Borrar
El médico Abel Novoa reparte mascarillas a vecinos del barrio de la Era Alta de Totana, que hacen cola para realizarse el test de antígenos, el pasado martes. Guillermo Carrión / AGM | Vídeo: Verabril Comunicación

A la caza del virus en Totana

La Consejería trata de torcer el brazo a la pandemia acercando las pruebas a los barrios y movilizando a voluntarios y mediadores culturales

Domingo, 25 de octubre 2020, 08:04

A las seis de la tarde, el barrio de la Era Alta de Totana tiene poco movimiento. La mayoría de sus vecinos están todavía trabajando, muchos de ellos en el campo, recogiendo la uva, o en las grandes plantas hortofrutícolas de la zona. Abel Novoa, médico y coordinador regional para la Atención Sociosanitaria (Corecaas) del Servicio Murciano de Salud (SMS), rompe el silencio con su megáfono, y a su llamada empieza a formarse una discreta cola junto a una pista deportiva. Allí, personal del SMS y de Protección Civil está levantando una carpa bajo la que ya se mueven sanitarios protegidos con monos de un blanco nuclear, dispuestos a sacar muestras para la realización de test de antígenos.

El SMS está ensayando en Totana, una localidad asediada por la Covid, una nueva estrategia después de que las medidas restrictivas aplicadas en verano no impidiesen un fuerte rebrote de la pandemia. El municipio afronta un segundo confinamiento perimetral, con una tasa de incidencia que llegó a superar los 2.000 casos por 100.000 habitantes. «No podemos quedarnos en los centros de salud, porque allí solo vemos la punta del iceberg. Hay que salir a la calle, y eso estamos haciendo. Empezamos la semana pasada en San José, e iremos recorriendo todos los barrios», explica Novoa mientras reparte mascarillas a los vecinos que hacen cola. Humberto Sánchez, de 57 años, es uno de ellos. «Tengo fiebre desde ayer, y por eso me he acercado. Son síntomas como si estuviese resfriado», explica. No sabe dónde ha podido contagiarse, si es que finalmente el test confirma que se trata de Covid. «Estoy jubilado por una incapacidad permanente. Casi no salimos a la calle, solo a comprar a Mercadona», cuenta mientras su acompañante, Neli, asiente.

Guillermo Carrión / AGM
Imagen principal - A la caza del virus en Totana
Imagen secundaria 1 - A la caza del virus en Totana
Imagen secundaria 2 - A la caza del virus en Totana

Algunos han acudido a la llamada del megáfono. Otros ya sabían que se instalaría aquí la carpa gracias a los mensajes de whatsapp y a la labor de una red de veinte voluntarios creada en colaboración con el Ayuntamiento y varias ONG. «A mí me contactaron a través de Cáritas. Me preguntaron si quería ser voluntaria y me pareció una gran idea, así que aquí estoy», relata Geomara Losa mientras recorre las calles de Era Alta, repartiendo folletos y animando a los vecinos a que se acerquen a la carpa.

Geomara es de Bolivia, lleva 16 años en Totana y trabaja como peón agrícola. Pertenece, además, a una iglesia evangélica. «El domingo pasado, en la celebración, estuvimos informando», explica. Allí estuvo Lourdes Luzón, una médica experta en intervención comunitaria fichada por Abel Novoa para el equipo de Corecaas. «Tenemos que llevar la información a donde no llega de forma adecuada, con mensajes cortos y claros. Hay, además, una evidencia: las personas más vulnerables con las que más contagios sufren, así que si no abordamos los determinantes sociales no conseguiremos romper la transmisión del virus», advierte.

Esta es la piedra angular de la nueva estrategia que lidera el equipo de Corecaas en Totana. Junto a las medidas restrictivas, que son útiles para bajar la curva pero han demostrado sus limitaciones, se necesitan acciones más de fondo. La segunda oleada ha explosionado en la Región de la mano de la precariedad laboral y la pobreza. Las apelaciones institucionales a la responsabilidad individual se han estrellado contra una realidad mucha más compleja.

«Agentes de salud»

Una de las herramientas del nuevo plan son precisamente los voluntarios, que actúan como «agentes de salud» en colectivos especialmente golpeados por el virus o a los que es difícil llegar por las vías de comunicación que hasta ahora se habían utilizado. «Buscamos líderes en sus comunidades», resume Novoa. Gente que, como Geomara Losa, conozca bien cuáles son los obstáculos de la vida real.

Guillermo Carrión / AGM

«Hay personas que carecen de documentos y no van al centro de salud porque creen que no les van a atender, o porque tienen miedo. Otros tienen problemas económicos. Conozco a gente que ha estado 20 días sin trabajar por el virus. Eso es prácticamente un mes, mucho tiempo para quien no tiene recursos, no puede acogerse a una baja y necesita comer», relata. En otros casos, el problema es el hacinamiento. «En esta zona hay algunas viviendas sociales en las que vive mucha gente, y se dan situaciones conflictivas. Ha habido casos en esos pisos y nos han pedido ayuda para el rastreo», explica una trabajadora municipal. Para abordar estas situaciones, Salud y el Ayuntamiento han acordado habilitar La Charca, un centro de la Asociación de Hemofilia, como 'arca de Noé'.

Muchos trabajadores del campo viven en pisos compartidos. «Vivimos dos familias, y en la otra habitación hubo un positivo; menos mal que tenemos dos baños. Mi hijo y yo estuvimos en cuarentena», explica Flor Marín. «Fue ya hace tiempo; he vuelto hoy a hacerme el test porque este virus es muy traicionero y estoy preocupada. Soy una persona de riesgo, tengo un quiste en el pulmón».

Puntos ambulantes

Otra pata de la nueva estrategia son estos 'puntos Covid' ambulantes instalados a pie de calle. Se busca la máxima accesibilidad. En apenas tres horas, por la pista deportiva de la Era Alta pasan casi cien personas, y quince de ellas dan positivo en el test de antígenos. «Las pruebas son el gancho, pero queremos ir más allá. El objetivo es informar y conocer la realidad social de quienes se acercan», subraya Abel Novoa. Clara Martínez, trabajadora social de Corecaas, entrevista a todas la personas que pasan por aquí. Al día siguiente, irá a las viviendas de aquellos que han dado positivo y pueden tener problemas para guardar el aislamiento.

Galería.

Ver fotos

Galería. Guillermo Carrión / AGM

Una vez que ha terminado la jornada laboral, aumenta la afluencia. Omar, sin embargo, viene de casa porque tiene fiebre. «Estuve trabajando en una planta en la que hubo varios casos, pero yo no lo cogí. Ahora estoy recogiendo uva y hace un par de días que me encuentro mal», explica mientras aguarda su turno. El equipo de Abel Novoa está trabajando con las empresas del sector. Estuvieron en Moyca cuando se desató el mayor de los brotes registrado hasta ahora. «Tuvimos muy buena experiencia, las medidas funcionaron bien y queremos generalizarlas», relata Novoa.

La nueva estrategia del SMS parece estar dando resultados. La curva epidémica ha descendido en Totana, aunque aún sigue muy alta y es pronto para sacar conclusiones. Queda mucho trabajo por hacer.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad A la caza del virus en Totana