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La periodista de LA VERDAD Pilar Benito moderó ayer el encuentro en el que intervinieron Jaime Pérez, Encarna Gil, Andrés Alcántara y Lázaro López. NACHO GARCÍA / AGM

La naturaleza, clave para asegurar el futuro de la Región

Actuaciones. Los expertos abogan, en un 'webinar' que organizaron LA VERDAD y la Comunidad, por iniciativas que señalan al entorno como elemento fundamental de cara a evitar inundaciones

BEATRIZ MARTÍNEZ

Martes, 29 de septiembre 2020, 02:07

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Las lluvias torrenciales de septiembre del año pasado provocaron inundaciones en distintos puntos de la Región y daños económicos, cuantificados en más de 500 millones de euros, al mismo tiempo que impregnaron en la sociedad un poso de miedo que aún no se ha disuelto.

La situación excepcional que se vivió requirió la creación e implantación de medidas, también excepcionales, que repararan los daños ocasionados y evitaran imágenes similares en pueblos y ciudades. Por ello, la Administración regional puso en marcha hace un año un panel de expertos, con profesionales de distintos ámbitos, «con el objetivo de que esto no quedara en el olvido y de buscar soluciones que den certidumbre para que no se vuelva a repetir», explicó el director general de Territorio y Arquitectura de la Comunidad, Jaime Pérez Zulueta, en el segundo 'webinar' 'Soluciones ante Inundaciones', moderado por la periodista de LA VERDAD Pilar Benito.

Durante su intervención en el evento, organizado por este diario y con el patrocinio de la Comunidad Autónoma, Pérez presentó los resultados del exhaustivo análisis llevado a cabo por este equipo técnico, que recogen la implantación de Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN), es decir, medidas dirigidas a proteger, gestionar y restaurar de manera sostenible ecosistemas naturales o modificados que hacen frente a retos de la sociedad de forma efectiva y adaptable. Para ponerlas en marcha, las SbN requieren principalmente la implicación de la Administración pública, que «debe dar ejemplo y crear normativa para ello», recalcó Pérez.

Los protagonistas

  • Jaime Pérez Director general de Territorio y Arquitectura de la Comunidad «Los ayuntamientos tienen que evitar obras que alteren los cauces y deben favorecer una adecuada gestión de las aguas»

  • Encarna Gil Doctora en Geografía por la Universidad de Murcia «Hemos ocupado terrenos inundables, hemos abandonado los aprovechamientos tradicionales y nos hemos olvidado de ellos»

  • Andrés Alcántara Director del Departamento de Desarrollo Corporativo de la UICN «Las Soluciones Basadas en la Naturaleza son económicamente viables y se amortizan con los años por su repercusión social y ambiental»

  • Lázaro López Jefe del Servicio de Ingeniería del Ayuntamiento de Alicante «El parque Marjal es una iniciativa extrapolable. Se puede aplicar esta idea para inundar zonas de forma controlada y consciente»

Siguiendo esta línea, la Comunidad introdujo en la Ley del Mar Menor la obligación de que «todos los nuevos desarrollos urbanos de la zona cuenten con soluciones de carácter sostenible y que las prácticas agrícolas estén a favor de la naturaleza». Además, incentivó un cambio normativo en la Ley del Suelo, por la que «todos los nuevos desarrollos urbanos de la Región tienen que tener sistemas de drenaje», y puso en marcha la Estrategia de Arquitectura y Construcción Sostenible, una «hoja de ruta hacia una economía circular en la que han participado todos los sectores implicados en la construcción y que incluye una línea de acción concreta de SbN», resumió. Para complementar estas iniciativas, la Comunidad cuenta con la colaboración de la UPCT, con la que está desarrollando un trabajo de investigación sobre los municipios del Mar Menor para la aplicación de SbN en el entorno, un plan que culminará en un proyecto piloto en San Javier.

Por último, la colaboración y el trabajo conjunto entre las administraciones nacionales, regionales y locales son claves para la buena implantación de estas medidas. En este sentido, los ayuntamientos, eslabón último de la cadena urbanística, «tienen que evitar que se ejecuten obras que alteren los cauces, deben favorecer una adecuada gestión de las aguas y aplicar estas Soluciones basadas en la Naturaleza. Tendrán que estar vigilantes y contar con técnicos preparados», recomendó el director general de Territorio y Arquitectura, para a continuación anunciar la creación de un «foro de municipios, porque hay que formarles para que conozcan estas soluciones».

Volver al pasado

Aunque el término Soluciones basadas en la Naturaleza es relativamente nuevo, las medidas que implica no son, en algunos casos, tan novedosas como puedan parecer. Encarna Gil, doctora en Geografía por la Universidad de Murcia, mostró durante su participación cómo los antiguos pobladores ya se adaptaban al entorno almacenando el agua en épocas de precipitaciones de gran intensidad para preservar el futuro de sus cosechas, principalmente de secano, ante un entorno caracterizado por sus fuertes etapas de sequía.

Así, las medidas implantadas por estos antiguos pobladores se centraban principalmente en una derivación del agua hacia los terrenos agrícolas y un ordenamiento de las laderas y de las vertientes para llevar los recursos hídricos a los aljibes, una actividad «que permitía que durante todo el año esa población tuviera asegurado su subsistencia» explicó.

