Elcano cruza el canal de Suez

APUNTES DESDE LA BASTILLA ·

No sé quién le escribe los discursos al presidente, pero ha tenido que ser alguien que ha recibido la misma formación en historia que el periodista del mapa del canal

Domingo, 11 de septiembre 2022, 10:02

La historia de España es tan ancha que cabe todo en ella. Esta semana hemos descubierto que Juan Sebastián Elcano, sediento tras llevar dos meses ... navegando las aguas del Índico, renunció a superar el cabo de Buena Esperanza y volver por África hasta su querida patria. Eligió un camino más original, que no suele ser recogido en los libros de historia, aunque no menospreciemos a las próximas leyes educativas. Elcano hizo virar el rumbo de la nao 'Victoria' y miró hacia el norte, harto de tanta inmensidad marina. Efectuó un arco majestuoso, bordeando las costas de la India, el golfo Pérsico, el de Adén, el Mar Rojo y entrando en el mar Mediterráneo por el canal de Suez. Todo recto hasta la costa levantina, saludando a los cartagineses para llegar, en hedor de soledades, a Sanlúcar de Barrameda el 6 de septiembre de 1522.

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Este recorrido tan fantasioso apareció en un medio de comunicación nacional, que creía honrar la expedición del marino vasco, ahora que se cumple el V centenario de la primera circunnavegación. Un homenaje que acabó en tragedia y en farsa, aunque gracias a este error muchos españoles descubrieron, asombrados, que un español había dado la primera vuelta al mundo hace tantos años que algunos afirman que no existía ni España. Claro que Francia o Inglaterra sí que existían, y en plenitud de facultades. Tal vez hubiesen nombrado fiesta nacional la efeméride y los centros educativos hubiesen preparado mapas hechos por tiernos escolares, con banderitas y carteles.

Que un periodista se equivoque pintando las trazas de un viaje icónico para la historia de la humanidad no tiene mayor trascendencia. Una anécdota más del mundo de la televisión, tan dado a los gazapos. ¿Quién no comete un error? Yo mismo, en un artículo pasado, metí una h donde nadie la había llamado y aún me persigue cuando cierro los ojos. El problema, sin embargo, es que ese recorrido falsario de Elcano pasó por delante de muchas personas antes de que se emitiera por televisión. No sé cuántas, pero la falta de rigor histórico es tan evidente en ese mapa que bastan un par de ojos para mandarlo revisar. Pero no se hizo. Y eso es un síntoma de lo que está sucediendo en este país con la historia.

La historia de España está olvidada, cuando no desprestigiada. Lleva décadas así, una ley educativa tras otra, con un maltrato irreversible que pretende el desconocimiento total de la población. Los partidos que han gobernado este país durante cuarenta años no se han preocupado de brindar una materia esencial para el desarrollo personal del ciudadano y para la salud y fortalecimiento de una sociedad democrática. Al revés, la han ido arrinconando hasta convertirla en un arlequín identitario. Los temarios de los institutos adelgazan cada vez más los contenidos. Se prescinde de figuras clave y épocas esenciales de nuestra historia porque no encajan con el modelo de perfección moral actual que los gobernantes quieren imponer en su eslalon de causas justas.

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Con una historia cuarteada, llega la locura del modelo autonómico en esta nueva ley educativa, la Lomloe, que ahonda más en la herida. 17 historias diferentes estudiarán los niños españoles, dependiendo de la comunidad en donde nazcan. Políticos regionales decidirán en sus despachos cómo enseñar, por ejemplo, el proceso de creación de la nación española, a finales del siglo XV. O la guerra de Sucesión. Será interesante comprobar qué se imparte sobre este tema en un instituto de Barcelona y en otro de Madrid. ¡El mismo país, oiga! ¡La misma historia! Pero esto es algo muy sofisticado si lo comparamos con Elcano, que no se estudia en ningún punto cardinal de la península.

Esta semana, Pedro Sánchez se refirió a la expedición de Elcano y su maltrecha vuelta a España en su discurso en el Senado sobre la grave situación energética que atraviesa el país. Dijo que no era casualidad que precisamente en ese día se cumpliese el V centenario de la hazaña, conectando los dos momentos con un hilo de sensibilidad pasmosa. Comparó la incertidumbre del marino vasco con la suya como presidente, en estas horas amargas de incertidumbre. Y afirmó que, al igual que el héroe recordado, Sánchez ha elegido la «esperanza y el camino de la solución». No sé quién le escribe los discursos al presidente, pero ha tenido que ser alguien que ha recibido la misma formación en historia que el periodista del mapa del canal de Suez. De los 239 marinos que formaron la expedición de Magallanes, solamente 18 pudieron completar la vuelta al mundo. Más de 200 murieron en el camino. Ojalá que el final de esta crisis sea menos amargo que aquel viaje que cambió el mundo y cuyo conocimiento hoy se priva a los estudiantes de estas 17 Españas y sus historias particulares.

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