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Actividad en el campo dentro de la campaña de ciencia ciudadana '1m2 por el campo, los bosques y elmonte'. LIBERA

La 'basuraleza', nueva especie en estudio

Una iniciativa de ciencia ciudadana moviliza a más de 200 voluntarios en la Región para obtener datos de los desperdicios que llegan al medio ambiente como base para luchar contra este problema

GINÉS S.FORTE

Martes, 12 de enero 2021, 21:13

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Cada año, desde que hace tres siglos prosperó el concepto de naturalista, miles de ellos salen a nuestros campos, bosques y montes para investigar la flora, la fauna y, en general, todo lo que encuentran en la naturaleza. Entre ese amplio cajón de sastre de elementos que pueblan los ecosistemas, la basura ya se ha convertido en un componente más. Una iniciativa de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife), en alianza con la coordinadora del reciclaje de envases Ecoembes, convocó entre los días 12 y 20 del pasado diciembre a más de dos centenares de personas para peinar 13 espacios de la Región de Murcia con el objetivo de caracterizar e investigar la tipología de los residuos abandonados en nuestros entornos naturales. Con este estudio no se trata de naturalizar la presencia de desperdicios humanos en el medio ambiente. Al contrario, lo que se persigue es conocerlos mejor para tratar de eliminarlos, a ser posible antes de que acaben poniendo su distorsionante nota de color en nuestros paisajes.

La misión principal del proyecto no es retirar los residuos, sino estudiarlos para evitar su proliferación

En realidad, esta es la cuarta edición de una campaña, denominada '1m2 por el campo, los bosques y el monte', que esta convocatoria se ha extendido a 268 puntos de toda España (un centenar más que el año anterior) y ha concitado a 4.385 voluntarios. De ellos, 216 han participado en la Región de Murcia, lo que muestra un mayor interés por estos asuntos que la media nacional, ya que el número equivale a más del 4,9% de todos los voluntarios del país, mientras que el peso poblacional de nuestra comunidad autónoma no alcanza el 3,2%. Gracias a estos 'Héroes Libera', como los denomina el proyecto Libera (en el que se enmarca la campaña), ha sido posible obtener datos sobre el volumen, la cantidad y la tipología de la basura abandonada en el campo, los bosques y el monte. En total se han recogido para su estudio 3,7 toneladas de 'basuraleza', que es el término propuesto por los artífices del proyecto para designar a los residuos generados por el ser humano abandonados en la naturaleza.

Uso de la aplicación para caracterizar los residuos obtenidos. Libera

Pese a la información recopilada a partir de tal cantidad de desperdicio, «faltan más datos para conocer el verdadero impacto de la 'basuraleza' en el medio natural», confiesa el coordinador del proyecto Libera de la SEO/Birdlife, Miguel Muñoz. De todos modos, añade, «se tienen los suficientes para saber que estamos frente a un problema ambiental que necesita una solución urgente». Muñoz destaca que, gracias a la ciencia ciudadana del proyecto, «sabemos la tipología de residuos que acaban en el campo». A partir de ese conocimiento, concluye, es posible «diseñar estrategias que minimicen el problema» y, al mismo tiempo, «esta campaña es también una llamada de atención para poner el foco en la responsabilidad de toda la sociedad para que nuestro medio natural deje de recibir residuos», precisa.

Los desperdicios con más presencia en los paisajes de la Región son piezas cerámicas, colillas y bolsas

La coordinadora del proyecto por parte de Ecoembes, Sara Güemes, coincide en que, con '1m2 por el campo, los bosques y el monte', «estamos logrando aumentar nuestro conocimiento sobre el impacto de la 'basuraleza' en el entorno terrestre, mucho más desconocido que el marino». Güemes afirma que con la campaña de 2020 se ha cerrado «un año en el que hemos logrado obtener mucha información que será de gran ayuda para poner el foco en la prevención y concienciación».

