Veinte años curando África

Seynabou Dieg, de 43 años, habría muerto víctima de una grave infección si, en diciembre de 2017, no hubiese escuchado hablar de unos médicos que acababan de llegar al Hospital de Thiadiaye, en la región de Sandiara (Senegal), cargados de bisturís, antibióticos y quirófanos portátiles. Con su dolor a cuestas, recorrió los más de 180 kilómetros que separaban su aldea del hospital y consiguió ser atendida. Muy probablemente, Ann Waltherero, vecina de Maragua (Kenia), tampoco habría sobrevivido si sus vecinos no le hubiesen comentado, el pasado verano, que en el hospital local estaban operando, de manera gratuita, unos cirujanos españoles. Afectada por un cáncer de mama, Ann había agotado los fondos de su precaria póliza sanitaria: ya no le quedaba dinero para la imprescindible mastectomía.

La ONG Cirugía Solidaria, formada por sanitarios de diferentes hospitales de la Región, cumple en 2020 veinte años de proyectos en África repletos de nombres propios: los de aquellos a quienes salvaron de la muerte o de una vida condenada a la pobreza y al repudio social por culpa de la enfermedad.

Cirugía Solidaria nació como una modesta iniciativa de varios profesionales de La Arrixaca que, hace dos décadas, decidieron poner su granito de arena para mejorar la atención a los refugiados saharauis en los campamentos de Tinduf, en Argelia. José Manuel Rodríguez era uno de ellos. Desde entonces, se han llevado a cabo ya 27 viajes a diferentes puntos de África, y José Manuel solo ha fallado dos veces. «Todo esto empezó como algo mínimo, pero nos dimos cuenta de lo mucho que podíamos hacer; estaba en nuestra mano dar un futuro a gente joven, para que pudiesen trabajar y vivir», cuenta el veterano cirujano.

Samba, un adolescente senegalés atendido en 2017, es uno de estos futuros ganados a la enfermedad y la marginación. Con 15 años, el chico sufrió un grave accidente que le destrozó la pierna izquierda. Los médicos murcianos llegaron a tiempo de evitar su muerte, y le facilitaron una pierna ortopédica para que pudiese recuperar cierta movilidad. Pero el trabajo con Samba no ha terminado. En La Arrixaca hay preparada una prótesis, diseñada para él gracias a la tecnología 3D, que le permitirá recuperar un movimiento «prácticamente natural» del tobillo y la rodilla. En el próximo viaje a Senegal, podrán implantársela, aunque los cirujanos solidarios aún no saben si irán este año a ese país o tendrán que dejarlo para más adelante. De momento, están en conversaciones con la Fundación Diagrama y con Cepaim para concretar qué proyectos se pueden desarrollar en Senegal.

Siguiendo las recomendaciones del Gobierno, que alertó en diciembre del riesgo de atentados, Cirugía Solidaria tampoco se desplazará este año al Sáhara. Eso sí, los profesionales han enviado material quirúrgico a Tinduf para que pueda ser utilizado por otras organizaciones.

La ONG sí volverá en 2020 a Kenia. Se están preparando, en concreto, dos viajes: uno centrado en la actividad quirúrgica y otro con un equipo más amplio para continuar con la puesta en marcha de varios proyectos de formación. «Siempre hacemos docencia; es muy importante que allí puedan ser más autónomos», explica la neuróloga Ana Morales, cooperante de Cirugía Solidaria. Con este objetivo, se están elaborando protocolos para mejorar el diagnóstico y control de la hipertensión y la diabetes. También hay un proyecto para reducir la mortalidad infantil. Los sanitarios murcianos seguirán así añadiendo nombres propios a su ya larga lista de pacientes africanos.