Polinizadores en busca de 'autopistas'

La irrupción de la agricultura industrial en Europa y Estados Unidos, en la segunda mitad del siglo XX, logró «garantizar el suministro de alimentos a una población creciente», como apunta el experto en manejo de suelos de la Universidad Politécnica de Cartagena, UPCT, Raúl Zornoza. Unas décadas después, ya en los años 1980, comenzó a percibirse el coste de la nueva forma de cultivar el campo, protagonizada por extensas áreas de monocultivos y el uso masivo de agroquímicos, entre otros elementos. La consiguiente degradación del suelo y la reducción de la biodiversidad generada por las nuevas técnicas han aumentado peligros como plagas y enfermedades, que consecuentemente comprometen la rentabilidad agraria.

Estas evidencias han abierto en tiempos más recientes la puerta a unos sistemas de producción más sostenibles, donde la necesidad de extraer beneficios a las cosechas se une a la de mantener un medio ambiente sano. En este contexto se enmarca el proyecto en el que la firma murciana El Medio Celemín y la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) se han sumergido para habilitar kilómetros de setos con los que conectar distintos espacios naturales que los usos agrícolas habían separado, de modo que los insectos polinizadores puedan transitar de unos a otros y, de paso, beneficiar con su desempeño natural a la producción agraria.

De momento, el proyecto ya contempla la construcción de cuatro kilómetros de esta 'autopista' de conexión de espacios para polinizadores en la finca que la empresa gestiona en la pedanía caravaqueña de Archivel. Como ocurre con las verdaderas autopistas, esta también es una vía doble (se compone de dos tipos de setos en paralelo), por lo que en total suma ocho kilómetros lineales.

De momento, este verano ya se han ejecutado los primeros dos kilómetros de setos dobles. El figurado pavimento que facilita el movimiento de los insectos sobre uno de ellos está formado por especies arbóreas y arbustivas, y el del otro lo componen especies de menor porte pero con floración atractiva. Estas plantas hacen para los insectos el papel de las señales de 120 que jalonan las autovías invitando a avanzar a buen ritmo. En total se van a colocar «8.000 plantones de diversas especies autóctonas o de cultivo tradicional con el objeto de configurar un corredor biológico para las abejas silvestres y otros insectos polinizadores en los cultivos», explica Jorge Sánchez Balibrea, biólogo de ANSE. Se trata de proteger el medio ambiente al paso que se favorece la labor de los insectos en favor de la producción, en este caso de pimiento ecológico para pimentón.

Para la ejecución de estos corredores, apunta el investigador coordinador del Equipo de Control Biológico y Servicios Ecosistémicos del Imida, Juan Antonio Sánchez, «se deben emplear plantas que ofrezcan recursos alimenticios (polen y néctar) durante la mayor parte del periodo anual, para lo que se pueden disponer especies florales en los márgenes o ribazos de un cultivo o en las zonas residuales de las explotaciones, como taludes de pantanos o embalses de riego».

En el caso de la finca de Caravaca de la Cruz, para las próximas semanas está previsto que se aborde el tendido de otros cuatro kilómetros de setos. Con tan extensa red circulatoria (a escala de insecto) se hace necesaria la creación de áreas de servicio. De este modo, apunta Sánchez Balibrea, «complementariamente a la ejecución de los setos se han instalado 12 refugios de madera para la nidificación de abejas solitarias».

Esta infraestructura para insectos tiene un precedente en fincas que la multinacional francesa Bonduelle explota en la Región, en las que también se han habilitado 'autopistas para polinizadores' con la colaboración de ANSE. A finales de 2019, la Asociación de Naturalistas del Sureste rubricó además un acuerdo con la cooperativa agroalimentaria de segundo grado Anecoop, que agrupa a más de 70 cooperativas y empresas socias hortofrutícolas y vinícolas y a más de 27.000 agricultores, para actuar en favor de los polinizadores en una decena de sus fincas en la Región de Murcia y la Comunidad Valenciana. La primera fase del acuerdo implica a tres explotaciones de cultivos de cítricos de Mula.

Las nuevas actuaciones para la conservación de los polinizadores en la explotación ecológica de Archivel no se limitan a la ejecución de setos. La iniciativa incluye la mejora de cultivos de cereales de la zona con el objetivo de hacerlos más atractivos para los insectos polinizadores. Para ello se ha trabajado en «la diversificación de cultivos asociando el cultivo de veza, que es una leguminosa con flores atractivas, a la avena», detalla el biólogo. Además «se han ejecutado bandas florales específicas para la alimentación de los polinizadores en los bordes de los cultivos de cereal». En concreto, se han introducido diversas especies herbáceas de diferentes familias, como borrajas, habas y rabanizas. Se trata de borraja ('Borago officinalis'), cilantro ('Coriandrum sativus'), caléndula ('Calendula officinalis'), rabanizas ('Diplotaxis erucoides', 'Diplotaxis catholica'), chupamieles ('Echium vulgare'), alfalfa ('Medicago sativa'), habas ('Vicia faba'), escobilla morisca ('Scabiosa atropurpurea'), hinojo ('Foeniculum vulgare') y salvia ('Salvia verbenaca').

