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In fraganti. Imágenes tomadas en varios de los puntos de foto-trampeo de la investigación. EEA

Radiografía inédita de la Sierra de la Pila

Un muestreo de Ecologistas en Acción y la Comunidad Autónoma traza un mapa único en la Región de Murcia de la presencia de carnívoros y murciélagos

GINÉS S. FORTE

Martes, 11 de febrero 2020

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Tres otoños seguidos de trabajo de campo en el Parque Regional de la Sierra de la Pila han generado un mapa único de la presencia de especies notorias en este entorno «de alto interés ecológico y ambiental», como lo califica el propio estudio. La actividad, centrada en carnívoros y murciélagos, ofrece una foto aproximada de la realidad de la zona para facilitar su gestión natural y divulgar entre la población el estado de una fauna muy valiosa. De hecho, no existe ningún otro espacio en la Región de Murcia en el que se haya emprendido un muestreo tan sistemático como este para conocer el estado de una fauna que se encuentra en general en declive

Lo de que este trabajo ofrece una foto de la zona es literal, porque el método seguido se ha basado principalmente en la colocación de cámaras en puntos específicos. Cada máquina ha permanecido en un emplazamiento durante periodos de quince días, en los que ha tomado secuencias de entre 5 y 15 segundos activadas por movimientos. De este modo han pasado por estos 'photocalls' con fondo en verde pino animales como garduñas ('Martes foina'), zorros ('Vulpes vulpes'), ginetas ('Genetta genetta'), tejones ('Meles meles'), jabalíes ('Sus scrofa'), ardillas ('Sciurus vulgaris'), conejos ('Orictolagus cuniculus'), ratones de campo ('Apodemus sylvaticus'), lirones careto ('Eliomys quercinus') y musarañas ('Corcidula sussula'), además de multitud de insectos que han disparado los sensores de las cámaras como espontáneos que trataban de colarse en esta alfombra roja (verde, mejor) de la fama medioambiental.

Foto-trampeo durante el estudio de la organización conservacionista. EEA

La importancia de estos carnívoros (singularmente los pequeños y medianos, que eran los buscados) no se ciñe a su presencia en sí, sino que se extiende a su papel «de gran importancia en la diseminación de semillas en la fracción frugívora de su dieta», lo que contribuye a la buena marcha de los procesos ecológicos de su hábitat. De partida se conocía que especies como el ratón moruno, la musarañita, el zorro y la comadreja tienen una buena representación dentro de este parque. Pero el estado de otras, como la gineta, el tejón, la garduña, el turón y el gato montés ofrecían más interrogantes, y en algunos casos incluso preocupación.

Es el muestreo más sistemático emprendido en un espacio natural de la Comunidad

De este modo, en 2017 comenzaron los trabajos por parte de un equipo de voluntarios, con experiencia en este tipo de estudios, a cargo de Ecologistas en Acción y dentro del programa de fomento del voluntariado de la Dirección General de Medio Natural. La actividad se extendió a 2018 y el pasado 2019, en el que también se ha realizado un seguimiento de murciélagos ('Chiroptera'), para lo que se han tomado grabaciones con equipos de ultrasonidos que han dado un balance de 85 registros de nueve especies diferentes. La última memoria, con fecha de 2019, lleva por título 'Actuaciones de voluntariado y sensibilización a través de la realización de censos de quirópteros y carnívoros, en el Parque Regional Sierra de la Pila'. En total, durante el trabajo de campo del pasado otoño (este tipo de recopilación de datos se hace generalmente en esa estación) se han obtenido 547 vídeos de carnívoros y otros mamíferos. De acuerdo con la tabla registrada han desfilado ante la cámara 193 zorros, 9 ginetas, 39 garduñas, 7 conejos, otras tantas ardillas y otros tantos ratones, 250 lirones, 4 musarañas y 2 jabalíes. O al menos lo han hecho todas estas veces, ya que alguno habrá repetido ante el objetivo. El éxito engancha.

Las cifras son similares a las de los dos años anteriores, aunque destaca que el tejón, que se dejó ver en 2017, no ha vuelto a aparecer. Ni lo han hecho tampoco durante las tres ediciones del trabajo el gato montés 'Felis silvestris' ni la comadreja ('Mustela nivalis'). La investigación presenta de este modo, a lo largo de sus tres años, una radiografía estable de la presencia de estos animales en el entorno, explica Rubén Vives, de Ecologistas en Acción.

Para captar a los carnívoros se instalaron el año pasado catorce puntos de muestreo en total en localizaciones basadas en los resultados de trabajos anteriores y en el acceso posible, con más o menos dificultades, a través de pistas forestales. Las lluvias de finales del verano, la famosa DANA de mediados del pasado septiembre, casi arruinan parte del muestreo. Los responsables del proyecto tuvieron que variar algunas ubicaciones por las dificultades para acceder a determinados puntos previstos, particularmente en la cuadrícula central.

