Esta especie es la caña
'Arundo micrantha' posee un potencial ornamental que favorece la recuperación de esta planta autóctona recién redescubierta, que resiste pese a la masiva presencia de su invasivo pariente común
GINÉS S. FORTE
Martes, 18 de febrero 2020, 23:20
Hizo falta maquinaria pesada para combatir la invasión de cañas que comenzó a obstruir los puentes sobre el río Segura, en pleno centro de la ciudad de Murcia, durante las lluvias torrenciales de hace cinco meses. El fenómeno, la famosa DANA de septiembre, arrancó y arrastró cientos de miles de estos culmos cauce abajo hasta que, como consecuencia de la inusitada crecida, las plantas se fueron acumulando a la altura de la superestructura de los viaductos. Doce equipos de trabajo actuaron directamente desde la calzada hasta llenar 200 contenedores de unas cañas que durante unas horas acrecentaron el peligro de desbordamiento. Al margen del carrizo ('Phragmites australis'), que también estaba presente, y es autóctono, las cañas comunes ('Arundo donax') que engrosaban esa enorme masa de materia vegetal plantean un importante problema medioambiental. Y no solo son dañinas cuando se producen lluvias torrenciales. Son plantas invasoras que llevan tiempo extendiéndose por el río, hasta el punto de que en muchos tramos ni tan siquiera dejan ver el agua.
«A pesar de su rareza, la caña judía está llamada a jugar un papel muy relevante», según ANSE
El jefe de servicio de Estudios Medioambientales de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), Eduardo Lafuente, director del proyecto de recuperación del río financiado por Europa Life+ Segura Riverlink, lidera un proyecto para eliminar esas cañas y sustituirlas por la vegetación típica de ribera de esta geografía. Durante años el principal remedio para combatirlas pasaba por cortar anualmente las que crecían en las orillas. Ahora se tiende a eliminarlas completamente para traer de nuevo otras especies autóctonas que habían perdido terreno, como los chopos.
Su capacidad para la restauración de nuestros ecosistemas dota de gran interés a esta especie
Sin embargo, la que aquí nos ocupa no es la caña invasora, sino la nuestra, a la que la primera parece haber desplazado. Hablamos de la muy esquiva caña judía ('Arundo micrantha'). Se trata de una gramínea a la que hace cinco años se volvió a detectar en el Segura (hasta ese momento no se conocía bien su situación en la cuenca) y que, en este caso, sí interesa proteger ante el estado crítico que atraviesa y por su potencial para la restauración de nuestros ecosistemas. Hace una década, cuando se redescubrieron en la cuenca del Segura, en concreto entre la ciudad de Murcia y la desembocadura del río en Guardamar, apenas se localizaron 150 ejemplares, de las que poco más de una decena se hallaron en la Región de Murcia (el resto crecían en Alicante). Así lo reflejó entonces el artículo 'Estado actual del conocimiento de 'Arundo micrantha' en la cuenca del Segura', firmado por el biólogo Jorge Sánchez, de la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) y otros siete expertos, de distintas entidades de investigación oficiales de la comunidad valenciana y la CHS. En concreto: Pablo Ferrer-Gallego y Emilio Laguna, del Servicio de Vida Silvestre del Centro para la Investigación y Experimentación Forestal de la Generalitat Valenciana (CIEF); Irene Arnaldos, también de ANSE; Hilarión Pedauyé, de la CHS; Luis Serra, de la Consejería de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente de la Generalitat Valenciana; Roberto Roselló, del Departamento de Botánica de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Valencia, y Gonzalo Mateo Sanz, del Jardín Botánico e Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva, de la citada universidad.
Buscando nutrias
La reaparición de la caña judía en este territorio parecía tan improbable que su redescubrimiento fue totalmente fortuito. Un equipo de ANSE la encontró en diciembre de 2014 cuando lo que realmente buscaba eran indicios de la presencia de nutrias en Alicante, en las proximidades de la desembocadura del Segura. En realidad ni tan siquiera se conocía su presencia en este río, aunque desde 1838, cuando la citó por primera vez el botánico inglés Philip Barker Webb, estaba registrada su existencia en el Sureste español.
A diferencia de la invasiva común, la caña judía no daña el entorno, sino que lo complementa
La especie se ha visto probablemente desplazada por la invasiva caña común. A diferencia de esta, que crece mucho y mal en nuestro territorio, la 'Arundo micrantha', como buena autóctona, guarda respeto por lo que le rodea y no destruye, sino que complementa al resto de especies, por eso no forma poblaciones densas que no dejan ver el cauce del que se alimenta y en ocasiones hasta lo frenan, como ocurre con la 'Arundo donax'. Aunque no es una característica que defina generalmente a las especies autóctonas, en este caso se da la circunstancia de que es más bonita que su contrincante foránea, aunque notablemente más bajita (cuatro metros como mucho, y con frecuencia solo dos, frente a los hasta seis de su adversaria). La caña judía, que muestra su belleza aislada, sin necesidad de tupidas poblaciones para llamar la atención, se distingue por sus hojas más esbeltas y, sobre todo, su gran inflorescencia (espiga), elegantemente negra con frecuencia, aunque eso se debe al tinte en forma de parásito que la naturaleza le ha brindado. Y se presenta coquetamente ladeada, como el cabello de muchas mujeres de anuncio de los años cuarenta. En el artículo 'Sobre la presencia de 'Arundo micrantha' en el Levante peninsular ibérico', publicado en la revista científica 'Flora Montibérica' también en 2015, y firmada por los mismos autores del texto anteriormente reseñado, se glosa su atractivo. «El aspecto que tienen las inflorescencias cuando las flores están parasitadas por un hongo tipo roya o carboncillo (…) en nuestra opinión, aumenta su valor como planta ornamental», al que sus azuladas hojas también contribuye.
