El sueño de tener un hogar
Acción Solidaria - Obra Social 'LaCaixa' ·
La Federación Rasinet tiene como misión la puesta en marcha de una bolsa integral de alojamientos y vivienda para la integración de colectivos desfavorecidosBEA MARTÍNEZ
Lunes, 1 de febrero 2021, 07:44
Si la vida fuese como una construcción, poseer un hogar en el que sentirse seguro serían los cimientos. Contar con un techo sobre la cabeza es esa base, ese apoyo, que permite edificar un buen futuro. Pese a que tener una vivienda digna es un derecho establecido en la Constitución, desgraciadamente también es aún una utopía para muchas familias.
Para encontrar ese nuevo domicilio, algunas personas recurren a manos amigas que se engloban bajo el paraguas de la Federación Rasinet. La entidad tiene su origen en 1998 gracias al encuentro de distintas asociaciones en una mesa de trabajo sobre inmigración organizada por el Ayuntamiento de Murcia. Constituida formalmente en 2002, la Federación Rasinet enfocó su actividad en apoyar en materia de búsqueda de alojamiento al conjunto de la comunidad migrante de la capital de la Región, aunque en 2017, «viendo la situación que teníamos en la Comunidad y concretamente en el municipio de Murcia, decidimos que íbamos a trabajar con toda la población», destaca la coordinadora de Rasinet, Micaela Galiano. En la actualidad, la federación, que sigue la misma línea de trabajo, está constituida por la Asociación Columbares; la Asociación de Senegaleses de la Región de Murcia; la Federación de Asociaciones de Vecinos, Consumidores y Usuarios de Murcia y Comarca (Favemur); y Murcia Acoge.
Así, a través de la actividad que llevan desarrollando 18 años, la entidad ha incentivado valores tan importantes como la inclusión, la acogida, la solidaridad y la igualdad, unos conceptos que se tornan fundamentales cuando se habla de migración y vivienda. «El problema que se encuentran principalmente las personas migrantes es la discriminación a la hora de acceder a una vivienda, ya sea por cuestión de origen o por sus condiciones sociolaborales. Estas personas, concretamente en la Región, tienden a tener empleos precarios y bajos ingresos. El alquiler medio en el municipio de Murcia está por encima de los 500 euros. Si tenemos en cuenta que varios organismos internacionales repiten que una familia no puede endeudarse con el alquiler más de un tercio de sus ingresos, para poder mantenerse bien deberían tener retribuciones superiores a los 1.500 euros, y eso aquí no pasa», explica Galiano, a lo que se suma los prejuicios: «Muchas veces un inmigrante llama para alquilar un piso y le dicen que puede ir a verlo, pero una vez que llega le indican que ya está alquilado. Dos días después otra persona llama y se lo ofrecen de nuevo, lo que quiere decir que no estaba ocupado, pero como es un inmigrante no han querido dárselo. Hay mucha gente dispuesta a alquilar una vivienda que encuentra estas dificultades», resume el presidente de Rasinet, Mady Cisse Ba.
Proyecto Socio-Residencial
Para darle solución a esta problemática, la Federación Rasinet inició tras su constitución un programa que aún sigue en pie: el Proyecto Socio-Residencial. Esta iniciativa, enmarcada en el municipio de Murcia y realizada en colaboración con la Concejalía de Derechos Sociales y Familia, se centra en crear una bolsa de viviendas asequibles para sus usuarios e incluye acompañamiento en la búsqueda de vivienda y habitación, redacción de contratos, seguimiento de las casas que se alquilan a través de Rasinet, mediaciones, coordinación y derivaciones con otras entidades y servicio de información y asesoramiento en materia de vivienda.
Así, el programa, que pone en contacto a arrendatarios con posibles inquilinos, solo acepta viviendas que cumplan los mínimos de habitabilidad y que no tengan un precio abusivo. «Nos ponemos en contacto con el propietario o él con nosotros y vemos si hay alguna persona que haya acudido a nuestro servicio que esté interesada en la vivienda, y si esto ocurre se conocen. Al dueño le ofrecemos la redacción de los contratos, los cambios de nombre de los suministros y un seguimiento del proceso», apostilla la profesional, que también recalca el servicio de mediación, «para que si hay algún problema pueda tratarse desde el inicio y tenga fácil solución», y los numerosos talleres de formación que realizan, «sobre todo centrados en la Ley de Arrendamiento Urbano, el ahorro energético y la prevención en el hogar».
Segundas oportunidades
Además de este servicio, la Federación Rasinet dispone, desde diciembre, de una iniciativa más que continúa su estela de trabajo en el ámbito de la vivienda: el Programa para la Inclusión Residencial de Familias en Situación de Grave Vulnerabilidad Social en el Municipio de Murcia. Esta idea, realizada junto a la Asociación Columbares y el Servicio de Vivienda del Ayuntamiento de Murcia, dispone de ocho pisos en régimen de alquiler en la capital en los que aloja, hasta un máximo de seis meses, a las personas beneficiarias del programa.
Además de ofrecerles alojamiento, la iniciativa es un servicio integral que busca mejorar la situación de estos individuos en todas sus facetas. Por ello, se realiza un acompañamiento social que engloba la búsqueda de trabajo y la coordinación con los centros educativos en el caso de que haya menores, entre otras cosas. Así, como describe Galiano, «el objetivo es ver qué situación hay en la familia, qué necesidades tiene, e ir intentando resolverlas para que cuando termine este tiempo puedan acceder a una vivienda del mercado normalizado y continuar con su proyecto vital».
Regulación del mercado
El buen funcionamiento de los programas que lleva a cabo Rasinet hace más visible un problema social latente. «La vivienda es el eje en el que se sustentan nuestros derechos. Gracias a ello también tenemos acceso a la educación, a la sanidad y a tener una ciudadanía activa y participativa», apostilla Galiano.
Por ello, desde la entidad se reclama un parque de viviendas asequible y una mayor regulación del precio del alquiler. «No todo se puede dejar en manos del mercado», indica la coordinadora, una idea que comparte Mady Cisse Ba, que solicita «otra política de vivienda». Para Galiano, «la inclusión se consigue, primero, teniendo un hogar y desde ahí podemos trabajar en otros ámbitos».