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De izq. a dcha., Laura Aznar, Lola Cánovas y Belén Miras trabajando en el campo durante la actual pandemia. PCFSA

Flora en cuidados intensivos

Medio Natural desarrolla un programa de seguimiento de especies vegetales silvestres amenazadas, raras, endémicas y protegidas para mantener la riqueza de la biodiversidad regional

GINÉS S.FORTE

Martes, 12 de mayo 2020, 22:15

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Justo cuando ya comenzamos a salir de nuestras casas, tras la cincuentena larga que hemos pasado recluidos para proteger la salud de los más vulnerables a la Covid-19, el campo nos llama con todo el poder de atracción de una primavera bien regada por las lluvias de hace unas semanas. Durante los próximos días, cuando cada uno vuelva a pasear por su rincón natural favorito, convendrá no olvidar que la riqueza medioambiental de la que vamos a volver a ser testigos también precisa de cuidados, en algunos casos extremos, en particular sobre aquellas plantas que nos han acompañado siempre y que ahora están en riesgo de desaparecer. «Muchas de las especies presentes en el territorio murciano se encuentran en un estado de conservación crítico, debido a distintas presiones, tanto naturales como antrópicas», advierte el coordinador del Programa de Conservación de Flora Silvestre Amenazada de la Región de Murcia (PCFSA), el biólogo Félix Carrillo. Esta iniciativa de la Dirección General del Medio Natural, que acaba de pasar el ecuador de los seis años que tiene previsto durar (arrancó en abril de 2017), se centra en el «seguimiento de la flora silvestre amenazada, rara, endémica, protegida, y de las especies exóticas invasoras», explica Carrillo, «con el objetivo de potenciar y poner en valor la biodiversidad vegetal murciana».

Tras este plan hay un extenso corpus normativo, derivado tanto de la legislación europea (directiva sobre conservación de los hábitats naturales y de la flora y fauna silvestres y reglamento sobre especies exóticas invasoras), como de la española (ley, inventario y plan estratégico del patrimonio natural y la biodiversidad; listado de especies silvestre en régimen de protección especial, y catálogos de especies amenazadas y de exóticas invasoras) y, particularmente, de la autonómica (catálogo regional de flora silvestre protegida y planes de recuperación de las especies jara de Cartagena –'Cistus heterophyllus'–, brezo blanco –'Erica arborea'–, sabina de dunas –'Juniperus turbinata'–, narciso de Villafuerte –'Narcissus nevadensis subsp. enemeritoi'–, la 'Scrophularia arguta' –especie de ortiga muerta de las rocas– y garbancillo de Tallante –'Astrogalus nitidiflorus'–).

Especie exótica 'Austrocylindropuntia subulata', invasora en el Castillo de Águilas. PCFSA

Las citadas son las seis especies más amenazadas de la Región, y sobre ellas se vuelca en buena medida el proyecto, para que continúen entre nosotros. Se encuentran, por decirlo así, en la unidad de cuidados intensivos que Medio Natural tiene activada para que ninguna de nuestras plantas desaparezca. Al igual que nosotros las hemos heredado, nuestros hijos y nietos deberían disfrutar de la riqueza que aportan estos seres a un medio ambiente que resulta básico proteger, también para garantizar a la larga nuestra propia supervivencia. Con este objetivo, la Comunidad Autónoma aprobó los planes de recuperación de las cinco primeras especies de esta lita a finales de 2014, y en 2017 sumó el del garbancillo de Tallante. Las seis están catalogadas como especies «en peligro de extinción».

Las especies más amenazadas están en espacios que han sido transformados sin control

En todo caso, la recuperación de estas plantas no es un fin en sí mismo, explica Carrillo. «Tanto los trabajos como la información recopilada durante el transcurso del proyecto están sirviendo para mejorar el conocimiento y la gestión de la flora y hábitats, e, implícitamente, del propio medio natural de la Región de Murcia. De hecho, el programa no se limita ni mucho menos a esta media docena de plantas extremadamente amenazadas, sino que también incluye un seguimiento de todos los taxones (especies) recogidos en el 'Catálogo Regional de Flora Silvestre Protegida de la Región de Murcia'.

