, tales como robótica colaborativa, cloud, Big Data, sistemas ciber-físicos, sensórica, fabricación aditiva o por capas, entre otras. Por tanto, es la considerada como la cuarta revolución industrial.

De hecho, el informe 'Industria conectada 4.0: La transformación digital de la industria española', del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, define Industria 4.0 como «la cuarta revolución industrial, que se basa en la disponibilidad en tiempo real de toda la información relevante al producto, proporcionada por una red accesible en toda la cadena de valor, así como la capacidad para modificar el flujo de valor óptimo en cualquier momento. Esto se logra a través de la digitalización y la unión de todas las unidades productivas de una economía. Para ello es necesaria la fusión de tecnologías tales como Internet de las Cosas (IoT), computación y cloud, big data y ciberseguridad, así como las complementarias: móvil, analytics, M2M (Machine to Machine), impresión 3D, robótica y comunidad/compartición».

«La ejecución de esta iniciativa traería como consecuencia la satisfacción de las nuevas necesidades de los sectores productivos de España, sobre todo de la industria manufacturera»

El investigador del grupo de Ciencias Jurídicas de la Universidad Politécnica de Cartagena, Djamil Tony Kahale Carrillo, está trabajando en determinar las herramientas que los trabajadores, sindicatos, empresarios, Estado y Comunidades Autónomas (especialmente la Región de Murcia) requieren para adatarse a las nuevas transformaciones que esta cuarta revolución industrial ha originado al sistema socioeconómico. Que llevaría a lograr los objetivos marcados desde una vertiente interdisciplinar (Derecho, Sociología, Economía, Psicología, Educación e Ingeniería).

Lo hace a través del proyecto 'El impacto de la Industria 4.0 en el trabajo: una visión interdisciplinar', que financia la Fundación Séneca-Agencia de Ciencia y Tecnología de la Región de Murcia.

Le gustaría obtener conclusiones, como él mismo explica, desde las que «se aportaran, entre otros, los componentes esenciales de la relación laboral ante los requerimientos del nuevo modelo empresarial, las competencias o la cualificación que requieren los trabajadores digitales, la transformación del sindicato tradicional al sindicato 4.0, el grado de implantación de la Industria 4.0 en el tejido manufacturero español y regional y el impacto sobre el empleo o el análisis de los indicadores básicos de los sectores industriales de alta y media tecnología (indicadores de I+D e innovación, evolución de la ocupación, valor añadido o número de empresas)».

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La administración pública apuesta por las empresas que han dado el paso de implementar mejoras, a través de ayudas del INFO

«En definitiva –añade– la ejecución del proyecto traería como consecuencia la satisfacción de las nuevas necesidades de los sectores productivos de España, de manera especial en la Región de Murcia, principalmente de la industria manufacturera; es decir, la industria que se dedica a transformar física o químicamente materiales, sustancias o componentes en nuevos productos las materias primas y otros bienes en productos elaborados o semielaborados, a través de la generación de nuevo conocimiento».

Los primeros resultados se publicarán este mismo año aunque, el investigador de la UPCT apunta a que uno de los factores que frena el paso a la digitalización de las empresas «es la inversión inicial que estas deben realizar. No obstante, ya hay empresas españolas que han dado el paso». De hecho, la Administración Pública ya apuesta para que aquellas implementen la cuarta revolución industrial; por ello, otorga ayudas para animar a la empresa. Sin ir más lejos, el Instituto de Fomento de la Región de Murcia, a través del Departamento de Innovación cuenta con un programa de ayudas a este respecto.

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Con lo acontecido en torno a la pandemia causada por la covid19, algunos negocios se han visto obligados a cerrar temporalmente y los que no lo han hecho es porque han conseguido adaptar sus formas de trabajo. Aunque sobre si la situación habría sido muy diferente en un mundo adaptado a la industria 4.0, Djamil Tony Kahale Carrillo cree que es algo relativo.

«El hecho de que una empresa apueste por la digitalización, no significa que no tenga que contratar trabajadores; ya que estos tienen que trabajar en el centro de trabajo. Dependiendo de las tecnologías que emplee la empresa podría operar a la distancia», dice Kahale.

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Uno de los métodos que se han implementado ha sido el teletrabajo, que se encuentra regulado en la legislación española, en el artículo 13 del Estatuto de los Trabajadores, como trabajo a distancia. Que se define como «aquel en que la prestación de la actividad laboral se realice de manera preponderante en el domicilio del trabajador o en el lugar libremente elegido por este, de modo alternativo a su desarrollo presencial en el centro de trabajo de la empresa».

«Ello ha traído como consecuencia, su mayor implementación. En este sentido, el empresario, a consecuencia de la pandemia vivida, podrá valorar si es una herramienta útil para seguir utilizándola a futuro y, a su vez, valorar si da el paso a la digitalización», en palabras del profesor de la Politécnica de Cartagena.

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El papel de los robots hoy

Aunque sí cree que probable, que el empresario que estaba dudando en apostar por la cuarta revolución industrial, a consecuencia de lo vivido, quiera implementar la digitalización. «Hay que advertir, no obstante, que las nuevas tecnologías de esta industria 4.0, por ejemplo, los robots no se infectan de la Covid-19. Es una de las cuestiones que el empresario tiene que tener en cuenta».

Asegura que a consecuencia de la pandemia, «en otros países, en el sector salud, están implementando los robots para ayudar a los sanitarios. Por ejemplo, se están utilizando para interactuar en tiempo real, desde una distancia segura, con pacientes. Asimismo, están desinfectando habitaciones y entregando comidas o recetas, transportando muestras infecciosas a laboratorios para su análisis, entre otras cosas. Los drones, por otra parte, están proporcionando imágenes térmicas para ayudar a identificar a los ciudadanos infectados y hacer cumplir las cuarentenas y las restricciones de distanciamiento social. En España, ya se tienen robots para hacer test masivos».

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En su opinión, apostar por la industria 4.0 es conseguir productividad, competitividad, ahorro y un mantenimiento más eficiente. Aunque no hay que olvidar que la digitalización de los puestos de trabajo podrá destruir empleo; y, a su vez, crear otros puestos de trabajo, pero no en las mismas proporciones que aquellos que se pierden.

Por ello, el empresario debe tener en cuenta las medidas, para aquellos trabajadores en los que sus puestos de trabajos que vayan a digitalizar, no sufran las consecuencias. Por tanto, la negociación colectiva es un instrumento eficaz para que se puedan plasmar medidas para evitar la precarización de aquellos trabajadores o dar soluciones para aquellos trabajadores que se han quedado sin empleo.

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En definitiva, «la negociación colectiva es el medio fundamental de reconocimiento y de defensa de los nuevos derechos y las realidades que se están dando en la cuarta revolución industrial».

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