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Álex

Un espíritu creativo, inquieto e ingenioso

Perfil ·

El caravaqueño Pascual Adolfo López Salueña, director del taller de grabado 'Antonio Saura', que han visitado los Reyes en el pueblo natal de Francisco de Goya, es un artista desde la cuna

JUAN F. ROBLES

Domingo, 4 de abril 2021, 08:14

La visita de los Reyes a Fuendetodos dentro de los actos conmemorativos del 275 aniversario del nacimiento de Goya incluía en su recorrido el taller de grabado 'Antonio Saura' que dirige el artista y grabador caravaqueño Pascual Adolfo López Salueña, que presentó a Don Felipe y Doña Letizia un nuevo 'Disparate de Fuendetodos' de la serie empezada hace más de dos décadas en esta pequeña localidad aragonesa. Sus Majestades mostraron mucho interés por las técnicas utilizadas en el taller y el artista murciano les explicó, con detalle, cómo se trabaja «a la manera de Goya», utilizando procedimientos, materiales y procesos como los que el genial pintor ya usaba en sus grabados.

López Salueña nació en Caravaca de la Cruz hace cincuenta y tres años, pero lo que no saben muchos de sus paisanos es que sus raíces son aragonesas; su madre, Josefina Salueña, era natural de Fuendetodos y su abuelo Fermín compartía el segundo apellido, Lucientes, con el mismísimo Goya. No acaba aquí la 'herencia' artística que el caravaqueño ya recibió desde antes de nacer; su padre, Pascual Adolfo, desarrolló una gran labor creativa en Caravaca de la Cruz y fue precisamente en su taller donde el joven López Salueña iniciaría su formación, que después completaría en la desaparecida Escuela de Artes y Oficios de Caravaca.

«Nuestro hermano siempre ha tenido ganas de aprender, de investigar. y ha destacado por su ingenio y maestría en todas las especialidades artísticas en las que se ha iniciado», comentan Vito y Charo, sus hermanas, que siguen manteniendo la farmacia que sus padres abrieron junto a la iglesia de El Salvador, en Caravaca. «Pasaba los veranos en Fuendetodos; mi padre lo llevaba a Valencia y hasta allí venían a recogerlo nuestros familiares», explica su hermana Vito. El joven Pascual Adolfo también heredó de sus padres el amor por este pequeño pueblo de Zaragoza en el que fijó su residencia hace varios años. «Se compró una casa allí porque él tenía mucha ilusión por vivir en el lugar donde tantas vacaciones ha disfrutado; la tiene llena de sus obras y es un punto de referencia para quienes visitan Fuendetodos».

Su madre, Josefina Salueña, era natural de Fuendetodos y su abuelo Fermín compartía el segundo apellido, Lucientes, con el mismísimo Goya

La inquietud y las ganas de aprender nuevas técnicas artísticas llevaron a Pascual Adolfo hasta Granada, donde estudió Bellas Artes a la misma vez que se formaba en vaciado y talla en piedra en la Escuela de Arte y Oficios de esta misma ciudad. Continuó aprendiendo después en Barcelona y Lanzarote, completando su formación con las especialidades de escultura y ebanistería artística. Desde 2009 hasta 2013 ya dirigió el taller de grabado 'Antonio Saura', en Fuendetodos y tras una etapa en Barcelona, en 2018 volvió a hacerse cargo del taller que sigue dirigiendo en la actualidad.

Su creatividad y experiencia artística las comparte a través de cursos que imparte tanto a niños como a adultos que llegan cada verano hasta su taller para aprender las técnicas que él ha desarrollado a lo largo de su trayectoria artística.

Quienes lo conocen bien, lo describen como una persona tranquila, con mucha paciencia, muy positivo y con una gran capacidad para transmitir tranquilidad a quienes tiene cerca. Miles de anécdotas de su infancia y juventud en Caravaca se acumulan en la memoria de sus paisanos. En más de una ocasión, comentan sus compañeros de instituto, los profesores le decían que los buenos trabajos que presentaba eran de su padre; en una ocasión, el profesor le pidió que hiciera de nuevo el trabajo, pero sin salir de la clase, y lo hizo de nuevo. Cuentan que el segundo aún estaba mejor que el primero.

Proyecto editorial

En la Escuela de Artes y Oficios de Caravaca destacaba entre sus compañeros por su creatividad y por la forma de trabajar; bastaban unos trazos en un cuaderno o ver cómo moldeaba la arcilla para dejar evidencia de su calidad artística. El verano pasado se presentó en Caravaca el libro 'Naturaleza muerta', editado por Francisco Marín en Gollarín, una obra en la que Pascual Adolfo pinta las palabras a la vez que su paisano Jesús Martínez escribe los poemas; ambos trabajaron juntos en una iniciativa diferente en la que las imágenes y los versos se funden en un crisol forjado gracias a la amistad y las ganas de crear. Pronto verá la luz un nuevo proyecto de esta editorial en el que Pascual Adolfo volverá a dejar su sello artístico.

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