Garbancillo de Tallante ('Astragalus nitidiflorus'). PCFSA

Este documento, creado en 2003, incluye en total 329 referencias, de las que en la iniciativa de Medio Natural se presta especial atención a 28, las catalogadas como «en peligro de extinción», y también de otras 128, que son las consideradas como «vulnerables». El biólogo José López Bernal, miembro del equipo de este programa, explica que además se han añadido otras 25 especies, que no estaban incluidas en el decreto que en 2003 puso en marcha el citado catálogo, por haberse detectado después de la aprobación de ese dictamen. Entre ellas cita a la 'Athamanta vayredana', la 'Atropa baetica', la 'Capparis zoharyi', la 'Coronilla talaverae', la 'Helianthemum abelardoi' y la 'Helianthemum motae'.

El barranco de Cantalar es uno de los pocos lugares de la Región donde todavía quedan arces

El técnico responsable de Flora de la Comunidad Autónoma, Rafael Díaz García, aclara que con en torno a los tres centenares y medio de taxones que comprende en total el proyecto, ha sido «necesario adaptar los trabajos a la complejidad de monitorizar tal cantidad de especies».

En los tres años que ya acumula el proyecto se han realizado más de un centenar de seguimientos de flora amenazada y se han localizado también algunas poblaciones nuevas. Este proceso conlleva un trabajo de campo que incluye el marcado con GPS de cada ejemplar detectado y la elaboración de una ficha de campo en la que, cuando se trata de una especie en peligro de extinción o vulnerable, se incluyen datos geográficos, biológicos, ecológicos y de número de individuos censados o estimados, además de datos relacionados con las amenazas que les acecha, entre otros.

Seis especies cuentan ya con su propio plan de recuperación oficial, y se trabaja en otras cuatro

Durante este periodo, «además», añade López Bernal, «se han realizado censos completos de algunas especies sensibles en las zonas de La Manga del Mar Menor, como 'Asparagus macrorrhizus' (esparraguera del Mar Menor) y 'Echynophora spinosa' (zanahoria marina), con el fin de evaluar sus amenazas actuales. Así se ha concluido, por ejemplo, que la esparraguera del Mar Menor ha incrementado su número respecto a la población censada antes de 2017 (ahora se han contabilizado 1.649 ejemplares), pero «del análisis realizado se deduce que prácticamente el 59% de la población está amenazada por la sobrepresión antrópica [por la actividad humana] de La Manga».

La zanahoria marina, por el contrario, ha visto descender su población en la zona (los ejemplares localizados en 2018 en la zona de Playa Snipes y alrededores, donde se concentra el 70% del total, ascienden a 360, lo que equivale a menos de un tercio de los censados en 2003). «Por eso se está realizando un esfuerzo extra con este taxón utilizando los recursos de la Comunidad Autónoma para mejorar su estado», apunta el biólogo, quien cree que la especie podría finalmente incluirse en una categoría mayor de amenaza, y pasar al «peligro de extinción».

El experto añade que durante los tres primeros años del plan se han realizado además 40 prospecciones del territorio. De todo el esfuerzo realizado hasta el momento se puede concluir «a priori» que, «como cabría esperar, las especies con mayor riesgo de amenaza se localizan en aquellas zonas, donde hay transformación de suelo forestal», como nuevas áreas agrícolas, desarrollos urbanísticos o ampliación o apertura de canteras, «normalmente por actuaciones incontroladas donde no se ha evaluado la afección que pudieran tener dichas acciones sobre la flora y hábitats de interés comunitario». Esta circunstancia, concluye, «enfatiza la importancia de contar con los seguimientos de flora silvestre en la Región de Murcia».

A los ayuntamientos se les pide que planten ejemplares autóctonos en vez de exóticos en las zonas verdes

Vigilancia

El programa también ha evaluado hasta el momento una treintena de microrreservas de flora, de las que algunas se han ampliado, como la denominada 'Herbazal'; de 'Diplotaxis tenuisiliqua' y otras se han reducido, como la denominada 'Arenales de zanahoria marítima', que ha menguado «considerablemente por el proceso urbanizador del territorio».

Junto a este seguimiento de especies silvestres, para garantizar su supervivencia, el proyecto incluye la vigilancia de exóticas invasoras, en buena parte para tratar de eliminarlas, por el peligro que representa para las primeras. Se trata, en boca de la ambientalista Belén Miras Pérez, de «una de las mayores amenazas para la biodiversidad». De ahí la importancia de mantenerlas a raya. En este punto resulta clave «recabar información para poder detectar nuevos focos potenciales de invasión y, de este modo, actuar cuanto antes en su adecuada gestión». También es importante la «difusión al público» de estas amenazas, explica la experta, responsable de esta área dentro del programa. Aquí «es sumamente importante», remarca, «la participación ciudadana», además de «la colaboración con los ayuntamientos», a los que se solicita cada año que potencien «el empleo de plantas autóctonas para las zonas verdes y los jardines ornamentales, en lugar de especies exóticas que pueden ser invasoras y perjudicar a la flora y fauna» del lugar. Estas son solo algunas de las actuaciones de un bloque del proyecto en el que también se incluye la eliminación directa de invasoras, como la que tiene lugar en el Paraje Protegido de Cuatro Calas en Águilas, donde la presencia de rabo de gato ('Pennisetum setaceum') causa daños a las especies silvestres.