Pese a su delicado estado actual, se han adoptado muy pocas medidas para su conservación
Ahora que nos hemos enamorado un poco de nuestra caña judía, lo que queda es protegerla. Sin embargo, explica Jorge Sánchez, «a pesar de su delicado estado, se han adoptado muy pocas medidas para su conservación. De hecho, ni siquiera se encuentra protegida por el Decreto 50/2003 [que creó el 'Catálogo Regional de Flora Silvestre Protegida'], quizás porque cuando se promulgó la norma de protección de la flora de la Región de Murcia se desconocía su situación». En este punto, Sánchez aclara que por muy hermosa que nos parezca como caña, al final no lo es lo suficiente como planta: «Existe una tendencia a la priorización de la protección de especies con flores llamativas (orquídeas por ejemplo) o de gran tamaño (árboles y arbustos) frente a grupos tan relevantes desde el punto de vista ecológico como las gramíneas (especies emparentadas con los cereales)».
De momento, detalla Sánchez, ANSE «ha realizado algunas experiencias de propagación y plantación de esta gramínea, tanto en el marco de proyectos de recuperación de ambientes fluviales (proyecto Life+ Segura Riverlink y proyecto corredor fluvial periurbano Murcia-Contraparada, que la organización naturalista desarrolla con el apoyo del Ayuntamiento de Murcia) como en la restauración de espacios agrícolas (proyecto grupo operativo GO Setos)». Tanto en «ambientes riparios como en espacios próximos a cultivos, la especie ha mostrado un rápido crecimiento y desarrollo y un enorme potencial para su uso en la recuperación de espacios degradados».
La flexible caña judía no hubiese resultado tan peligrosa como la común durante la pasada DANA
Tras su hallazgo inesperado por los buscadores de nutrias de hace un lustro, también se han encontrado cañas judías en Molina de Segura, aunque un único ejemplar, y recientemente «una buena población en Roche (La Unión)», localizada por un agente medioambiental. El biólogo ve probable que aparezcan más en la Región de Murcia, «conforme se prospecten nuevas zonas, tal y como ha sucedido en la Comunidad Valenciana», donde los descubrimientos han sido más abundantes. De momento, las halladas se encuentran relativamente alejadas del agua «y en condiciones algo ruderales (sin cultivos) por estar asociadas a canales, acequias o vías de servicio, próximas al río».
Es una buena noticia para ellas que se estén evitando los desbroces que durante años se han empleado para deshacerse de la caña común, y que les supone un serio peligro, además de que es un método que no evita que la especia invasora vuelva a crecer en el mismo sitio y con la misma fuerza.
También resulta esperanzador que a su reaparición en el Sureste español (Murcia, Alicante y también Almería) le haya acompañado la también reciente confirmación de su presencia en el valle del Ebro, concretamente en Tarragona y Zaragoza, y en más provincias andaluzas, además de Almería (Granada, Jaén, Córdoba Cádiz y Huelva). Más allá de nuestras fronteras, la especie crece, en muchos casos con mayor éxito que aquí ahora, en Marruecos, Argelia, Chipre, Croacia, Francia, Grecia, Italia, Líbano, Israel, Turquía y Portugal.
Los expertos consideran importante estudiar «la competencia entre las dos especies»
Se trata de una planta mediterránea que, aunque también se asocia con cursos de agua y suelos de origen fluvial, tiene la capacidad de crecer en terrenos que no siempre permanecen húmedos o encharcados, y más alejados de los cursos de agua, incluso en bordes de caminos, cultivos abandonados y hasta zonas urbanas. «A pesar de su rareza», apunta el biólogo de ANSE, «la caña judía está llamada a jugar un papel muy relevante en ambientes riparios y zonas agrícolas (bordes de caminos), sin menospreciar su atractivo ornamental», concede», que podría llevar a emplearla en jardinería en sustitución de especies invasoras, como la hierba de las pampas ('Cortadeña selloana'), que es una gramínea alta culminada por un gran plumacho blanco y muy común como planta decorativa.
Alta resistencia a la sequía
En todo caso, la gran contrincante de nuestra muy escasa 'Arundo micrantha' sigue siendo la invasiva caña común ('Arundo donax'). Los expertos de Murcia y Valencia que han evidenciado la presencia de la primera por estas tierras consideran «importante realizar estudios sobre la potencial competencia entre las dos especies de 'Arundo' en determinados hábitats», entre otros aspectos, «como por ejemplo la capacidad de rebrote tras ser cortada periódicamente» o la «viabilidad de las semillas».
Estos datos, concluyen, «podrán ayudar a comprender la distribución y el papel ecológico de la 'Arundo micrantha', así como el estatus de abundancia-rareza en el conjunto de la flora valenciana» (donde más ejemplares se han redescubierto) y al tiempo también en la murciana. De momento, los estudios que encabeza el Servicio de Vida Silvestre de la vecina comunidad autónoma han confirmado no solo su alta resistencia a la sequía, algo básico para ser autóctona de esta geografía, sino sobre todo su resistencia a las crecidas de los ríos y las avenidas torrenciales, por su alta flexibilidad y menor tamaño.
Si se logra que la caña que crece en el Segura llegue a ser un día nuestra autóctona caña judía (lo que no es difícil por su rápido crecimiento y la imposibilidad de hibridarse con la común), la peligrosa estampa del pasado febrero será mucho más difícil que se repita.
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