A partir de la segunda mitad del siglo XX, «estos aprovechamientos se fueron deteriorando, abandonando e incluso destruyendo», acentuó, por la sustitución de las plantaciones de secanos por las de regadío y por la necesidad de espacio para las infraestructuras viarias y el desarrollo urbanístico.

Así ha sido el webinar completo

Estos cambios han producido con los años fuertes consecuencias negativas, como la pérdida del patrimonio inmaterial y material asociado a esas actuaciones y «un aumento de las escorrentías, que ya no son retenidas por esas barreras y que arrastran suelo fértil, lo que supone una desertización del territorio», dando como consecuencia final una mayor vulnerabilidad del entorno ante crecidas del caudal del agua. «Hemos incurrido no solo en ocupar terrenos inundables, sino además en abandonar esos aprovechamientos y en olvidarnos de ellos», puntualizó.

Esta problemática, derivada de la propia acción humana, fue abordada por Gil, que apostó por poner en valor la cultura del agua, que gestiona el exceso y el déficit de precipitaciones, y valorar «estas actuaciones tradicionales y su mantenimiento, porque creo que sirven para mitigar inundaciones».

Ejemplos regionales

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, UICN, es una entidad de carácter internacional que fue la pionera en acuñar el término de Soluciones basadas en la Naturaleza. Como fundadora de este concepto, presta especial atención a los proyectos desarrollados al amparo de estas siglas y les da valor a través de estudios como el que se realizó en 2019 bajo el nombre de 'Towards Nature Based Solutions in the Mediterranean'.

Este documento, explicado ayer por el director del Departamento de Desarrollo Corporativo de UICN, Andrés Alcántara, presenta trece buenas prácticas de SbN en el ámbito mediterráneo, una de ellas llevada a cabo en las riberas de los ríos Segura y Alhárabe que engloban los términos municipales de Abarán, Cieza, Calasparra y Moratalla. En estas dos zonas se ha llevado a cabo una restauración forestal de ribera para el desarrollo de infraestructuras verdes y la unión de ecosistemas, siempre con los objetivos claros de «reducir los riesgos de desastres y mantener la seguridad hídrica de las poblaciones», apostilló.

Un caso de éxito

Que las Soluciones basadas en la Naturaleza pueden ser un remedio eficaz frente a los efectos meteorológicos lo saben bien en Alicante. Esta ciudad, que vivía de forma frecuente la inundación del entorno de la playa de San Juan, planteó desde el Ayuntamiento dos tipos de actuaciones diferenciadas: una en la zona consolidada, donde se implantaron dos colectores con salida al mar, y otra, en el entorno de nuevo desarrollo, en el que además de colectores se puso en marcha el parque inundable La Marjal.

Este espacio está formado por un terreno con capacidad para 45.000 metros cúbicos que en época de lluvia acoge el agua proveniente de la zona urbana hasta inundarse. Posteriormente, los recursos hídricos almacenados son expulsados por la noche a través de su colector cercano o mediante un sistema de bombeo que la deriva hasta la estación de tratamiento de aguas residuales.

La novedosa iniciativa, que fue presentada por el jefe del Servicio de Ingeniería del Ayuntamiento de Alicante Lázaro López, no solo ha dado solución a este problema histórico de la playa alicantina, sino que ha creado un espacio público de gran valor hidráulico, urbano, ambiental y social que, además, ha aumentado la biodiversidad de la zona. Así, el parque Marjal es una solución basada en la naturaleza que, para López, es «extrapolable. Lo que se ha hecho no es sino imitar a la naturaleza y es aplicable en muchísimos sitios. Se podría usar para inundar de forma controlada y consciente lugares en los que no se produzcan daños, en vez de que esto pase en zonas de vivienda».

Para terminar, López mandó un mensaje de optimismo y destacó el aumento de «sensibilidad hacia los temas ambientales. El cuidado de la naturaleza ha ido en aumento en los últimos años».

¿Son medidas rentables?

Uno de los principales inconvenientes en la aplicación de las SbN es su elevado costo. El gasto que implican supone en algunos casos un quebradero de cabeza para las administraciones, que deben valorar si realmente compensa esta inversión. Para Andrés Alcántara, «son económicamente viables y ese costo inicial se va amortizando a lo largo de los años, porque tienen una repercusión social, ambiental y económica muy importante», una idea que comparte Jaime Pérez, que hace hincapié en valorar no tanto ese desembolso sino «la salud de las personas, que al final es algo que no tiene precio».

Para sobrellevar ese gasto, Alcántara también abogó por buscar financiación mediante convocatorias como la que se engloba bajo el programa de la Unión Europea Horizon 2020, una iniciativa que acepta candidaturas hasta enero de 2021 y que ayuda sufragar los gastos derivados de actuaciones centradas en SbN, prevención de inundaciones y gestión hídrica sostenible, entre otras.

Las subvenciones disponibles para el desarrollo de estas iniciativas deben, para Encarna Gil, ser presentadas a sectores como el agrícola, para que hagan uso de ellas y pongan en marcha iniciativas que a veces no empiezan porque «tienen un costo y el agricultor no puede asumirlo. Es necesario que estas ayudas se conozcan y ellos tengan posibilidad de recibirlas. Son estas pequeñas medidas las que pueden servir para mitigar la afluencia de los caudales, que siempre llegan a las partes bajas donde está la población».

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