Belén Miras toma datos en el campo. PCFSA

El Plan de Conservación de Flora Silvestre Amenazada de la Región de Murcia vuelca buena parte de su actividad en un tercer bloque, diseñado para reducir el nivel de amenazas que acecha a la media docena de especies citadas al principio del reportaje. Son las seis que ya cuentan con sus propios planes de recuperación aprobados por la Comunidad Autónoma. Otras cuatro más, también en peligro de extinción ('Anthemis chrysantha', 'Atropa baetica', 'Erica erigena' y 'Fumana fontanesii'), están recibiendo una especial atención del programa para desarrollar la documentación necesaria que permita la futura aprobación de sus correspondientes planes de recuperación. Un ejemplo de las acciones realizadas dentro de este tercer bloque de actuaciones previstas en los planes de recuperación aprobados lo constituyen los trabajos de recuperación del entorno del Castillo de San Juan, también en Águilas. La ambientóloga Lola Cánovas Marín, responsable de esta parte del proyecto, explica que ese espacio aguileño «alberga una de las poblaciones más importantes de 'Scrophularia arguta de nuestra Región».

Otros tres años de desarrollo

Otra acción dentro de este bloque es la plantación de bulbos de narciso de Villafuerte que tuvo lugar el pasado mes de octubre en el barranco de Cantalar, en Moratalla, donde una notable presencia de agua permite el crecimiento de una flora singular. Se trata, además, añade la experta, de «uno de los pocos sitios de la Región en el que todavía quedan arces ('Acer granatense'), que es otra especie clasificada aquí en peligro de extinción.

El plan de Medio Natural sobre la flora silvestre amenazada, a la que en principio le quedan otros tres años de desarrollo, incluye un último bloque de actuaciones centrado en la gestión y evaluación de la información obtenida en los tres bloques anteriores. Antes de que en 2004 arrancase el denominado Programa de Seguimiento de Flora Silvestre Protegida de la Región de Murcia, previo por tanto al que ocupa este reportaje, la información sobre estas especies se recopilaba en distintos formatos, lo que resultaba «muy difícil de manejar y analizar», además de que «quedaban obsoletos en muy poco tiempo». Laura Aznar Morell, miembro del equipo del programa que se encarga de este apartado, relata cómo cada mes «se generaban cientos de datos nuevos» que dejaban anticuados los anteriores.

«Se ha avanzado mucho desde aquellos primeros momentos», explica la especialista. El sistema de gestión de bases de datos empleado ahora ya cuenta con más de 133.000 registros de flora georreferenciados «procedentes principalmente de las salidas al campo del equipo de profesionales», compuesto por biólogos especialistas en botánica y licenciados en ciencias ambientales, y apoyados por el cuerpo de agentes medioambientales y de técnicos de la Dirección General del Medio Natural. Y añade que «también incorpora información de herbarios oficiales, artículos, estudios y otras publicaciones científicas, todos ellos con información geográfica asociada».

Aznar Morell destaca la existencia de la aplicación 'Biodiversidad Murcia', creada por la citada dirección general, que permite a cualquier ciudadano tomar datos georreferenciados de flora silvestre que posteriormente, tras un proceso de validación, son incorporados al denominado Sistema de Gestión de Base de Datos Espaciales de Biodiversidad del Programa de Conservación de Flora Silvestre Amenazada de la Región de Murcia. Es un modo de que la población en general ayude a mantener una riqueza ecológica que precisa de la ayuda de todos para que algunas de sus especies, ahora en cuidados y vigilancia intensivos, acaben recuperando su antiguo esplendor.

En esta línea, Díaz García subraya que este plan es, al fin y al cabo, «un servicio que se presta a los ciudadanos que, entre otras aplicaciones, permite la toma de decisiones». La flora, concluye, «tanto si se trata de especies protegidas como de otras menos amenazadas, conforma un apoyo valiosísimo en el análisis del territorio». Por ejemplo, apunta, resulta clave en procedimientos como la evaluación de impacto ambiental.

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