Ejemplar de 'Charadrius alexandrinus' estirando un poco las alas junto a la playa. Estefanía Alonso Gómez
Nuestra Tierra

'No me toques los huevos' para salvar al chorlitejo patinegro (y la playa)

Una campaña de un grupo de naturalistas coordinados por la organización conservacionista Anse llama la atención sobre la que quizás sea el ave «más emblemática del Mar Menor»

Martes, 2 de mayo 2023, 07:33

La playa no solo es un lugar de esparcimiento humano. Su titularidad pública también se extiende a otros vecinos, como el chorlitejo patinegro ('Charadrius alexandrinus'), ... empeñado en seguir enriqueciendo el potencial ornitológico de la Región pese al mal uso que hacemos de estos entornos. Su presencia, abundante en otros tiempos, particularmente en el Mar Menor, es un baremo excelente para medir que el entorno goza de buena salud. «De hecho, solo habitan en espacios naturales con alto valor ambiental», explica la bióloga Estefanía Alonso, al frente del proyecto de divulgación científica 'Chorlitejos y patinegros CYP'. Es lo que se conoce como «especie paraguas», una condición singularmente importante para avanzar en la conservación de «uno de los ecosistemas más presionados y amenazados del litoral, a pesar de su titularidad pública», que son las playas. De ahí el valor añadido de favorecer su nidificación.

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'No me toques los huevos' es la forma de decirlo que ha elegido un grupo de naturalistas coordinados por la Asociación de Naturalistas del Sureste (Anse). Así se llama la «provocadora campaña», como ellos mismos la califican, que iniciaron el jueves pasado con el registro de una carta enviada tanto a la Demarcación de Costas en Murcia, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, como a la Dirección General de Medio Natural, adscrita a la Consejería de Medio Ambiente.

La carta explica que la especie, a la que califica de, «quizás el ave más emblemática del Mar Menor», por lo abundante que fue en este espacio, ha reducido a la mitad su presencia en la Región en unos pocos años. Las 149 parejas estimadas en el último censo de aves acuáticas reproductoras coordinado por la Sociedad Ornitológica Española (SEO/BirdLife), en 2007, suponen «tan solo un 2,4% de la población española», indica el texto, cuando por nuestras características de territorio costero debería ser mayor.

El Mar Menor y los humedales de su entorno siguen concentrando el grueso de la población del 'Charadrius alexandrinus'. Más del 90% de la población regional se encuentra ahí, estima el especialista Ángel Guardiola, anillador y técnico de Anse.

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Llevar a los perros sueltos en playas y humedales constituye un gran peligro para estas aves

Ahora, revela el biogeógrafo Gustavo Ballesteros, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, «la especie muestra una tendencia muy negativa en su área de ocupación», incluidas extinciones en muchos tramos litorales en lo que va de siglo. «La situación -precisa- afecta a las poblaciones de la costa mediterránea de las regiones de Cataluña, Comunidad Valenciana y Murcia, mientras que en el caso de Andalucía, Galicia y Canarias el balance es positivo».

Ya no quedan chorlitejos patinegros en el interior de la Región, apunta Ballesteros, ni tampoco en entornos del Mar Menor, como la playa de La Hita, Veneziola y las dunas de la Manga, o lugares como las Salinas de Mazarrón, donde la presión urbanística ha acabado con ellos.

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De acuerdo con el criterio recogido en el Libro Rojo de las Aves de España, de 2021, «la especie cumpliría los criterios para considerarse en peligro de extinción», por lo que SEO/BirdLife «ha dado la voz de alarma», en palabras del biólogo Jorge Sánchez, técnico de Anse.

Espacio natural del entorno de las Salinas de San Pedro; ejemplar anillado y un polluelo de la especie sobre la arena de la playa. Ginés S. Forte / Gustavo Ferreiro / Estefanía Alonso Gómez

La carta que han remitido a la Demarcación de Costas y Medio Natural apunta a la «destrucción del litoral con fines urbanísticos» como causa de la reducción drástica de los hábitats adecuados para la especie en el pasado, y quizás también la alteración (con frecuencia por las aportaciones de agua dulce procedentes del regadío intensivo) y la desecación de humedales interiores, como el Salar Gordo de Lorquí o la Rambla Salada de Fortuna, «pueden haber dado al traste con algunas de las sub-poblaciones reproductoras más reducidas». Ahora, añade el texto, las principales amenazas le llegan por las molestias que le causan algunas prácticas humanas, como la presencia de perros sin correa o la proximidad de colonias de gatos, más las malas prácticas en los trabajos de 'limpieza' de playas con maquinaria, afirma el biólogo Pepe Navarro, que se define a sí mismo como «pajarero».