Todos estos trabajos forman parte del proyecto 'Corredores agrícolas para la adaptación al cambio climático de poblaciones de polinizadores' que ANSE ha emprendido con el apoyo de la Fundación Biodiversidad, adscrita al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y las marcas de alimentos ecológicos Naturgreen y Ecomil. El Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Imida), dependiente de la Comunidad Autónoma, se encarga de la supervisión científica de las acciones de una iniciativa dotada de 90.000 euros de presupuesto y con dos años de plazo de ejecución (arrancó en 2019).

En este marco se incluyen otras actuaciones, como la que implica a la empresa municipal encargada de gestionar el ciclo urbano del agua en el término de Murcia (Aguas de Murcia). Con ella ANSE colabora en la colocación de más de 30 refugios para polinizadores, repartidos por los espacios verdes de las instalaciones de la compañía, y que están «destinados a ofrecer zonas de reproducción adicionales a las abejas solitarias», según la información facilitada por la asociación naturalista, que los denomina «hoteles de insectos». Además se contempla la plantación de especies vegetales, principalmente autóctonas, con floración escalonada para garantizar el alimento de los insectos. Autopistas, hoteles, restaurantes... el proyecto apunta en todo momento al establecimiento de una amplia red para facilitar el movimiento y la socialización, en este caso de polinizadores.

Aguas de Murcia ha sumado medidas adicionales, propuestas por ANSE, para fomentar la biodiversidad en las zonas verdes de las plantas de tratamiento de la empresa. En esos espacios, por ejemplo, se ha limitado el uso de herbicidas y se han seleccionado plantas autóctonas atractivas para los insectos.

Los responsables del programa explican que con estas medidas se trata de «contribuir a paliar la grave crisis en la que se encuentran los polinizadores como consecuencia del uso de pesticidas, de los cambios de uso del suelo, de la introducción de enfermedades y del cambio climático». Revertir estos males compromete también a las áreas urbanas. «Conviene recordar que está aceptado científicamente que las zonas urbanizadas de diversos países actúan en muchos casos como reservas para los polinizadores». En ellas, añade la fuente, se presenta una «mayor diversidad que las áreas agrícolas o las reservas naturales próximas».

En los espacios verdes que se esparcen por las ciudades no se aplican tratamientos químicos tan agresivos como los que generalmente se vierten sobre las áreas agrícolas, y en ellos suele plantarse una amplia diversidad de especies con dilatados periodos de floración, lo que explica probablemente esta singular circunstancia. De ahí que el programa de corredores para polinizadores incluya actuaciones en jardines, por ejemplo, como los que se han emprendido para adaptar los que se extienden por la ciudad de Cartagena, en los que se han introducido plantas nativas con floraciones escalonadas, además de instalar nidales específicos y controlar el uso de pesticidas, entre otras medidas.

ANSE lanzó durante el confinamiento una campaña para favorecer también la presencia de polinizadores en las ciudades a través de distintas actuaciones en jardines y balcones particulares, como recogió 'Nuestra Tierra' el pasado 23 de abril.

La polinización es un proceso natural imprescindible para la conservación de la biodiversidad, el funcionamiento de los ecosistemas y la producción agrícola. El principal grupo de polinizadores presente en el área de la Península Ibérica que ocupa la Región de Murcia está conformado por abejas (más del 80% del total). Su presencia que va más allá de las 'Apis mellifera' (nuestra abeja doméstica), ya que en total hay registradas más de un millar de especies de abejas silvestres en España.

El proyecto 'Corredores agrícolas para la adaptación al Cambio Climático de las poblaciones de polinizadores' también contempla charlas de divulgación sobre la importancia de la polinización y los organismos que la desarrollan para estudiantes de colegios e institutos, como las que tuvieron lugar en el Colegio Franciscano-La Inmaculada y el Instituto de Educación Secundaria (IES) San Vicente de Paul, de Cartagena, y el IES Felipe II, de Mazarrón, antes de que el estado de alarma como consecuencia de la pandemia impidiese este tipo de actuaciones presenciales a partir de marzo.

En último término, aclara Jorge Sánchez, este programa «pretende hacer protagonistas a los agricultores de la conservación y recuperación de los polinizadores silvestres de forma que obtengan beneficios directos (a través de la mejora de la calidad de las cosechas, por ejemplo caso del melón) e indirectos (ya que algunos polinizadores desarrollan un control sobre determinadas plagas caso de los sírfidos y el control del pulgón)».

El biólogo de ANSE añade que la creación de los corredores para los polinizadores «es ahora mismo una tendencia mundial». La ejecución de estas infraestructuras, resume, «se está convirtiendo en una herramienta básica tanto para permitir la dispersión de los polinizadores en el territorio como para permitir que estos se aventuren en los cultivos y puedan desarrollar sus funciones.

La investigadora María Pérez Marcos, del Equipo de Control Biológico y Servicios Ecosistémicos del Imida, abunda en «que la implantación de corredores de vegetación para polinizadores es una práctica fundamental para la conservación de insectos polinizadores y para promover los servicios ecosistémicos que nos brindan, como la polinización de los cultivos».