Ya existen análisis que implican a la 'basuraleza' en la salud de entre 800 y 1.400 especies solo en los océanos y los entornos acuáticos, que han sido los más estudiados. Los especialistas del proyecto precisan que se trata de unas que «no paran de crecer: en 1997, una exhaustiva revisión contabilizaba 247 especies afectadas. Nueve años después, en 2016, un nuevo informe triplicaba el dato hasta las 800 especies, aunque para entonces ya se empezaban a conocer estimas por encima de las 1.400 especies marinas y acuáticas asociadas con la 'basuraleza'». En el caso de las aves marinas, por ejemplo, el 90% de ellas ha ingerido plástico y, «de seguir así, el número llegará al 99% en 2050», según un estudio publicado en 2015 en la revista científica 'PNAS', de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

Miguel Muñoz, de la SEO/Birdlife: «Faltan datos para conocer el verdadero impacto de la 'basuraleza'»

Las investigaciones en los entornos terrestres, en cambio, «son significativamente inferiores a los realizados en el mar», explican desde el proyecto. «Por eso las apelaciones a un mayor esfuerzos investigador son más comunes». En este contexto se enmarca la iniciativa la SEO/Birdlife y Ecoembes «para contribuir a la erradicación de la 'basuraleza'», con el objetivo de «evitar que impacte y menoscabe el capital natural del planeta, clave para la vida humana». De momento, apuntan, «ya existen análisis que sugieren que el impacto de la 'basuraleza' terrestre podría ser mayor que la de los océanos». De hecho, aclaran, «la mayor parte de los residuos que acaban en el océano provienen de tierra firme».

En todo caso, insisten, «quedan huecos por rellenar en el estudio de la distribución y composición de la 'basuraleza', en su origen o en su monitorización». Sobre todo «en entornos terrestres y acuáticos». De momento, precisan, «la presencia de materiales plásticos es la mejor documentada, pero la literatura científica también apunta a la conveniencia de analizar el impacto de los microplásticos y naplásticos que se extraen de la ropa o los cosméticos, de los residuos metálicos (por ejemplo, el tóxico plomo), o de otros restos como las ubicuas toallitas desechables o las igualmente ubicuas colillas».

Recogida de desperdicios del proyecto Libera contra la 'basuraleza'. Libera

Un dato muy ilustrativo: los casi 6 billones de cigarrillos que se producen al año acaban como parte de la 'basuraleza' 4,5 billones de colillas, según los cálculos de la organización conservacionista australiana Clean Up Australia.

Aplicación móvil

La última edición del proyecto de ciencia ciudadana, conservación y recuperación de espacios naturales de Libera ha caracterizado 1.194 residuos abandonados en los 13 entornos terrestres analizados de la Región de Murcia. Se trata principalmente de piezas cerámicas, seguido de colillas y de bolsas de plástico (de compra, para congelados y comida). La misión principal no es retirar esos residuos del medio natural, sino «recoger los datos de la basura abandonada en la naturaleza con el fin de plantear estrategias más eficientes y efectivas para acabar con este problema ambiental». Para caracterizar los residuos retirados Libera utiliza la aplicación móvil 'eLitter', desarrollada por las asociaciones Paisaje Limpio y Vertidos Cero en colaboración con esta iniciativa. Los resultados se integran en la base de datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Mitecord) y se suman a los objetos ya caracterizados y recopilados por Libera en su 'Barómetro de la basuraleza'. Este índice muestra que el elemento de procedencia humana que más se ha encontrado en la naturaleza española en la campaña 2020 son las piezas de plástico (hasta hace dos años eran las colillas), seguido, por este orden, de colillas, botellines de plástico, latas de bebidas y piezas de vidrio.

El 75% de los cigarrillos que se fabrican en el mundo acaban en la naturaleza en forma de colillas

El proyecto no se sirve únicamente de la labor de voluntarios, sino que también cuenta con la participación de distintas instituciones (99 esta edición frente a las 46 del ejercicio anterior) y entidades locales (69, 25 más que en 2019) de todo el país. Además también se han unido a la última campaña organizaciones como Cruz Roja, Hombre y Territorio, Mater Museoa y Paisaje Limpio. Desde su puesta en marcha (la última ha sido su cuarta campaña), Libera ha colaborado con más de 860 organizaciones y colectivos, entre ellos, el CSIC, la Fundación Reina Sofía, la DGT, Paisaje Limpio o Vertidos Cero.

En síntesis, de lo que se trata es de poner sobre el terreno a centenares de voluntarios que recaban datos sobre la 'basuraleza' para que los investigadores y las administraciones puedan diseñar soluciones, al tiempo que se conciencia y se implica a la población. Pura ciencia ciudadana servida a través de la concienciación y la movilización para prevenir un mal que lamentablemente, y desde hace ya tiempo, no es nada difícil de observar en la naturaleza.

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