Como en toda buena sesión de fotos, los focos también han tenido su papel. En concreto, los que se emplearon en recorridos nocturnos en vehículo a velocidad constante (entre 12 y 20 kilómetros por hora) para registrar la fauna avistada en trayectos específicamente diseñados. De este modo, se recorrieron algo más de 20 kilómetros efectivos, sin contar los desplazamientos para acceder a la ruta establecida, que en algunos casos estaba cortada. Una actuación similar se realizó también de día, pero en este caso en itinerarios a pie igualmente establecidos con anterioridad en el área de influencia del muestreo.

Capturas de movimiento por zonas y especies: 1 Puerto Frío. 2 Peña Bermeja. 3 Rincón de los Poyatos. 4 Llano de las Ovejas. 5 Los Tollos. 6 Puntal de la Torca. 7 El Prisco. 8 Casa de Portillo. 9 El Azagador. 10 Solano del Peñasco Colorao. 11 Picos de Peña Roja. 12 El Azagador. 13 Barranco de Valcárcel. 14 Corral de Torrao

Para la localización de los murciélagos, por su parte, se establecieron rutas en zonas altas con cavernas y arbolado susceptibles de acoger las especies menos estudiadas. También se dispusieron dos estaciones fijas durante periodos de 48 horas. Los artífices del proyecto explican en la memoria que en este cometido «se realizaron grabaciones de ultrasonidos con detectores, con tiempos de esperas de entre 20 y 30 minutos».

El resultado de todo ello es un documento, que ahora ve la luz, que trata de cubrir los huecos dejados por los trabajos de campo «relativamente escasos» completados en esta área sobre vertebrados.

Siguiendo las pautas de trabajos anteriores, el estudio se ha centrado en cuadrículas de 2,5 kilómetros de lado. En concreto en las zonas más agrestes y boscosas de la Sierra de la Pila, que son las más probables para hallar evidencias de la presencia de los animales. En total, se establecieron 12 de estas cuadrículas, lo que equivale a abarcar un área total de 7.500 hectáreas. Se trata por tanto del grueso de todo el parque regional, que en total no llega a las 9.000 hectáreas.

Gineta fotografiada en la Sierra de la Pila. Alberto Quesada

En cada una de esas cuadrículas se emplazó al menos un equipo de foto-trampeo, que básicamente es una cámara que se activa cuando detecta un movimiento. Es una investigación que no alcanza el grado de precisión que permitiría un trabajo científico más concienzudo, pero sí ofrece una idea del estado del parque muy útil para su posterior gestión y divulgación. En todo caso, se trata del muestreo más sistemático emprendido en un espacio natural de la Región de Murcia. «No se ha realizado nada así en ninguna otra zona», asegura Vives. «Se han hecho algunas cosas con cámaras, pero no tan sistemático», añade. El experto insiste en que existen estudios de especies específicas como nutrias y gatos monteses, pero no tan detallados como el trabajo de la Sierra de la Pila. «En el caso de las nutrias es más fácil, porque se puede confirmar su presencia a través de excrementos y huellas, en cambio otras especies no dejan rastros tan fácilmente», apunta. En muchas ocasiones las evidencias sobre ciertos animales llegan de situaciones tan fortuitas como atropellos, lo que ofrece una idea de su presencia, pero nunca tan precisa como un muestreo 'ad hoc' del cariz del emprendido en la Sierra de la Pila.

El trabajo ofrece una idea del estado del parque muy útil para su posterior gestión y divulgación

La continuidad de este estudio en los próximos años, para medir así la evolución de las poblaciones localizadas a lo largo del tiempo y de este modo emprender la apropiada gestión necesaria para cada especie, no está garantizada. «Depende de la Administración regional», señala Rubén Vives. Aunque es un trabajo basado en el voluntariado, hay multitud de gastos (desde el gasoil de los vehículos a la compra de cámaras) que se cubren a partir de la ayuda de la Dirección General de Medio Natural. En caso de que la Comunidad Autónoma deje de implicarse, en Ecologistas en Acción se plantean tratar de continuarlo, al menos con muestreos cada dos años. Por lo que el próximo tendría lugar en 2021.

«Todas estas especies estudiadas están en declive, y es la Administración la que en teoría debería tener algún control sobre ello», denuncia Vives. Sin embargo, no es muy habitual que lo hagan, y eventualmente se guían por datos aportados por trabajos elaborados por organizaciones conservacionistas, por los atropellos de animales o por los informes de los agentes forestales, y poco más. En este panorama, el estudio acometido en la Sierra de la Pila es un 'rara avis' del que convendría tomar ejemplo.

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