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La iniciativa de los naturalistas se concreta en la solicitud a las administraciones de una serie de medidas de conservación de la especie, que incluyan su catalogación como 'vulnerable', el control de zonas de nidificación (señalización, divulgación y vigilancia, sobre todo ante la presencia de gatos y perros sueltos), el cese del uso de maquinaria para limpiar determinadas playas, el desarrollo de un protocolo para la conservación de la especie en los lugares afectados y que se tenga en cuenta la presencia de la especie (o su potencialidad) en las autorizaciones de actividades en esos espacios.

El de los perros sueltos es un peligro muy repetido por las fuentes consultadas. Juan Antonio Pujol, biólogo municipal de Torrevieja -donde el problema es el mismo que en la costa murciana-, advierte de que, sobre todo en playas muy urbanas, «aunque se logren balizar preventivamente las zonas de los nidos, si los usuarios de las playas llevan perros sueltos pueden tanto impedir el establecimiento de los nidos, como generar estrés en los adultos y, en caso de que nacieran los pollos, incluso depredarlos».

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La «provocadora campaña», como la califican sus artífices, arrancó el jueves con una carta a las administraciones

Estefanía Alonso reitera que la época de reproducción, nidificación y cría de la especie «coincide con los periodos de mayor afluencia de usuarios a las playas y otros espacios en los que se encuentran estas aves, como las lagunas». Los residuos que los usuarios dejan en los lugares con presencia de la especie también le suponen una amenaza importante, apunta la divulgadora.

«Ante estos males -dice- es necesario potenciar la conciencia y la cultura medioambiental entre la ciudadanía».

Posible reclasificación

Ballesteros lamenta que el chorlitejo patinegro continúe aquí considerado 'De interés especial', y por tanto no como especie amenazada, sin atender al criterio de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que la califica en España y en la Región de Murcia como «vulnerable». En la Dirección General de Medio Natural de la Región también tienen clara la importancia de «un manejo del ecosistema playa que respete la conservación del hábitat de esta especie de una manera compatible con el uso turístico de la costa».

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Reconocen sus numerosas amenazas: pérdida de hábitats por el urbanismo e infraestructuras asociadas, molestias en la reproducción por actividades recreativas y de uso público en zonas de baño, depredación (gaviotas y gatos), etcétera.

En las respuestas facilitadas por este organismo del Gobierno regional a LA VERDAD se alude a una posible reclasificación de la especie, al citar un dictamen técnico-científico recientemente elaborado por la Universidad de Murcia, en el que, añaden, «se estima una evolución regresiva de la especie y la necesidad de mantener la categoría de vulnerable o su futura inclusión en la categoría de en peligro de extinción en el catálogo regional de especies amenazadas».

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De momento, las acciones de sensibilización y concienciación son fundamentales. «En esa línea es donde más se trabaja en los centros de interpretación y acogida de los visitantes de los espacios naturales protegidos», añade dicho organismo.

Los datos del censo del programa de seguimiento biológico de los vertebrados amenazados en la Región, facilitados por Medio Natural, recogen que este ave sigue un patrón «claramente decreciente», que llegó a su mínimo en 2021, cuando se evidenció únicamente la reproducción de 37 parejas en los 29 humedales de la Región que se observan anualmente. En 2020 la cifra fue de 45, y en 2022 se han alcanzado las 58.

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Conocer la situación del chorlitejo patinegro es un punto básico para los conservacionistas. La iniciativa 'No me toques los huevos' incluye «el objetivo de precisar el estado de la especie mediante la movilización de los naturalistas para recopilar datos». Con esa información, sus artífices pretenden llamar la atención a los administraciones implicadas para que intervengan en garantizar la conservación de esta especie. «Eso -añaden en Anse- pasa por una coordinación entre los ayuntamientos, la Comunidad Autónoma y la Demarcación de Costas».

«Desgraciadamente, falta mucho por hacer» se duele Jorge Sánchez, y cita algunas tareas que considera importante: «Señalización, concienciación, vigilancia y, sobre todo, convencer a las autoridades, ayuntamientos incluidos, de la necesidad de gestionar las playas integrando la conservación de la biodiversidad». No se trata solo de salvar un pájaro, que ya de por sí no es poca cosa, sino de mantener en buen orden unos espacios que el ser humano aprovecha para su disfrute, y hace bien.

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Un pájaro aliado del interés turístico

Además de su interés intrínseco para la protección de la especie, la defensa del chorlitejo patinegro contribuye de manera relevante a la gestión de las playas en su vertiente ambiental. Los conservacionistas implicados en la iniciativa destacan que este tipo de aspectos son cada vez más tenidos en cuenta por las certificaciones Q-turística (UNE-EN 13.009), de gestión ambiental (ISO 14.001) y reconocimientos muy aclamados, como la Bandera Azul que, en definitiva, posicionan a las playas y municipios en el competitivo sector turístico.

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